30 Días de Sanando el Corazón Latino – Día 27: La fe que se enfría por decepciones
Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Muchos corazones en Latinoamérica se han enfriado en la fe, no porque Dios les haya fallado, sino porque fueron heridos por líderes religiosos, iglesias manipuladoras o cristianos hipócritas. Cuando la confianza se rompe, la decepción se convierte en un peso que enfría el amor por Dios.
La verdad es que la fe genuina no depende de hombres, sino de Cristo. Las decepciones humanas son reales, pero no deben ser el final de nuestra relación con Dios.
Punto 1: Reconocer la herida espiritual
El primer paso es aceptar que la herida existe. Negar el dolor solo lo profundiza. El salmista clamó: “¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?” (Salmo 42:5). Dios no pide que ignores tu herida, sino que la traigas a Él.
Punto 2: Separar a Dios de los hombres
Un error común es confundir los errores humanos con el carácter de Dios. Malaquías 3:6 nos recuerda: “Yo Jehová no cambio.” Los líderes pueden fallar, pero Dios sigue siendo santo, justo y fiel.
Punto 3: Mirar a Jesús como el centro
La fe madura no se fundamenta en instituciones, sino en Cristo mismo. Hebreos 12:2 nos llama a poner los ojos en Jesús, no en personas. Él es el único autor y consumador de la fe, el único que nunca defrauda.
Punto 4: Perdonar para avanzar
El rencor hacia líderes o comunidades puede mantener congelada la fe. Efesios 4:32 nos invita: “Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó en Cristo.” Perdonar no significa justificar el error, sino liberarte para sanar.
Punto 5: Redescubrir la fe en comunidad sana
Aunque hayas sido herido en una iglesia, eso no significa que todas las comunidades sean iguales. Hechos 2:42-47 describe una iglesia viva, llena de amor y unidad. Dios aún levanta comunidades auténticas donde la fe puede renovarse y crecer.
Conclusión
Las decepciones religiosas pueden enfriar la fe, pero no pueden apagar el fuego de Dios. El Señor sigue llamando a los heridos para restaurarlos. No permitas que el error humano mate tu fe divina.
Hoy toma la decisión de volver tu mirada a Jesús. Reconoce tu dolor, pero no te quedes ahí. Entrega tu herida a Dios, suelta el rencor y abre tu corazón a una nueva etapa de fe.
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Qué decepción espiritual ha marcado mi relación con Dios?
- 2. ¿He confundido el carácter de Dios con los errores de personas?
- 3. ¿Estoy dispuesto a perdonar para sanar mi fe?
- 4. ¿Dónde necesito reenfocar mi mirada en Jesús y no en hombres?
- 5. ¿Qué pasos puedo dar para redescubrir la fe en comunidad?
