3 Juan 1:5-8

3 Juan 1:5-8 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

En la tercera epístola de Juan, el apóstol continúa su mensaje dirigido a Gayo, un creyente fiel. En los versículos 5-8, Juan elogia a Gayo por su hospitalidad hacia los misioneros y maestros itinerantes que predican la verdad.

En un mundo donde el individualismo y la indiferencia son comunes, la hospitalidad sigue siendo una manifestación tangible del amor de Dios. ¿Cómo podemos aplicar este principio en nuestra vida diaria? En este estudio exploraremos la importancia de apoyar la obra del Señor y cuidar a quienes dedican su vida al evangelio.

Punto 1: La fidelidad en el servicio a los demás

Versículo clave: «Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos.» (3 Juan 1:5)

Versículo relacionado: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.» (Colosenses 3:23)

Explicación: Juan destaca la fidelidad de Gayo en su servicio. No solo ayudaba a sus conocidos, sino también a creyentes que no conocía personalmente.

El servicio a los demás es un reflejo de nuestra fe. Dios no solo nos llama a servir cuando es conveniente, sino a hacerlo con fidelidad, sin importar si conocemos o no a quienes ayudamos.

Aplicación práctica:

• ¿Sirves a los demás con fidelidad, aun cuando nadie te ve?
• ¿Estás dispuesto a ayudar a personas que no conoces, confiando en que Dios usa cada acto de amor?

No importa si el mundo valora o no lo que haces; Dios ve tu fidelidad y la recompensa.

Punto 2: La hospitalidad como expresión del amor cristiano

Versículo clave: «Los cuales han dado testimonio de tu amor ante la iglesia…» (3 Juan 1:6a)

Versículo relacionado: «No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.» (Hebreos 13:2)

Explicación: Gayo era reconocido por su amor, demostrado en su hospitalidad. La hospitalidad no se trata solo de dar alojamiento, sino de ofrecer apoyo, aliento y generosidad.

En una época en la que los misioneros dependían de la hospitalidad de los creyentes para su sustento, la actitud de Gayo era una bendición.

Aplicación práctica:

• ¿Eres hospitalario con quienes necesitan apoyo, ánimo o ayuda?
• ¿Cómo puedes mostrar el amor de Cristo a través de tu generosidad?

Hoy, podemos practicar la hospitalidad al abrir nuestras casas, compartir nuestros recursos o brindar ayuda a quienes lo necesitan. Cada acto de amor es una semilla en el Reino de Dios.

Punto 3: Apoyando la obra del Señor con excelencia

Versículo clave: «…y harás bien en encaminarlos como es digno de su servicio a Dios.» (3 Juan 1:6b)

Versículo relacionado: «El alma generosa será prosperada; y el que saciare, también será saciado.» (Proverbios 11:25)

Explicación: Juan anima a Gayo a continuar ayudando a los obreros del evangelio, brindándoles lo mejor para su viaje.

Cuando servimos a Dios, debemos hacerlo con excelencia, dando lo mejor de nosotros. Esto incluye cómo apoyamos a quienes dedican su vida a la obra del Señor.

Aplicación práctica:

• ¿Apoyas la obra del evangelio con excelencia?
• ¿Das lo mejor de ti cuando sirves a Dios y a su iglesia?

Si tenemos la oportunidad de bendecir a misioneros, pastores o líderes, hagámoslo con generosidad y amor.

Punto 4: Participando en la misión de Dios

Versículo clave: «Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles.» (3 Juan 1:7)

Versículo relacionado: «¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?» (Romanos 10:15a)

Explicación: Los misioneros que Gayo ayudaba no dependían del mundo para su sustento, sino de la generosidad de los creyentes.

Esto nos recuerda que la obra de Dios avanza cuando Su pueblo participa activamente en ella. No todos estamos llamados a ser misioneros, pero sí a apoyar la misión de Dios de diferentes maneras.

Aplicación práctica:

• ¿Cómo puedes contribuir al avance del evangelio?
• ¿Estás dispuesto a apoyar la misión de Dios con tu tiempo, talentos o recursos?

Dios usa nuestro servicio y generosidad para extender su Reino en la tierra.

Punto 5: Somos colaboradores en la verdad

Versículo clave: «Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad.» (3 Juan 1:8)

Versículo relacionado: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones…» (Mateo 28:19)

Explicación: Juan nos recuerda que, al apoyar la obra de Dios, nos convertimos en colaboradores en la verdad. No solo los predicadores llevan el evangelio, sino también quienes los apoyan en oración, recursos y hospitalidad.

Aplicación práctica:

• ¿Ves tu ayuda a la iglesia como una participación en el evangelio?
• ¿Estás dispuesto a ser un colaborador activo en la obra de Dios?

Cada cristiano tiene un papel en la misión. Al apoyar la obra de Dios, participamos en la expansión del evangelio.

Conclusión

El pasaje de 3 Juan 1:5-8 nos enseña que el servicio, la hospitalidad y el apoyo a la obra de Dios son esenciales en la vida cristiana. No todos estamos llamados a predicar, pero todos podemos colaborar con la misión de Dios de alguna manera.

El amor cristiano se demuestra en acciones concretas. Como Gayo, debemos ser fieles en servir, generosos en nuestra hospitalidad y comprometidos en la expansión del evangelio.

Tu servicio, por más pequeño que parezca, tiene un impacto en la eternidad. Dios ve cada acto de amor y generosidad que realizas.

A veces, nos sentimos insignificantes en la obra de Dios, pero cada esfuerzo cuenta. Desde dar una ofrenda hasta hospedar a un misionero, todo lo que haces para Dios es valioso.

Sigue adelante, sirviendo con amor y fidelidad, porque Dios usará tu vida para bendecir a otros.

Decide hoy ser un colaborador activo en la obra de Dios. Ya sea apoyando a misioneros, sirviendo en la iglesia o practicando la hospitalidad, tu participación en el Reino de Dios marca la diferencia.

Oración sugerida: «Señor, gracias por la oportunidad de servir y apoyar tu obra. Ayúdame a ser generoso y fiel en la hospitalidad. Que mi vida refleje tu amor y que pueda ser un colaborador activo en la expansión del evangelio. En el nombre de Jesús, amén.»