“No tengo ganas” – Pero Dios puede despertar tu hambre espiritual
Por Pastor Daniel Praniuk
Mateo 5:6 , Salmo 42:1-2
Introducción
¿Te ha pasado que, al pensar en leer la Biblia, simplemente no tienes ganas? No te sientes motivado, no te nace abrirla, y tu corazón se siente seco. Esto es más común de lo que imaginas. Muchos creyentes pasan por temporadas en las que su pasión espiritual parece apagarse. Pero lo hermoso de Dios es que Él no te rechaza por eso, sino que puede despertar nuevamente en ti ese deseo por Su Palabra. Este estudio te ayudará a descubrir cómo volver a tener hambre espiritual, aun cuando hoy no sientes nada.
Punto 1: Reconoce que perder el deseo es parte de la lucha espiritual
Muchos creen que si no tienen ganas de leer la Biblia es porque algo anda mal con ellos, pero lo cierto es que todos enfrentamos estos desafios espirituales. Vivimos en un mundo que constantemente alimenta nuestros deseos con distracciones, y eso apaga nuestro apetito por Dios. Reconocer que esto es una lucha normal es el primer paso para salir de ella.
Punto 2: El hambre espiritual no siempre “se siente”, pero se puede pedir
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” (Mateo 5:6)
Jesús promete saciar a los que tienen hambre de justicia, pero también puedes pedir ese hambre si no lo sientes. No es un pecado decirle a Dios: “Señor, dame hambre por Ti”. Esa petición es honesta y Él la escucha. No esperes que las ganas lleguen solas, pídelas en oración.
Punto 3: La fe abre el camino cuando las emociones no están presentes
En la vida cristiana no siempre tendrás emociones intensas. De hecho, Dios muchas veces prueba tu constancia en la fe. La clave está en decidir acercarte a Él aunque no tengas ganas. A medida que lo buscas por fe, Dios empieza a reavivar tu deseo espiritual.
Punto 4: Empieza con pasos pequeños, pero constantes
Muchas veces perdemos el deseo porque intentamos hacer demasiado de golpe. En lugar de querer leer capítulos enteros o tener largas sesiones de oración, empieza con pasos pequeños: 5, 10 o 15 minutos al día, incluso si solo lees un versículo. Estos pequeños hábitos abrirán de nuevo tu apetito espiritual con el tiempo.
Punto 5: El Espíritu Santo puede encender de nuevo tu fuego interior
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.” (Salmo 42:1)
Aunque no sientas ganas, el Espíritu Santo no se ha ido de ti. Él es experto en encender corazones apagados. Habla con Él, sé honesto, y pídele que reavive tu pasión por Dios. Su trabajo es precisamente renovar lo que en ti se ha debilitado.
Conclusión
Perder el deseo de leer la Biblia no te hace menos creyente. Todos enfrentamos temporadas de sequedad. Lo importante no es sentir culpa, sino reconocer la necesidad, acercarte a Dios con honestidad y pedirle que despierte en ti ese deseo nuevamente. Él lo hará, porque Su voluntad es que vivas con hambre espiritual.
Hoy, aunque no tengas ganas, toma un pequeño paso: abre la Biblia, ora con sinceridad y empieza por un pasaje corto. Luego, visita 15minutosdiarios.com para encontrar un estudio breve que te ayude a reconectarte. No busques sentir algo, solo acércate… y deja que Dios haga lo demás.
Preguntas para meditar
¿Qué cosas han estado apagando mi deseo por Dios últimamente?
¿Estoy esperando sentir ganas antes de acercarme a la Biblia?
¿Estoy dispuesto a pedirle a Dios que despierte mi hambre espiritual?
¿Qué pequeños pasos puedo empezar hoy para recuperar mi deseo por la Palabra?
¿Cómo he visto a Dios renovar antes mi deseo espiritual cuando me he sentido seco?
