Deuteronomio 11:1-7 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Deuteronomio 11:1-7 es una poderosa exhortación que Moisés dirige al pueblo de Israel, justo antes de entrar a la tierra prometida. Su mensaje tiene dos componentes centrales: el amor incondicional a Dios y la importancia de recordar las obras poderosas que Él ha hecho. Moisés no solo llama a la obediencia, sino que recalca que esta debe nacer de una memoria viva de lo que Dios ha hecho a favor de su pueblo. Este pasaje nos habla también a nosotros hoy: la fe genuina se nutre de la memoria agradecida y del amor obediente.
Punto 1: Amar a Dios es una decisión diaria
Versículo clave: «Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.» (Deuteronomio 11:1)
Versículo relacionado: «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama…» (Juan 14:21)
Explicación: El amor a Dios no es un sentimiento pasajero. En el contexto hebreo, amar implicaba un pacto de fidelidad. Moisés une el amor con la obediencia, mostrando que uno no existe sin el otro. Dios desea que su pueblo le ame todos los días, no de forma ocasional.
Aplicación práctica: Hoy, amar a Dios significa decidir cada día vivir de forma que honremos su nombre: cómo tratamos a los demás, cómo manejamos el tiempo, el dinero, los pensamientos. Es en lo cotidiano donde se demuestra si amamos a Dios o simplemente lo admiramos de lejos.
Punto 2: La obediencia es fruto del amor, no del miedo
Versículo clave: «Y comprended hoy… que no con vuestros hijos, que no han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios…» (Deuteronomio 11:2a)
Versículo relacionado: «Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos…» (1 Juan 5:3)
Explicación: Moisés recuerda a la generación adulta que ellos fueron testigos de la intervención de Dios. Ellos vieron su poder y también su corrección. Su obediencia no debía ser basada en amenazas, sino en la memoria de su fidelidad y justicia.
Aplicación práctica: Dios no quiere que lo obedezcamos solo por temor a un castigo, sino como respuesta a su amor. Obedecemos porque lo conocemos, porque sabemos que Él tiene lo mejor para nosotros. Vivir así nos da libertad, no carga.
Punto 3: Recordar las acciones de Dios fortalece nuestra fe
Versículo clave: «…la grandeza de Jehová, su mano poderosa y su brazo extendido.» (Deuteronomio 11:2b)
Versículo relacionado: «Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.» (Salmo 103:2)
Explicación: Moisés hace un llamado a no olvidar la historia de la intervención divina. No es una historia ajena: fue su propia experiencia. Recordar lo que Dios ha hecho en el pasado da confianza en lo que Él hará en el futuro.
Aplicación práctica: Haz memoria: ¿cómo Dios ha respondido tus oraciones? ¿Cómo ha abierto puertas o cerrado otras para tu bien? Cuando vengan tiempos difíciles, escribe, recuerda y proclama lo que Él ya ha hecho. Tu fe crecerá.
Punto 4: Dios disciplina por amor
Versículo clave: «Y lo que hizo a Egipto, a Faraón rey de Egipto, y a todo su país…» (Deuteronomio 11:3)
Versículo relacionado: «Porque el Señor al que ama, disciplina…» (Hebreos 12:6)
Explicación: La disciplina de Dios en Egipto y en el desierto fue una muestra de su justicia, pero también de su amor por Israel. No era un castigo cruel, sino una manera de proteger, encaminar y preservar el propósito que tenía con su pueblo.
Aplicación práctica: Cuando Dios te corrige o cierra caminos, no es rechazo, es formación. Aceptar la disciplina con humildad nos madura. A veces, las puertas cerradas y los procesos dolorosos son la mayor prueba de que Dios te ama profundamente.
Punto 5: No ignores las lecciones de Dios
Versículo clave: «Y lo que hizo con vuestro ejército… cómo los hizo desaparecer hasta hoy.» (Deuteronomio 11:6-7)
Versículo relacionado: «Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos…» (1 Corintios 10:11)
Explicación: Moisés concluye este bloque mostrando que ignorar a Dios tiene consecuencias. Algunos vieron su mano, pero despreciaron su guía. Sus vidas no continuaron. La advertencia no es condenatoria, es preventiva.
Aplicación práctica: Dios ha sido paciente contigo. No menosprecies las oportunidades que Él te da de arrepentimiento y crecimiento. Escucha su voz mientras haya tiempo. Cada decisión cuenta para tu destino.
Conclusión
Deuteronomio 11:1-7 nos invita a recordar, obedecer y amar. La relación con Dios no se basa en la rutina ni en la emoción del momento, sino en una historia viva con Él. Hoy es el día para decidir vivir con fidelidad, reconociendo lo que Él ya ha hecho.
Querido lector, Dios no ha terminado contigo. Si puedes leer esto, es porque aún hay gracia. Él ha sido fiel, incluso cuando tú no lo has sido. Mira hacia atrás y recuerda lo que Él ha hecho. Eso te dará la fuerza para obedecerlo hoy y confiar en Él para mañana.
Haz un alto esta semana y escribe cinco formas en las que Dios ha intervenido en tu vida. Medita en ellas, agradécele y comprométete a obedecerlo con alegría. Tu obediencia no será una carga, sino una expresión natural del amor que sientes por tu Salvador.
Oración sugerida: “Señor, gracias por tu fidelidad en cada etapa de mi vida. Ayúdame a no olvidar tus maravillas, tus respuestas, tu corrección y tu gracia. Enséñame a amarte cada día más, y a obedecerte con todo mi ser. Que nunca se me olvide quién eres y lo que has hecho. En el nombre de Jesús, amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Estás amando a Dios con actos concretos o solo con palabras?
- 2. ¿Recuerdas con gratitud lo que Dios ya ha hecho por ti?
- 3. ¿Qué área de tu vida necesita ser rendida en obediencia hoy?
- 4. ¿Cómo reaccionas a la disciplina de Dios: con queja o con humildad?
- 5. ¿Qué lección reciente de Dios no debes olvidar?
