Mateo 20: 29-34

Introducción

En Mateo 20:29-34, encontramos el relato de Jesús sanando a dos ciegos a las afueras de Jericó. Este pasaje no solo nos muestra el poder de Jesús para sanar, sino también su profunda compasión por aquellos que sufren y son marginados. A través de este milagro, se revela la naturaleza de la fe genuina y la respuesta amorosa de Jesús hacia quienes claman por su ayuda.

  1. La multitud y los ciegos
    Versículo 29-30: «Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!»
    Explicación: Mientras Jesús salía de Jericó, una multitud lo seguía, pero dos ciegos sentados junto al camino llamaron su atención. Estos hombres, aunque físicamente ciegos, reconocieron a Jesús como el «Hijo de David», un título mesiánico, y clamaron por su misericordia. Este acto de clamor demuestra su fe y su reconocimiento de la identidad de Jesús como el Mesías.

  2. El rechazo de la multitud
    Versículo 31: «Y la multitud les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!»
    Explicación: La multitud intentó silenciar a los ciegos, mostrando una falta de compasión y quizás una incomprensión de la misión de Jesús. Sin embargo, los ciegos no se desanimaron y continuaron clamando con más fervor. Esto refleja la persistencia en la fe y la determinación de no dejarse intimidar por la presión social cuando se trata de buscar la ayuda de Dios.

  3. La respuesta de Jesús
    Versículo 32: «Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga?»
    Explicación: A pesar del bullicio de la multitud, Jesús se detiene y se enfoca en los ciegos. Su pregunta, «¿Qué queréis que os haga?», no es por falta de conocimiento, sino una invitación a expresar su fe y su necesidad. Jesús muestra su disposición a escuchar y responder a aquellos que claman a Él con un corazón sincero.

  4. La petición de los ciegos
    Versículo 33: «Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.»
    Explicación: La petición de los ciegos es simple y directa: desean ver. Este deseo de ser sanados revela su fe en el poder de Jesús para restaurar su vista. Su solicitud es un acto de fe que reconoce la autoridad de Jesús sobre la enfermedad y la ceguera.

  5. El milagro y la gratitud
    Versículo 34: «Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.»
    Explicación: Jesús, movido por la compasión, toca los ojos de los ciegos y los sana instantáneamente. La compasión de Jesús es un tema recurrente en los Evangelios, y este acto de sanidad es una manifestación de su amor y poder. Al recibir la vista, los ciegos no solo experimentan una curación física, sino que también deciden seguir a Jesús, lo que indica un cambio en su vida y una nueva dirección espiritual.

Conclusión

El relato de la sanidad de los dos ciegos a las afueras de Jericó es una poderosa ilustración de la fe persistente y la compasión de Jesús. Este milagro nos enseña que, aunque el mundo pueda intentar silenciarnos, Jesús siempre está dispuesto a escuchar y responder a nuestras necesidades cuando clamamos a Él con un corazón sincero. Nos invita a reconocerlo como nuestro Salvador y a seguirlo después de experimentar su poder transformador.

Este pasaje nos desafía a ser como los ciegos en nuestra fe: persistentes, valientes y determinados a buscar a Jesús sin importar las circunstancias o las voces que intenten desanimarnos. Nos llama a confiar en su compasión y a seguirlo con gratitud y devoción después de experimentar su intervención en nuestras vidas.

Preguntas para Estudiantes:

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