Mateo 26:36-46

Introducción

En Mateo 26:36-46, encontramos a Jesús en el Jardín de Getsemaní, enfrentando uno de los momentos más angustiosos de su vida terrenal. Aquí, Jesús se entrega a la oración, mostrando su profunda humanidad al experimentar miedo y tristeza, mientras se somete a la voluntad del Padre. Este pasaje es crucial para comprender la obediencia y sumisión de Jesús ante su misión redentora. A través de esta escena, se nos revela la importancia de la oración, la vigilancia espiritual y la entrega a la voluntad de Dios, incluso en los momentos más oscuros.

Mateo 26:36-46

  1. La entrada al Getsemaní
    Versículo 36: «Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.»
    Explicación: Jesús lleva a sus discípulos al Jardín de Getsemaní, un lugar de gran significado, donde solía orar. Aquí, Jesús demuestra la importancia de la oración como refugio en momentos de angustia. Su decisión de apartarse para orar nos enseña que en situaciones de gran estrés, es fundamental buscar a Dios en oración, reconociendo nuestra necesidad de su guía y fortaleza.

  2. El dolor y la tristeza de Jesús
    Versículo 37-38: «Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.»
    Explicación: Jesús confía sus sentimientos más profundos a sus tres discípulos más cercanos, revelando su profunda tristeza. Este momento muestra la humanidad de Jesús y su capacidad de experimentar dolor emocional. Nos enseña que es válido sentir tristeza y angustia, y que en esos momentos debemos buscar apoyo en la comunidad de creyentes, mientras permanecemos vigilantes y en oración.

  3. La oración en Getsemaní
    Versículo 39: «Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.»
    Explicación: Jesús, en su humanidad, expresa su deseo de evitar el sufrimiento que le espera, pero al mismo tiempo, se somete completamente a la voluntad de Dios. Esta oración refleja la lucha entre la naturaleza humana y la obediencia divina. Nos enseña la importancia de la sumisión a la voluntad de Dios, incluso cuando enfrentamos situaciones difíciles, confiando en que su plan es perfecto.

  4. La debilidad de los discípulos
    Versículo 40-41: «Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.»
    Explicación: Los discípulos, en lugar de orar, caen en el sueño, lo que evidencia su debilidad humana. Jesús les advierte sobre la necesidad de estar vigilantes y en oración para no caer en tentación. Este versículo nos recuerda que aunque nuestro espíritu desee hacer lo correcto, nuestra carne es débil, y solo mediante la oración constante podemos resistir la tentación y mantenernos firmes en la fe.

  5. La entrega de Jesús a la voluntad del Padre
    Versículo 42-46: «Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad… Entonces vino a sus discípulos, y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.»
    Explicación: En su oración repetida, Jesús reafirma su compromiso con la voluntad del Padre, aceptando el sufrimiento que le espera. Finalmente, llama a sus discípulos a levantarse, pues ha llegado la hora de su traición. Este momento nos muestra la determinación de Jesús y su total obediencia, y nos desafía a adoptar la misma actitud de entrega total a la voluntad de Dios, sin importar las circunstancias.

Conclusión

El pasaje de Mateo 26:36-46 nos revela a Jesús en su momento de mayor vulnerabilidad, donde, a través de la oración, enfrenta su inminente sacrificio con total sumisión a la voluntad de Dios. Nos enseña la importancia de la oración, la vigilancia espiritual y la obediencia, invitándonos a seguir el ejemplo de Jesús en nuestra vida diaria. Debemos estar dispuestos a someter nuestras vidas al plan de Dios, confiando en su sabiduría y amor.

Este pasaje nos desafía a fortalecer nuestra vida de oración, buscando a Dios en todo momento, especialmente en tiempos de dificultad. Nos llama a estar vigilantes y a depender del Espíritu Santo para resistir la tentación y seguir fielmente a Jesús. Hagamos un compromiso de sumisión a la voluntad de Dios, confiando en que Él tiene un propósito perfecto para nuestras vidas.

Preguntas para Estudiantes:

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