Mateo 27:11-31

Introducción

Mateo 27:11-31 narra uno de los momentos más críticos en la Pasión de Cristo: su juicio ante Pilato, la decisión del pueblo de liberar a Barrabás y la humillación que Jesús sufrió a manos de los soldados romanos. Este pasaje es fundamental para comprender el sacrificio de Jesús y el cumplimiento de la voluntad de Dios en medio de la injusticia humana. A través de este análisis exegético, exploraremos cómo la soberanía de Dios se manifiesta incluso en circunstancias adversas, y cómo la obediencia de Cristo hasta la muerte nos ofrece la redención.

Mateo 27:11-31

  1. Jesús ante Pilato
    Versículo 11: «Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.»
    Explicación: Pilato cuestiona a Jesús sobre su identidad como «Rey de los judíos», un título que podría representar una amenaza política para Roma. Jesús responde de manera indirecta, reconociendo su identidad sin tratar de defenderse. Esta respuesta muestra la serenidad y el cumplimiento de la voluntad de Dios en Jesús, quien sabe que su muerte es necesaria para la salvación de la humanidad. La pregunta de Pilato también refleja la ignorancia de los gobernantes terrenales sobre la verdadera naturaleza del reino de Dios.

  2. El silencio de Jesús ante las acusaciones
    Versículos 12-14: «Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.»
    Explicación: Jesús se mantiene en silencio frente a las acusaciones falsas de los líderes religiosos. Este silencio es un cumplimiento de la profecía de Isaías 53:7, donde el Siervo sufriente no abrió su boca ante sus opresores. El asombro de Pilato ante el silencio de Jesús resalta la diferencia entre la reacción humana natural, que buscaría defenderse, y la sumisión de Jesús al plan de Dios. Este momento subraya la confianza de Jesús en el propósito divino, sabiendo que su sacrificio es el camino para la redención.

  3. La elección de Barrabás
    Versículos 15-18, 20-21: «Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Y estando ellos reunidos, les dijo Pilato: ¿A cuál queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? […] Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.»
    Explicación: Pilato ofrece al pueblo la opción de liberar a Jesús o a Barrabás, un criminal notorio. Influenciados por los líderes religiosos, el pueblo elige liberar a Barrabás y condenar a Jesús. Este acto es simbólico de la sustitución que Jesús haría por todos nosotros en la cruz: el inocente toma el lugar del culpable. La elección de Barrabás también muestra la ceguera espiritual de la multitud, incapaz de reconocer a Jesús como el Mesías. A pesar de la injusticia, este evento fue parte del plan divino para la salvación.

  4. La flagelación de Jesús
    Versículo 26: «Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.»
    Explicación: Después de liberar a Barrabás, Pilato ordena que Jesús sea azotado. La flagelación era un castigo brutal que preparaba a los condenados para la crucifixión. Este sufrimiento físico es un preludio del sacrificio supremo que Jesús haría en la cruz. Cada golpe que recibió simboliza el castigo que nosotros merecíamos por nuestros pecados, pero que Él tomó en nuestro lugar. A través de su sufrimiento, Jesús cumple la profecía de que «por sus llagas fuimos nosotros curados» (Isaías 53:5).

  5. La burla de los soldados
    Versículos 28-31: «Y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata; y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.»
    Explicación: Los soldados romanos se burlan de Jesús, vistiéndolo como un rey con una corona de espinas y un manto escarlata. Este acto de humillación es irónico, ya que, aunque lo hacen en burla, en realidad están coronando al verdadero Rey de reyes. La crueldad de los soldados refleja la dureza del corazón humano ante la pureza y la santidad de Cristo. A pesar de las burlas y el sufrimiento, Jesús no responde con odio, sino con un amor sacrificial que culminará en su muerte por la humanidad.

Conclusión

Mateo 27:11-31 nos lleva a través de los eventos que precedieron la crucifixión de Jesús, mostrando cómo la injusticia humana y el sufrimiento de Cristo fueron utilizados por Dios para cumplir Su plan redentor. Jesús, el Rey verdadero, fue humillado y rechazado, pero su sacrificio nos abrió el camino a la salvación. Este pasaje nos recuerda que, aunque el mal parece prevalecer, la voluntad de Dios siempre se cumple para bien.

Este pasaje nos desafía a reflexionar sobre nuestra respuesta a Jesús. ¿Lo reconocemos como el Rey de nuestras vidas o lo rechazamos, como lo hicieron los líderes y la multitud? Estamos llamados a seguir el ejemplo de Jesús en nuestra vida diaria, soportando las pruebas con la confianza de que Dios está en control. Además, debemos recordar que el sacrificio de Jesús nos da la oportunidad de vivir en comunión con Dios, y debemos responder a ese sacrificio con fe y obediencia.

Preguntas para Estudiantes:

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