Marcos 2:13-28

Introducción

El Evangelio de Marcos, en el capítulo 2, versículos 13-28, presenta varios encuentros y enseñanzas de Jesús que desafían las normas y tradiciones religiosas de su tiempo. Estos versículos destacan el llamado de Leví (Mateo), las críticas a Jesús por asociarse con pecadores y su enseñanza sobre el ayuno y el día de reposo. A través de estos eventos, Jesús revela su autoridad divina y la importancia de entender el propósito de las leyes de Dios.

Marcos 2:13-28

1. El llamado de Leví (Marcos 2:13-14)
«Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.»

Jesús llama a Leví, un recaudador de impuestos, a seguirlo. Este llamado es significativo porque los recaudadores de impuestos eran despreciados por los judíos, considerándolos traidores y pecadores. Sin embargo, Jesús no ve las etiquetas sociales; ve el corazón y el potencial de las personas. Este acto muestra la gracia de Jesús, quien invita a todos, sin importar su pasado, a seguirlo y ser transformados por su amor.

2. La crítica por comer con pecadores (Marcos 2:15-17)
«Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.»

Jesús se sienta a comer con pecadores y recaudadores de impuestos, lo que provoca la crítica de los fariseos. Jesús responde afirmando que su misión es sanar y restaurar a los que están espiritualmente enfermos, es decir, a los pecadores. Esta respuesta subraya que el reino de Dios está abierto para todos aquellos que reconocen su necesidad de arrepentimiento y redención. Jesús nos invita a mostrar la misma compasión y gracia hacia aquellos que son marginados o despreciados por la sociedad.

3. La pregunta sobre el ayuno (Marcos 2:18-20)
«Y los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban; y vinieron y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden ayunar los que están de bodas, mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán.»

Los discípulos de Juan y los fariseos cuestionan a Jesús sobre por qué sus discípulos no ayunan. Jesús utiliza la analogía de una boda para explicar que su presencia es motivo de alegría y celebración, no de ayuno. Sin embargo, también anticipa su futura muerte, indicando que entonces sus discípulos ayunarán. Este pasaje nos enseña que nuestras prácticas religiosas deben ser guiadas por la comprensión de los tiempos y la presencia de Jesús en nuestras vidas.

4. El vino nuevo y los odres viejos (Marcos 2:21-22)
«Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.»

Jesús utiliza la metáfora del vino nuevo y los odres viejos para enseñar que su mensaje y misión no pueden ser contenidos por las viejas estructuras religiosas. El evangelio trae una nueva vida y una nueva relación con Dios, que no puede ser limitada por tradiciones antiguas. Este versículo nos desafía a estar abiertos a la obra transformadora de Dios y a no aferrarnos a las tradiciones que ya no reflejan su propósito.

5. El Señor del día de reposo (Marcos 2:23-28)
«Aconteció que al pasar él por los sembrados en un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre él y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.»

Los fariseos critican a los discípulos de Jesús por arrancar espigas en el día de reposo. Jesús responde con una referencia a la historia de David, enseñando que la necesidad humana tiene prioridad sobre las reglas religiosas. Además, Jesús declara su señorío sobre el día de reposo, reafirmando su autoridad divina. Este pasaje nos enseña que las leyes de Dios están diseñadas para el bienestar del hombre y que debemos entenderlas en su verdadero propósito, no como cargas legalesistas.

Conclusión

En Marcos 2:13-28, Jesús desafía las tradiciones religiosas de su tiempo y revela su autoridad divina a través de sus enseñanzas y acciones. Él muestra que su misión es traer sanidad, perdón y una nueva relación con Dios. Jesús nos invita a seguirlo, a ser transformados por su gracia y a vivir bajo su autoridad, entendiendo que las leyes de Dios están diseñadas para nuestro bien y para glorificarlo.

El llamado de Jesús es claro: sigámoslo con todo nuestro corazón, dejando atrás las tradiciones vacías y buscando una relación auténtica con Él. Como cristianos, estamos llamados a ser agentes de gracia y compasión, mostrando el amor de Cristo a todos, especialmente a aquellos que la sociedad rechaza. ¿Estás dispuesto a permitir que Jesús transforme tu vida y a ser un testigo de su amor y poder en tu comunidad?