Lucas 7:11-17

Lucas 7:11-17  Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

En Lucas 7:11-17 encontramos uno de los milagros más conmovedores de Jesús: la resurrección del hijo de la viuda de Naín. Este pasaje muestra el corazón compasivo de Jesús y su poder sobre la vida y la muerte. Nos desafía a reflexionar sobre cómo el Señor responde a nuestro dolor y desesperación, ofreciendo esperanza y vida en medio de la muerte.

1. El encuentro con el dolor (Lucas 7:11-12)

Jesús entra a la ciudad de Naín y se encuentra con un cortejo fúnebre. La viuda, que ha perdido a su único hijo, simboliza el dolor más profundo de la humanidad: la pérdida y la desesperanza. La viuda, además, se enfrentaba a la incertidumbre económica, ya que en esa época dependía de su hijo para sobrevivir.

Explicación: Este versículo nos recuerda que Jesús ve nuestro dolor. Él no está distante, sino que se acerca a nosotros en nuestros momentos más oscuros. En la viuda, vemos cómo el sufrimiento humano encuentra a un Dios que no solo observa, sino que interviene.

2. La compasión de Jesús (Lucas 7:13)

Jesús se compadece de la mujer. La palabra «compasión» aquí indica un sentimiento profundo, una emoción que nace desde lo más íntimo de su ser. Jesús no se queda indiferente ante el sufrimiento de la viuda, sino que se mueve a actuar.

Explicación: Este es uno de los atributos más hermosos de Cristo: su capacidad para sentir con nosotros. Nos muestra que Dios no es insensible a nuestro dolor. La compasión de Jesús es el motor de su intervención, y eso nos da esperanza en nuestras propias circunstancias.

3. El poder de la palabra de Jesús (Lucas 7:14)

Jesús toca el féretro, lo cual era algo inusual porque los judíos evitaban el contacto con los muertos para no contaminarse. Sin embargo, Jesús no teme al contagio de la muerte, porque Él mismo es la fuente de la vida. Con una sola palabra, ordena al joven que se levante.

Explicación: La autoridad de Jesús sobre la muerte es absoluta. Él no necesita rituales complicados, solo su palabra basta para que la vida regrese. Esto nos enseña que el poder de Dios no tiene límites, ni siquiera la muerte puede resistir su autoridad.

4. La resurrección del hijo (Lucas 7:15)

El joven se levanta y comienza a hablar, lo cual prueba su resurrección completa. Jesús luego lo entrega a su madre, restaurando su vida y su futuro. Es un momento de restauración total, tanto en lo emocional como en lo social y económico.

Explicación: Este milagro es una imagen del poder restaurador de Dios. No solo devuelve la vida física, sino que restaura el sentido y la esperanza. Cuando Dios interviene en nuestras vidas, lo hace de manera completa, abarcando todas las áreas de nuestra existencia.

5. La reacción del pueblo (Lucas 7:16-17)

El pueblo se llena de temor y glorifica a Dios, reconociendo que un gran profeta ha surgido entre ellos. La noticia del milagro se extiende por toda Judea y sus alrededores. Este evento confirma que Jesús no solo es un sanador, sino alguien con poder sobre la vida y la muerte.

Explicación: El temor del pueblo refleja la maravilla y el respeto que suscita el poder de Dios. Reconocer a Jesús como profeta es un paso hacia la fe, pero este pasaje nos invita a ir más allá: a reconocerlo como el Hijo de Dios, quien tiene la última palabra sobre nuestras vidas.

Conclusión

La resurrección del hijo de la viuda de Naín nos enseña que Jesús no solo se compadece de nuestro dolor, sino que tiene el poder de transformar nuestra realidad. Él no está limitado por la muerte o la desesperación. Si confiamos en su poder, Él puede restaurar lo que hemos perdido y darnos nueva vida.

Hoy, Dios nos invita a confiar en su poder restaurador. No importa cuán desesperada parezca nuestra situación, Jesús puede traer vida donde hay muerte y esperanza donde hay desolación. Acerquémonos a Él con fe y permitamos que transforme nuestras vidas con su palabra.