Lucas 10:21-24

Lucas 10: 21-24 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

En este pasaje de Lucas 10:21-24, Jesús expresa un gozo profundo en el Espíritu Santo y alaba al Padre por la forma en que ha revelado su verdad a los humildes y no a los sabios de este mundo. Este fragmento nos lleva a reflexionar sobre cómo el conocimiento y la revelación de Dios no dependen de la sabiduría humana, sino de la disposición del corazón. Exploraremos el significado de estos versículos a través de cinco puntos clave que resaltan el gozo de Jesús, la elección divina, y el privilegio que tenemos como hijos de Dios.

1. El gozo de Jesús en el Espíritu Santo (Lucas 10:21a)

Versículo: “En aquella misma hora, Jesús se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra…”

Explicación: Jesús expresa una alegría profunda en el Espíritu Santo, lo que muestra la estrecha comunión entre Él y el Padre. Este gozo no es casual, sino que surge del entendimiento pleno del plan divino y de la revelación que el Padre ha dado a los humildes. Nos recuerda que el verdadero gozo espiritual proviene de la comunión con Dios y la comprensión de su voluntad, algo que solo puede ser experimentado a través del Espíritu Santo.

 

2. La revelación a los humildes (Lucas 10:21b)

Versículo: “…porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños.”

Explicación: Jesús alaba al Padre por revelar sus misterios no a los sabios y entendidos del mundo, sino a los “niños,” aquellos que tienen un corazón humilde y receptivo. Este es un recordatorio de que el conocimiento de Dios no se obtiene por la sabiduría humana, sino por la revelación divina a los que son como niños en su fe. Para recibir la verdad de Dios, debemos tener un corazón humilde, dependiente y dispuesto a aprender.

 

3. El agrado de Dios en su voluntad (Lucas 10:21c)

Versículo: “Sí, Padre, porque así te agradó.”

Explicación: Jesús reconoce que la elección de a quién revelar su verdad es parte del agrado soberano de Dios. Este versículo nos recuerda que Dios es soberano y actúa según su voluntad perfecta, complaciéndose en revelar su gracia a aquellos que lo buscan con un corazón sencillo. La voluntad de Dios es perfecta, y aunque a veces no comprendemos sus caminos, podemos confiar en su justicia y bondad.

 

4. La relación íntima entre el Padre y el Hijo (Lucas 10:22)

Versículo: “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.”

Explicación: Aquí vemos la relación única y profunda entre el Padre y el Hijo. Solo el Padre conoce plenamente al Hijo, y solo el Hijo conoce completamente al Padre. Este versículo subraya la divinidad de Jesús y su papel como revelador de Dios. Nos enseña que es solo a través de Jesús que podemos conocer al Padre, y que esa revelación es un acto de gracia.

 

5. El privilegio de ver y oír las cosas de Dios (Lucas 10:23-24)

Versículo: “Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.”

Explicación: Jesús destaca el privilegio especial que tienen sus discípulos al ser testigos directos de las obras y las palabras del Hijo de Dios. Muchos profetas y reyes en el pasado desearon tener esa cercanía y experiencia con el Mesías, pero no les fue concedido. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre el gran regalo que tenemos al conocer a Jesús y tener acceso a su palabra, un privilegio que debemos valorar y aprovechar.

 

Conclusión

Lucas 10:21-24 nos invita a reflexionar sobre el inmenso privilegio que tenemos como creyentes de conocer y experimentar la revelación de Dios a través de Jesús. Este pasaje nos recuerda que la sabiduría humana no es suficiente para comprender las cosas del Reino; se necesita un corazón humilde y una dependencia total de la revelación de Dios. Jesús es el mediador entre Dios y el hombre, y su gozo en el Espíritu Santo es una llamada para nosotros a buscar esa comunión profunda con nuestro Creador.

Hoy, más que nunca, debemos pedirle a Dios un corazón humilde y abierto a su revelación. No se trata de acumular conocimientos humanos, sino de vivir una vida que esté conectada al plan divino. Al igual que los discípulos, somos llamados a apreciar el inmenso privilegio de conocer a Jesús y a compartir esta verdad con aquellos que aún no lo conocen. ¡Hoy es el día para renovar nuestro compromiso con la misión de Cristo y vivir en su revelación!

Preguntas para Reflexión :

Libro de Lucas 2100 1050

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