Juan 3:31-36

Juan 3:31-36  Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

El Evangelio de Juan nos presenta la supremacía de Cristo como Aquel que viene de lo alto, con autoridad y poder sobre todas las cosas. En Juan 3:31-36, Juan el Bautista reafirma esta verdad y enfatiza que creer en Jesús trae vida eterna, mientras que rechazarlo conduce a la perdición. Este pasaje nos desafía a reconocer la autoridad de Cristo y a rendirnos completamente a Él.

Punto 1: Cristo, el que viene de lo alto

Versículo clave: “El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.” (Juan 3:31)

Explicación: Jesús no es simplemente un maestro terrenal; Él es divino, enviado desde el cielo con autoridad sobre todas las cosas. Por otro lado, los hombres, siendo terrenales, no pueden comprender plenamente las cosas celestiales sin la revelación divina.

Aplicación práctica: Reconocer la supremacía de Cristo nos lleva a someter cada aspecto de nuestra vida a Su autoridad. Él tiene el conocimiento y el poder para guiarnos correctamente.

Punto 2: El testimonio de Cristo

Versículo clave: “Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.” (Juan 3:32)

Explicación: Jesús testifica lo que ha visto y oído del Padre. Sin embargo, muchos no reciben Su mensaje debido a la dureza de sus corazones. Esta resistencia no invalida la verdad de Su testimonio.

Aplicación práctica: Examina si estás abierto a recibir el testimonio de Cristo. Permite que Su Palabra transforme tu vida, en lugar de resistirla.

Punto 3: La veracidad de Dios confirmada

Versículo clave: “El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.” (Juan 3:33)

Explicación: Al aceptar el testimonio de Jesús, declaramos que Dios es fiel y verdadero. Rechazarlo es llamar a Dios mentiroso, pues Jesús es la manifestación perfecta de la verdad divina.

Aplicación práctica: Vivir con fe implica confiar plenamente en que la Palabra de Dios es verdad, incluso cuando enfrentamos dudas o desafíos.

Punto 4: Cristo habla con autoridad divina

Versículo clave: “Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.” (Juan 3:34)

Explicación: Jesús no está limitado en el Espíritu; Él habla directamente de Dios con plenitud y autoridad. Este versículo resalta la conexión única entre Jesús y el Padre.

Aplicación práctica: Valora la autoridad de las palabras de Jesús. Dedica tiempo a leer y aplicar Su enseñanza en tu vida diaria.

Punto 5: La vida eterna a través de Cristo

Versículo clave: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (Juan 3:36)

Explicación: Este versículo concluye con una advertencia clara: la fe en Jesús es el único camino a la vida eterna. La incredulidad lleva a la separación eterna de Dios.

Aplicación práctica: Reflexiona sobre tu relación con Jesús. Si aún no has puesto tu fe en Él, hoy es el momento de hacerlo.

Conclusión

Juan 3:31-36 nos llama a reconocer la supremacía de Cristo y la urgencia de poner nuestra fe en Él. Su testimonio es verdadero, y creer en Él nos da acceso a la vida eterna. Este pasaje es un recordatorio solemne de las consecuencias de aceptar o rechazar a Jesús.

Imagina recibir una invitación personal del Rey del universo para vivir eternamente con Él. Esa es la realidad de lo que Jesús nos ofrece. No importa tu pasado, tus errores o tus dudas; Él está aquí, llamándote a una relación llena de propósito y amor eterno. Acepta Su invitación y experimenta la transformación que solo Él puede traer.

No postergues la decisión más importante de tu vida: aceptar a Cristo como tu Salvador. Reflexiona sobre Su supremacía y el regalo de la vida eterna que ofrece. Vive cada día como un testigo de Su verdad.

Oración Sugerida: “Señor Jesús, reconozco que eres el Hijo de Dios y el único camino a la vida eterna. Perdona mis pecados y enséñame a vivir bajo Tu autoridad. Ayúdame a recibir y proclamar Tu testimonio con fe y amor. Amén.”