Juan 11:28-37 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Este pasaje de Juan 11:28-37 nos revela la humanidad de Jesús, Su compasión y Su cercanía en medio del dolor. A través de Su interacción con María y los que lloraban por Lázaro, vemos cómo Jesús no solo observa nuestro sufrimiento, sino que lo comparte profundamente. Este texto nos invita a reflexionar sobre Su amor personal y Su poder para transformar el luto en gozo.
Punto 1: María Busca a Jesús: La Vulnerabilidad en la Presencia de Dios
Versículos claves: «Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama. Ella, cuando lo oyó, se levantó deprisa y vino a él. Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado.» (Juan 11:28-30)
Explicación: María, al enterarse de que Jesús la llama, responde rápidamente. Este acto refleja cómo el llamado de Cristo nos mueve a acercarnos a Él, especialmente en nuestros momentos de mayor necesidad.
Jesús siempre nos llama, especialmente cuando enfrentamos pruebas. Este punto nos anima a responder con prontitud y confianza, sabiendo que Él está cerca, listo para recibirnos.
Reflexión práctica: ¿Reconoces el llamado de Jesús en tus momentos de angustia?
Punto 2: Jesús Ve el Dolor de María y de los Judíos
Versículos claves: «Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, al verla que se había levantado deprisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió.» (Juan 11:31-33)
Explicación: María expresa su dolor con sinceridad, y Jesús, al verla llorar junto con los demás, se conmueve profundamente. Su reacción demuestra Su empatía total con nuestro sufrimiento.
Jesús no es indiferente a nuestro dolor. Él lo siente y lo lleva consigo, mostrándonos que Su amor no es distante, sino cercano y personal.
Reflexión práctica: ¿Cómo puedes confiar en que Jesús comprende y comparte tu dolor?
Punto 3: «¿Dónde le pusisteis?»: El Compromiso de Jesús con Nuestro Dolor
Versículos claves: «Y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró.» (Juan 11:34-35)
Explicación: En esta breve pero poderosa escena, Jesús no solo pregunta por el lugar del sepulcro, sino que también llora. Sus lágrimas son un testimonio de Su compasión genuina y de Su disposición a involucrarse plenamente en nuestro sufrimiento.
Este momento nos recuerda que Jesús está dispuesto a entrar en nuestras experiencias más dolorosas para traernos consuelo y esperanza.
Reflexión práctica: ¿Estás dispuesto a permitir que Jesús entre en las áreas más difíciles de tu vida?
Punto 4: El Amor de Jesús Es Reconocido
Versículo clave: «Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.» (Juan 11:36)
Explicación: Los judíos reconocen el profundo amor de Jesús por Lázaro. Su amor no solo es evidente en palabras, sino también en acciones y emociones. Este testimonio reafirma que Jesús no solo nos conoce, sino que nos ama profundamente.
Este punto nos anima a confiar en que el amor de Jesús está presente en cada circunstancia, incluso cuando no entendemos Sus planes.
Reflexión práctica: ¿Cómo puedes reconocer y experimentar el amor de Jesús en tu vida diaria?
Punto 5: La Reacción de los Testigos: Dudas y Expectativas
Versículo clave: «Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?» (Juan 11:37)
Explicación: Aunque algunos reconocen el amor de Jesús, otros cuestionan Su poder. Estas dudas reflejan cómo a menudo luchamos con preguntas sobre el tiempo y las maneras en que Dios actúa.
Este pasaje nos invita a confiar en los planes de Jesús, aunque no siempre los entendamos completamente.
Reflexión práctica: ¿Cómo puedes fortalecer tu fe cuando enfrentas dudas sobre los planes de Dios?
Conclusión
Juan 11:28-37 nos muestra a un Jesús que no solo entiende nuestro dolor, sino que lo comparte. Su amor y compasión nos invitan a acercarnos a Él con sinceridad y confianza. Este pasaje nos desafía a reconocer Su presencia en nuestras vidas, especialmente en los momentos difíciles, y a confiar en Su poder y Su amor.
Querido lector, recuerda que no estás solo en tus luchas. Jesús te ama profundamente y está contigo en cada momento, compartiendo tus alegrías y tus lágrimas. Él no solo observa desde lejos, sino que se acerca con compasión y poder. Confía en que Su amor es suficiente para sostenerte y renovarte.
Hoy, decide abrir tu corazón a Jesús, permitiéndole entrar en tus áreas de dolor y duda. Confía en que Él no solo comprende tu sufrimiento, sino que está contigo, caminando a tu lado en cada paso del camino.
Oración Sugerida: “Señor Jesús, gracias por compartir mi dolor y por amarme tan profundamente. Ayúdame a confiar en Tu presencia y Tu plan, incluso cuando no entiendo el porqué de las cosas. Llena mi corazón con Tu paz y renueva mi fe en Tu amor. En Tu nombre, amén”.
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Cómo respondes cuando Jesús te llama en medio de tus pruebas?
- 2. ¿De qué manera puedes confiar en que Jesús comprende y comparte tu sufrimiento?
- 3. ¿Qué significa para ti que Jesús llora contigo en tus momentos de dolor?
- 4. ¿Cómo puedes experimentar el amor de Jesús en medio de tus circunstancias difíciles?
- 5. ¿Qué haces cuando enfrentas dudas sobre los planes y el tiempo de Dios en tu vida?
