30 Días de Fe – Día 13: La Fe que Se Confiesa con la Boca
Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
La fe no solo es algo que experimentamos internamente, sino que también debe ser expresada externamente. La Biblia nos enseña que lo que creemos en nuestro corazón debe ser proclamado con nuestra boca. A través de nuestras palabras, demostramos lo que realmente creemos. Este estudio se centra en la importancia de confesar nuestra fe, no solo en momentos de alegría, sino especialmente en tiempos de dificultad. Cuando declaramos nuestra fe, estamos alineándonos con el propósito de Dios para nuestras vidas y participando activamente en la obra que Él está haciendo en el mundo.
Punto 1: La fe se manifiesta a través de nuestras palabras
En Romanos 10:9, Pablo nos dice: «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo». La fe comienza en el corazón, pero es la confesión de esa fe lo que nos lleva a la salvación. Las palabras tienen poder; lo que declaramos con nuestra boca refleja lo que creemos en lo profundo de nuestro ser. Confesar nuestra fe no es solo un acto puntual, sino una práctica constante que refleja nuestra confianza en las promesas de Dios. Al hablar de nuestra fe, no solo afirmamos lo que creemos, sino que también fortalecemos nuestra relación con Dios.
Punto 2: Las palabras tienen poder para crear y cambiar realidades
En Proverbios 18:21, se nos recuerda: «La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos». Las palabras no son neutras, sino que tienen un poder creativo. Lo que decimos sobre nuestra vida, nuestra situación y nuestras circunstancias tiene el poder de influir en ellas. Si confesamos palabras de fe, estamos abriendo la puerta para que Dios obre en nuestras vidas. Si, por el contrario, hablamos palabras de duda y temor, estamos bloqueando las bendiciones de Dios. Nuestra fe se refleja en lo que declaramos, y lo que declaramos tiene el poder de transformar nuestras realidades.
Punto 3: Hablar de la fe fortalece nuestra confianza en Dios
En 2 Corintios 4:13, Pablo dice: «Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según está escrito: Creí, por lo cual hablé; nosotros también creemos, por lo cual también hablamos». Al hablar de nuestra fe, no solo afirmamos lo que creemos, sino que también fortalecemos nuestra confianza en Dios. Cada vez que declaramos Su fidelidad y Su poder, nuestra fe se edifica. Es como un ejercicio espiritual: al hablar la verdad de la Palabra de Dios, nuestra confianza en Él crece y se renueva.
Punto 4: La confesión de fe es un acto de obediencia a la Palabra de Dios
En Marcos 11:23, Jesús nos enseña: «De cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho». La confesión de nuestra fe es un acto de obediencia a las enseñanzas de Jesús. Al declarar lo que Dios dice sobre nosotros, estamos alineándonos con Su voluntad y permitiendo que Su poder se manifieste. No se trata solo de desear algo o afirmarlo de manera vacía, sino de afirmar lo que Dios ha prometido en Su Palabra. Cuando hablamos de acuerdo con lo que Dios dice, estamos participando activamente en el cumplimiento de Su voluntad.
Punto 5: La confesión de fe nos conecta con el poder sobrenatural de Dios
En Hebreos 11:3, se nos recuerda que «por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía». La confesión de fe no es solo un acto natural, sino que nos conecta con el poder sobrenatural de Dios. Así como Dios creó el universo por Su palabra, nosotros, al declarar nuestra fe, nos alineamos con ese poder creador y transformador. Nuestra confesión de fe no es una simple afirmación; es un acto que tiene el poder de abrir puertas, cambiar corazones y transformar circunstancias.
Conclusión
La fe no es algo que solo guardamos en nuestro corazón; debe ser expresada con nuestra boca. Cuando confesamos nuestra fe, estamos activando el poder de Dios en nuestras vidas. Las palabras tienen poder, y nuestra confesión de fe no solo edifica nuestra confianza en Dios, sino que también abre puertas para que Él obre en nuestras circunstancias. A medida que hablamos de la verdad de Su Palabra, nos alineamos con Su voluntad y participamos en la transformación de nuestras vidas y del mundo que nos rodea.
Hoy, haz un compromiso de hablar palabras de fe sobre tu vida y tus circunstancias. Declara las promesas de Dios sobre ti, sobre tu familia, sobre tus finanzas, y sobre tu salud. No importa lo que estés enfrentando; habla palabras que confirmen la verdad de que Dios está contigo y que Él es fiel. Al hacerlo, estarás activando el poder de la fe en tu vida y viendo cómo Dios obra de maneras sorprendentes.
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Qué palabras estás declarando sobre tu vida en este momento?
- 2. ¿Cómo puedes comenzar a hablar más de acuerdo con lo que Dios dice sobre ti?
- 3. ¿Qué promesas de Dios puedes declarar hoy sobre tu vida?
- 4. ¿Cómo la confesión de fe ha cambiado tu perspectiva en momentos difíciles?
- 5. ¿Cómo puedes usar tus palabras para edificar la fe de otros a tu alrededor?
