Hechos 18:24-28 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
En Hechos 18:24-28, encontramos el relato de Apolos, un hombre apasionado, elocuente y ferviente en las Escrituras. Este pasaje nos enseña cómo Dios usa a personas con diversas capacidades para extender Su reino, y cómo el discipulado y la enseñanza son esenciales en el crecimiento espiritual. Además, resalta la importancia de tener un corazón humilde y dispuesto a aprender. Este estudio práctico nos llevará a reflexionar sobre cómo podemos ser más efectivos y fieles en nuestro servicio al Señor.
Punto 1: Apolos: un hombre preparado, pero con necesidad de más conocimiento
Versículo clave: «Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras» (Hechos 18:24).
Explicación: Apolos era un hombre culto, elocuente y versado en las Escrituras. Provenía de Alejandría, un centro de conocimiento y cultura. Sin embargo, aunque tenía un conocimiento sólido del Antiguo Testamento, su comprensión del Evangelio estaba incompleta. Esto nos enseña que, sin importar cuán preparados estemos, siempre podemos aprender más de Dios y Su Palabra.
Versículo relacionado: «El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos» (Salmos 111:10).
Reflexión: Aunque tengamos dones y conocimientos, necesitamos ser humildes y enseñables para crecer en nuestra relación con Dios.
Punto 2: Fervor espiritual acompañado de fe
Versículo clave: «Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor» (Hechos 18:25a).
Explicación: El fervor de Apolos por el Señor es un ejemplo para nosotros. Su entusiasmo para compartir lo que sabía nos recuerda que debemos servir con pasión y amor. Sin embargo, este fervor debe estar alineado con un entendimiento completo del Evangelio, para que sea verdaderamente eficaz.
Versículo relacionado: «No sean perezosos en lo que requiere diligencia; sean fervientes en espíritu, sirviendo al Señor» (Romanos 12:11).
Reflexión: ¿Servimos al Señor con entusiasmo, o permitimos que las circunstancias apaguen nuestro fervor?
Punto 3: La humildad para ser corregido
Versículo clave: «Pero cuando Priscila y Aquila lo oyeron, lo tomaron aparte y le expusieron con más exactitud el camino de Dios» (Hechos 18:26).
Explicación: Apolos, a pesar de ser un hombre elocuente y educado, tuvo la humildad de aceptar la corrección y aprender de otros. Priscila y Aquila, con sabiduría y amor, lo guiaron para comprender mejor el mensaje del Evangelio. Este ejemplo destaca la importancia del discipulado y de recibir corrección como parte de nuestro crecimiento espiritual.
Versículo relacionado: «El que ama la instrucción ama el conocimiento, pero el que aborrece la reprensión es torpe» (Proverbios 12:1).
Reflexión: ¿Estamos dispuestos a aceptar corrección y aprender de otros para crecer en nuestra fe?
Punto 4: Apolos como defensor de la fe
Versículo clave: «Porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo» (Hechos 18:28).
Explicación: Con el conocimiento adquirido, Apolos usó su preparación para demostrar, con valentía y convicción, que Jesús era el Mesías prometido. Este acto nos inspira a estudiar la Palabra profundamente, para que podamos defender nuestra fe con claridad y amor.
Versículo relacionado: «Estén siempre preparados para responder con mansedumbre y reverencia a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes» (1 Pedro 3:15).
Reflexión: ¿Estamos preparados para defender nuestra fe con conocimiento y amor?
Punto 5: El impacto del discipulado en la expansión del Evangelio
Versículo clave: «Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos que lo recibieran; y llegando allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído» (Hechos 18:27).
Explicación: Apolos fue una bendición para los creyentes en Acaya, gracias a la inversión de Priscila y Aquila en su vida. Esto muestra cómo el discipulado transforma no solo a individuos, sino también a comunidades enteras. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de guiar y ser guiados en el camino del Señor.
Versículo relacionado: «Y lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros» (2 Timoteo 2:2).
Reflexión: ¿Estamos invirtiendo en el discipulado para que otros crezcan en la fe y compartan el Evangelio?
Conclusión
El relato de Apolos en Hechos 18:24-28 nos muestra cómo Dios usa a personas con diversas habilidades y niveles de conocimiento para cumplir Su propósito. A través de la vida de Apolos, aprendemos la importancia de ser fervorosos en espíritu, humildes para aprender y valientes para defender nuestra fe. Además, vemos cómo el discipulado tiene un impacto transformador en la vida de un creyente y en la comunidad que lo rodea.
Este pasaje nos desafía a examinar nuestras vidas y a preguntarnos: ¿estamos abiertos a la corrección? ¿Estamos dispuestos a invertir en el crecimiento espiritual de otros? Dios nos llama a usar nuestros dones para Su gloria y a crecer constantemente en nuestro conocimiento de Su Palabra.
Así como Apolos fue perfeccionado y usado poderosamente por Dios, también nosotros podemos ser equipados para cumplir nuestro propósito si estamos dispuestos a aprender, servir y guiar a otros en el camino del Señor.
Como Apolos, cada uno de nosotros tiene talentos y habilidades que Dios quiere usar. Tal vez no tengas todas las respuestas, pero lo importante es tener un corazón dispuesto y fervoroso para aprender y servir. Dios te ha equipado para ser de bendición en tu entorno. Deja que Él te perfeccione cada día. Recuerda: no importa dónde empieces, sino a dónde Dios quiere llevarte.
Dedica tiempo esta semana a identificar áreas en las que necesitas crecer. Busca mentores espirituales o personas maduras en la fe que puedan guiarte. Además, ora para que Dios te use como un instrumento para edificar a otros.
Oración sugerida: “Señor, gracias por Tu Palabra y por los ejemplos de fe y humildad que nos das en ella. Ayúdame a tener un corazón fervoroso, humilde y dispuesto a aprender. Permíteme ser una luz para otros, creciendo en conocimiento y amor. Úsame para Tu gloria y enséñame a edificar a los demás. Amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Qué talentos o habilidades me ha dado Dios que puedo usar para Su gloria?
- 2. ¿Estoy buscando crecer en mi conocimiento de la Palabra de Dios?
- 3. ¿Cómo reacciono cuando otros me corrigen o me enseñan algo nuevo?
- 4. ¿De qué manera estoy contribuyendo al discipulado de otros creyentes?
- 5. ¿Estoy preparado para defender mi fe con amor y sabiduría?
