Romanos 14:1-23 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Las diferencias de opinión y práctica han existido en la iglesia desde sus inicios. En Romanos 14, Pablo nos enseña cómo manejar esas diferencias sin dividirnos, recordándonos que la unidad en Cristo es más importante que nuestras preferencias personales.
Hoy en día, enfrentamos desacuerdos en la iglesia sobre temas secundarios: qué tipo de música es adecuada, cómo debe vestirse un creyente, qué actividades son aceptables, etc. Este capítulo nos ayuda a vivir en amor, sin juzgar, y buscando la paz en la comunidad cristiana.
Veamos cinco principios esenciales de este pasaje.
Punto 1: Aceptar a los débiles en la fe sin juzgar sus convicciones
Versículo clave: «Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.» (Romanos 14:1)
Versículo relacionado: «Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.» (Romanos 15:1)
Explicación: Pablo habla de creyentes «débiles en la fe», refiriéndose a aquellos que todavía tienen restricciones en su conciencia sobre ciertos temas (como la comida o días especiales). En lugar de despreciarlos o discutir con ellos, los fuertes en la fe deben recibirlos con amor y paciencia.
Hoy, esto se aplica a los creyentes que tienen diferentes convicciones sobre ciertos hábitos o costumbres. En vez de juzgarlos, debemos mostrar comprensión y guiar con amor.
Aplicación práctica: Si conoces a alguien con una convicción diferente a la tuya en temas secundarios, en lugar de discutir, escúchalo con respeto y edifica su fe.
Punto 2: Cada persona es responsable delante de Dios
Versículo clave: «¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para sostenerlo.» (Romanos 14:4)
Versículo relacionado: «No juzguéis, para que no seáis juzgados.» (Mateo 7:1)
Explicación: Cada creyente es un siervo de Dios y solo Él tiene la autoridad para juzgarlo. En lugar de enfocarnos en criticar a otros, debemos confiar en que Dios guiará a cada persona según su crecimiento espiritual.
Hoy en día, muchos cristianos caen en la trampa de juzgar a otros por sus prácticas externas, sin considerar su relación con Dios. En lugar de ser jueces, debemos ser hermanos que edifican y apoyan.
Aplicación práctica: Antes de criticar a alguien por su manera de vivir su fe, pregúntate si lo estás ayudando a crecer o solo lo estás desanimando.
Punto 3: Vivimos para el Señor, no para nosotros mismos
Versículo clave: «Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.» (Romanos 14:7-8)
Versículo relacionado: «Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús.» (Colosenses 3:17)
Explicación: Nuestra vida no nos pertenece, sino que pertenecemos a Cristo. Todo lo que hacemos debe estar orientado a agradarle a Él, no a nosotros mismos ni a la opinión de los demás.
En la actualidad, muchas personas buscan vivir solo para su propia satisfacción. Sin embargo, los cristianos debemos recordar que nuestra meta es honrar a Dios en todo lo que hacemos.
Aplicación práctica: Antes de tomar una decisión, pregúntate: ¿Esto glorifica a Dios? Asegúrate de que tu vida esté centrada en Cristo, y no solo en tus deseos personales.
Punto 4: No seamos tropiezo para nuestros hermanos
Versículo clave: «Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.» (Romanos 14:13)
Versículo relacionado: «Mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles.» (1 Corintios 8:9)
Explicación: Aunque tenemos libertad en Cristo, debemos usar esa libertad con responsabilidad. Si algo que hacemos puede hacer tropezar a un hermano en la fe, es mejor evitarlo por amor.
Esto se aplica en situaciones donde nuestras acciones pueden confundir o afectar a otros. Por ejemplo, aunque algo no sea pecado para ti, si causa conflicto en la conciencia de otro creyente, es mejor actuar con prudencia.
Aplicación práctica: Antes de hacer algo en público, pregúntate: ¿Estoy edificando a mis hermanos en la fe o podría estar haciéndolos tropezar?
Punto 5: El reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu
Versículo clave: «Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.» (Romanos 14:17)
Versículo relacionado: «Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.» (Mateo 5:9)
Explicación: Pablo nos recuerda que el cristianismo no se trata de reglas externas, sino de una relación viva con Dios, caracterizada por justicia, paz y gozo.
Muchos cristianos se enfocan en lo superficial, pero lo más importante es vivir en amor y promover la paz dentro de la iglesia.
Aplicación práctica: Prioriza lo eterno sobre lo temporal. Enfócate en promover la unidad y la paz en lugar de discutir por temas sin importancia.
Conclusión
Romanos 14 nos enseña que la unidad en Cristo es más importante que nuestras diferencias de opinión. Debemos aceptarnos, vivir para el Señor y evitar ser tropiezo para los demás.
El amor y la unidad en la iglesia reflejan el carácter de Cristo. No permitas que las diferencias dividan el cuerpo de Cristo. Vive con gracia y humildad, buscando edificar a otros en vez de juzgar.
Hoy es el día para dejar de juzgar y comenzar a edificar. En lugar de enfocarte en las diferencias, enfócate en lo que nos une en Cristo. Comprométete a ser un agente de paz y amor en la iglesia.
Oración sugerida: “Señor, ayúdame a aceptar a mis hermanos en la fe con amor y comprensión. Que mi vida refleje unidad, paz y edificación, en lugar de juicio y división. Dame sabiduría para actuar con gracia y ser luz en tu iglesia. En el nombre de Jesús, amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿He juzgado a otros por diferencias de opinión en lugar de amarlos?
- 2. ¿Estoy viviendo para agradar a Dios o a los demás?
- 3. ¿Estoy usando mi libertad en Cristo con responsabilidad?
- 4. ¿Estoy edificando la fe de mis hermanos o siendo tropiezo?
- 5. ¿Estoy promoviendo la paz y la unidad dentro del cuerpo de Cristo?
