Apocalipsis 7:9-17

Apocalipsis 7:9-17 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

Después de la visión de los 144,000 sellados, el apóstol Juan nos lleva a una escena celestial impresionante: una multitud incontable de todas las naciones, tribus y lenguas adorando a Dios. Esta visión es un recordatorio poderoso de la esperanza final para todos los creyentes: la victoria eterna en la presencia de Dios. En medio de pruebas y dificultades, este pasaje nos anima a perseverar, recordándonos que Dios tiene un destino glorioso preparado para su pueblo.

Punto 1: Una multitud de todas las naciones

Versículo clave: «Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos.» (Apocalipsis 7:9)

Versículo relacionado: «Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.» (Mateo 24:14)

Explicación: Esta visión nos muestra que la salvación no está limitada a un grupo específico de personas, sino que está abierta a todos los que han depositado su fe en Cristo. Las ropas blancas simbolizan la pureza y la redención a través de la sangre de Jesús.

Aplicación práctica: Dios nos llama a ver más allá de nuestras diferencias y a reconocer que su reino está compuesto por personas de todas las culturas y contextos. Debemos trabajar para compartir el evangelio con otros y vivir con la seguridad de que somos parte de esta gran multitud.

Punto 2: La adoración celestial

Versículo clave:  «Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.» (Apocalipsis 7:10)

Versículo relacionado: «A Jehová canta toda la tierra, Proclamad de día en día su salvación.» (1 Crónicas 16:23)

Explicación: La multitud proclama que la salvación pertenece solo a Dios y al Cordero. La adoración en el cielo es espontánea, apasionada y centrada en la obra redentora de Cristo.

Aplicación práctica: La adoración no es solo un acto de canto en la iglesia; es un estilo de vida. Nuestra vida debe reflejar un corazón agradecido por la salvación de Dios. En medio de las dificultades, la adoración nos recuerda que Dios sigue en el trono y que Él tiene el control.

Punto 3: El reconocimiento celestial de la multitud

Versículo clave: «Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?» (Apocalipsis 7:13)

Versículo relacionado: «Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas en la ciudad.» (Apocalipsis 22:14)

Explicación: La multitud es identificada como aquellos que han salido de la gran tribulación y han lavado sus ropas en la sangre del Cordero. Esto indica que han vencido por medio del sacrificio de Cristo.

Aplicación práctica: En nuestra vida, enfrentaremos tribulaciones, pero la promesa de Dios es que aquellos que perseveran en la fe recibirán la recompensa eterna. No importa cuán difícil sea la prueba, nuestra esperanza está en Cristo.

Punto 4: Dios promete sustento y consuelo

Versículo clave:  «Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno.» (Apocalipsis 7:16)

Versículo relacionado: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.» (Filipenses 4:19)

Explicación: Dios promete que en su presencia no habrá más sufrimiento. Él es el proveedor y protector de su pueblo, asegurando que nunca más experimentarán necesidad o aflicción.

Aplicación práctica: Muchas veces pasamos por momentos de escasez o sufrimiento, pero Dios nos recuerda que en Él encontramos provisión. Aunque en la tierra enfrentemos dificultades, la promesa final es una vida sin dolor ni lágrimas en su presencia.

Punto 5: El Cordero será nuestro Pastor

Versículo clave: «Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.» (Apocalipsis 7:17)

Versículo relacionado: «Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.» (Juan 10:11)

Explicación: Jesús, el Cordero de Dios, es también nuestro Pastor. Él nos guiará a la vida eterna y traerá consuelo a todas nuestras aflicciones.

Aplicación práctica: Cuando pasamos por tiempos de dolor y confusión, debemos recordar que Jesús es nuestro Pastor. Él nos guía, nos consuela y nos lleva a aguas de vida. Nuestra esperanza no está en este mundo, sino en la vida eterna que Él nos ha prometido.

Conclusión

La visión de la gran multitud nos da esperanza y nos recuerda que Dios tiene un plan perfecto para su pueblo. No importa lo que enfrentemos en esta vida, nuestra recompensa final es estar en su presencia, adorándolo por la eternidad. Dios ha prometido que enjugará nuestras lágrimas y nos dará paz eterna.

Si hoy te sientes cansado, preocupado o abatido por las pruebas de la vida, recuerda esta escena celestial. Hay un futuro glorioso esperándote. No estás solo en tu caminar; Dios está contigo y ha preparado un lugar donde no habrá más dolor ni sufrimiento. Sigue confiando, porque la victoria ya está asegurada en Cristo.

Nuestra esperanza final está en la presencia de Dios. Mientras vivimos en este mundo, debemos mantenernos firmes en la fe, adorando a Dios y compartiendo su amor con otros. No dejes que las dificultades te desvíen del propósito de Dios en tu vida.

Oración sugerida: “Señor, gracias por la esperanza que nos das en tu palabra. Ayúdame a mantener mi mirada en la eternidad y a confiar en tu fidelidad. Aunque enfrente dificultades, sé que mi destino final es estar contigo. Enséñame a adorarte con todo mi corazón y a vivir una vida que te glorifique. En el nombre de Jesús, amén.”