Apocalipsis 5:1-14

Apocalipsis 5:1-14 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

El capítulo 5 de Apocalipsis nos introduce en un momento crucial de la visión de Juan: el descubrimiento de un libro sellado y la búsqueda de alguien digno de abrirlo. En medio de la angustia de Juan al ver que nadie parecía digno, surge la figura del Cordero, Jesucristo, quien es el único capaz de abrir los sellos y ejecutar el plan redentor de Dios. Esta escena nos revela la supremacía de Cristo y nos invita a confiar en su autoridad y soberanía en medio de nuestras circunstancias.

Punto 1: El libro sellado y la imposibilidad humana

Versículo clave:  «Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.» (Apocalipsis 5:1)

Versículo relacionado: «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.» (Isaías 55:8)

Explicación: Juan ve un libro en la mano de Dios, sellado con siete sellos, lo que indica su plenitud y carácter sagrado. Este libro representa el propósito de Dios para la historia, su justicia y su juicio. Sin embargo, nadie en el cielo ni en la tierra es digno de abrirlo, lo que simboliza la incapacidad humana para llevar a cabo el plan divino.

Aplicación práctica: Muchas veces intentamos resolver problemas con nuestra propia fuerza, olvidando que solo Dios tiene el control total. En lugar de desesperarnos cuando enfrentamos situaciones imposibles, debemos aprender a confiar en su soberanía y esperar en su tiempo perfecto.

Punto 2: La tristeza de Juan y la esperanza en el León de Judá

Versículo clave: «Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.» (Apocalipsis 5:4)

Versículo relacionado: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.» (Mateo 11:28)

Explicación: La angustia de Juan refleja el anhelo de la humanidad por encontrar justicia y sentido en la vida. Sin embargo, uno de los ancianos le da una noticia esperanzadora: el León de la tribu de Judá ha vencido y es digno de abrir el libro.

Aplicación práctica: En momentos de desesperación, debemos recordar que Cristo ya ha vencido. Él es nuestra esperanza cuando todo parece perdido. No importa cuán oscura sea la situación, Jesús sigue siendo el León de Judá, fuerte y victorioso.

Punto 3: El Cordero inmolado: el sacrificio perfecto

Versículo clave: «Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.» (Apocalipsis 5:6)

Versículo relacionado: «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.» (Juan 1:29)

Explicación: Juan esperaba ver un león, pero en su lugar ve un Cordero inmolado, que representa a Jesús. Sus siete cuernos simbolizan poder absoluto y sus siete ojos, su omnisciencia. A través de su sacrificio, Cristo no solo es el León conquistador, sino también el Cordero que redime.

Aplicación práctica: El mundo valora el poder y la fuerza, pero el verdadero triunfo viene a través del sacrificio de Cristo. Sigamos su ejemplo: en lugar de luchar con violencia o arrogancia, venzamos con amor, servicio y humildad.

Punto 4: La adoración al Cordero

Versículo clave: «Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios.» (Apocalipsis 5:9)

Versículo relacionado: «Digno es el Cordero que fue inmolado de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.» (Apocalipsis 5:12)

Explicación: La adoración celestial se centra en la obra redentora de Cristo. Su sacrificio ha comprado para Dios un pueblo de toda tribu, lengua y nación. Su dignidad no proviene solo de su divinidad, sino de su amor demostrado en la cruz.

Aplicación práctica: Nuestra adoración debe estar fundamentada en el reconocimiento de quién es Cristo y lo que ha hecho por nosotros. No se trata solo de cantos, sino de una vida que refleje gratitud y compromiso con Él.

Punto 5: La adoración universal a Dios y al Cordero

Versículo clave: «Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.» (Apocalipsis 5:13)

Versículo relacionado: «Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.» (Filipenses 2:10)

Explicación: Toda la creación reconoce la autoridad y el poder del Cordero. Esta es una imagen del día en que toda rodilla se doblará ante Cristo y toda lengua confesará que Él es Señor.

Aplicación práctica: Si un día todo el universo adorará a Jesús, ¿por qué no hacerlo desde ahora? Rindamos nuestra vida a Él, viviendo en obediencia y proclamando su verdad con nuestras palabras y acciones.

Conclusión

Este capítulo nos muestra la grandeza de Cristo como el único digno de cumplir el plan de Dios. Aunque el mundo nos llene de angustia, Jesús ya ha vencido y nos ha redimido con su sangre. Nuestro llamado es confiar en Él, rendirle toda gloria y vivir en adoración constante, sabiendo que un día toda la creación se postrará ante su majestad.

No estás solo en tu lucha. A veces parece que nadie tiene las respuestas, pero hay Uno que sí las tiene: Jesús, el Cordero inmolado. Él venció la muerte, rompió las cadenas del pecado y tiene el control absoluto de la historia. No te desesperes, confía en su poder y deja que Él tome el control de tu vida.

Cristo es digno de abrir el libro y de recibir toda la gloria. Rinde tu vida completamente a Él, confía en su poder y adóralo con todo tu ser. No permitas que las preocupaciones del mundo te roben la paz; recuerda que el Cordero ha vencido.

Oración sugerida: “Señor Jesús, hoy reconozco que solo Tú eres digno de abrir el libro y de gobernar sobre todo. Gracias por tu sacrificio y por redimirme con tu sangre. Ayúdame a confiar en tu soberanía y a vivir en adoración constante. Toma el control de mi vida y hazme fiel a tu llamado. En tu nombre, amén.”