Colosenses 3:5-17

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Colosenses 3:5-17 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

En Colosenses 3:5-17, el apóstol Pablo nos invita a vivir una vida transformada en Cristo, abandonando las viejas costumbres del pecado y vistiendo el nuevo ser, creado a la imagen de Dios. El llamado es a vivir con una nueva perspectiva basada en la santidad y la unidad en Cristo. Esta porción de la carta nos desafía a dejar atrás la vida pasada de pecado y a adoptar la vida cristiana, llena de virtudes espirituales que reflejan el carácter de Cristo.

Pablo nos da instrucciones claras sobre cómo deben manifestarse nuestras vidas después de ser resucitados con Cristo. Este pasaje nos enseña no solo sobre la moralidad cristiana, sino también sobre la unión y la paz que deben caracterizar la comunidad de creyentes. Vamos a analizar estos versículos para entender cómo podemos vivir de acuerdo con nuestra nueva identidad en Cristo.

Punto 1: Matar lo Terrenal

Versículo clave: «Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.» (Colosenses 3:5)

Versículo relacionado: «Y los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.» (Gálatas 5:24)

Explicación: Pablo comienza con un llamado urgente a matar lo terrenal. Esta frase implica una acción intencional y decidida de apartarnos de aquellas prácticas y actitudes que pertenecen a la vieja vida. El pecado, en sus diversas formas, afecta profundamente nuestra relación con Dios y con los demás. Aquí, Pablo menciona específicamente la fornicación, la impureza, las pasiones desordenadas, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.

La avaricia, por ejemplo, es un deseo desmedido por las riquezas y el poder que desplaza a Dios del primer lugar en nuestra vida. Al igual que estas prácticas, muchas veces las tentaciones de la carne parecen naturales y hasta atractivas, pero es necesario rechazarlas con el poder de Cristo, porque, como creyentes, hemos sido resucitados con Él para vivir de acuerdo con Su voluntad.

Aplicación práctica: ¿Qué áreas de tu vida requieren que mueras a los deseos terrenales? Reflexiona sobre cómo el pecado de la carne puede estar interfiriendo en tu relación con Dios y con los demás, y cómo puedes tomar decisiones para abandonarlo.

Punto 2: El Juicio de Dios sobre el Pecado

Versículo clave: «Cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.» (Colosenses 3:6)

Versículo relacionado: «Pero por la dureza de vuestro corazón y por vuestra impenitencia atesoráis para vosotros mismos ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios.» (Romanos 2:5)

Explicación: Pablo nos recuerda que el pecado no pasa desapercibido para Dios. La ira de Dios no es una respuesta emocional impulsiva, sino un juicio justo sobre la desobediencia humana. Las acciones pecaminosas mencionadas en el versículo anterior traen consigo consecuencias espirituales y eternas. Aquellos que viven en pecado y desobedecen a Dios no solo se apartan de Su voluntad, sino que también se exponen a Su juicio justo.

Este recordatorio nos invita a vivir con temor reverente y respeto por la santidad de Dios, sabiendo que nuestras decisiones diarias tienen un impacto en nuestra relación con Él.

Aplicación práctica: ¿Cómo vives tu relación con Dios a la luz de Su santidad y justicia? Reflexiona sobre las consecuencias de vivir en desobediencia a la voluntad de Dios y cómo esto puede afectar tu vida espiritual.

Punto 3: Revestirse del Nuevo Hombre

Versículo clave: «Y habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno.» (Colosenses 3:10)

Versículo relacionado: «Por lo cual, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.» (2 Corintios 5:17)

Explicación: En Cristo, hemos sido revestidos de un nuevo ser que está siendo renovado a la imagen de Cristo. Este proceso de renovación no es instantáneo, sino continuo, en el cual vamos creciendo y madurando espiritualmente. La imagen del «nuevo hombre» es un llamado a la transformación profunda, una vida de santidad y obediencia, reflejando cada vez más el carácter de Cristo. La lucha constante contra el viejo hombre se supera al permitir que el Espíritu Santo trabaje en nosotros y nos guíe a vivir según la voluntad de Dios.

Aplicación práctica: ¿Qué significa para ti despojarte del viejo hombre y ponerte el nuevo en tu vida diaria? Reflexiona sobre el proceso de renovación continua en tu vida y cómo puedes hacer espacio para que el Espíritu Santo te transforme.

Punto 4: La Unidad en Cristo

Versículo clave: «Aquí no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.» (Colosenses 3:11)

Versículo relacionado: «Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido.» (Gálatas 3:26-27)

Explicación: La unidad en Cristo es un tema central en este pasaje. En Cristo, ya no existen divisiones humanas como raza, estatus social o nacionalidad. La nueva vida cristiana crea una comunidad donde todos somos iguales ante Dios, unidos en Cristo. Esto debe reflejarse en nuestras relaciones dentro de la iglesia y con los demás, eliminando cualquier tipo de discriminación o desdén. Esta unidad no depende de nuestra procedencia o identidad personal, sino de que todos somos uno en Cristo.

Aplicación práctica: ¿En qué formas puede la unidad en Cristo afectar tus relaciones con otros? Reflexiona sobre cómo puedes romper barreras y vivir una unidad cristiana genuina, sin prejuicios ni distinción.

Punto 5: Vístete de las Virtudes de Cristo

Versículo clave: «Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviera queja contra otro; de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.» (Colosenses 3:12-13)

Versículo relacionado: «Sed pues imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros.» (Efesios 5:1-2)

Explicación: Pablo nos llama a vestirnos espiritualmente con las virtudes de Cristo, como misericordia, humildad, mansedumbre, y paciencia. Estas virtudes deben ser parte integral de nuestra vida cristiana, no solo como actos externos, sino como frutos auténticos del Espíritu Santo. Vivir de acuerdo con estos principios implica ser compasivos, perdonar a los demás como Cristo nos ha perdonado, y vivir en paz dentro de la comunidad de creyentes. La unidad y armonía que debemos cultivar entre nosotros depende en gran parte de nuestro compromiso con la bondad y el perdón.

Aplicación práctica: ¿Cómo puedes vivir estas virtudes cristianas en tu vida diaria? Reflexiona sobre cómo la misericordia y el perdón de Cristo pueden transformar tus relaciones y actitudes hacia los demás.

Conclusión

Colosenses 3:5-17 nos presenta el camino hacia una vida nueva y transformada en Cristo. Al abandonar el pecado y vestirnos de las virtudes de Cristo, experimentamos la renovación espiritual que Él ofrece. El llamado es claro: vivir en unidad y armonía dentro del cuerpo de Cristo, reflejando Su amor y santidad en todas nuestras acciones.

Recuerda que en Cristo somos nuevas criaturas, y Él nos da todo lo que necesitamos para vivir una vida que honre a Dios. La transformación espiritual no es algo que podamos lograr por nuestras propias fuerzas, sino por el poder del Espíritu Santo que trabaja en nosotros. No importa lo que hayas experimentado en el pasado, la gracia de Dios es suficiente para ayudarte a vivir de acuerdo con Su voluntad.

Hoy, decide matar lo terrenal en tu vida, ponte el nuevo ser que Cristo ha creado en ti, y vive de acuerdo con tu nueva identidad. Renueva tu enfoque, vístete de misericordia y paciencia, y perdona a los demás como Cristo te ha perdonado. Que tu vida sea un reflejo del carácter de Cristo.

Oración Sugerida: “Señor, gracias por la nueva vida que me has dado en Cristo. Ayúdame a dejar atrás el pecado y a vestirme con las virtudes de Cristo. Que mi vida sea un testimonio de Tu gracia y que mi amor hacia los demás sea reflejo de Tu perdón. Te pido que el Espíritu Santo me guíe para vivir en unidad y armonía, y que siempre busque Tu voluntad en todo lo que hago. En el nombre de Jesús, amén.”


Preguntas para Reflexión :

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