Deuteronomio 3:1-11 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
En Deuteronomio 3:1–11, Moisés narra dos grandes victorias: sobre Sehón, rey de los amorreos, y Ogue, rey de Bashán, gigantes simbólicos de los obstáculos que enfrentamos. En este relato encontramos enseñanzas vitales para nuestra vida actual, que nos ayudan a vencer nuestros «gigantes» espirituales, emocionales o situacionales.
Punto 1: Identifica tus batallas con claridad
Versículo clave: “Luego hablé a Josué delante de todo Israel, diciendo: Vosotros habéis visto lo que hizo Jehová… Contra Sehón y Ogue.” (Deuteronomio 3:1–2)
Versículo relacionado: “Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados...” (Efesios 6:12)
Explicación: Moisés menciona específicamente a los reyes vencidos: sabía a quiénes se enfrentaba. No llamó “amiembros amorfos” a sus enemigos, sino que los reconoció por nombre y lugar.
Aplicación práctica: No puedes vencer lo que no identificas. Define tus “Sehón” (frustraciones) y “Ogue” (miedos), nómbralos, haz una lista clara y prepárate para enfrentarlos con estrategia y oración.
Punto 2: Agradece a Dios antes y después de cada victoria
Versículo clave: “Así les entregó Jehová… con todo su pueblo.” (Deuteronomio 3:2)
Versículo relacionado: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros.” (1 Tesalonicenses 5:18)
Explicación: La entrega es obra de Dios, no mérito humano. Israel no presumió, sino que reconoció la provisión divina.
Aplicación práctica: Antes de orar por resultados, agradece. Haz una lista de bendiciones recientes: tiempo, salud, provisión. Apoyar tu fe en gratitud activa fortalece tu confianza para la próxima batalla.
Punto 3: Dios cuida incluso los detalles pequeños
Versículo clave: «Pero todo el ganado y el botín de las ciudades lo tomamos para nosotros.» (Deuteronomio 3:7)
Versículo relacionado: «Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.» (Filipenses 4:19)
Explicación: Mientras que las ciudades fueron destruidas conforme al mandato divino, Dios permitió que su pueblo se quedara con el ganado y el botín. Esto muestra que el Señor no solo guía en las grandes batallas, sino que también provee para las necesidades prácticas del día a día. El ganado representaba alimento, sustento y recursos para continuar el viaje.
Aplicación práctica: A veces pensamos que Dios solo se interesa en lo espiritual, pero Él también se ocupa de lo material. ¿Tienes necesidades cotidianas? Él es capaz de suplirlas. Confía en que tu Padre Celestial no ha olvidado tus facturas, tu salud, tu alimentación ni tus preocupaciones pequeñas. Entrégaselas también a Él y actúa en fe.
Punto 4: Celebra la eficacia de la obediencia
Versículo clave: “Yo herí a Og… en Astarot y en Edrei.” (Deuteronomio 3:10)
Versículo relacionado: “Confiad en Jehová perpetuamente; porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.” (Isaías 26:4)
Explicación: Israel no solo ganó, sino que entró estratégicamente en ciudades enemigas. Había coraje, torres tomadas, sin titubeos.
Aplicación práctica: La fe sin acción es inútil. Cree, sí, pero también actúa. Si Dios te ha dado una promesa, da pasos: aplica a esa oferta, habla esa palabra, perdona, sana crisis. Esa combinación de fe y acción lleva a resultados reales.
Punto 5: Recuerda lo que Dios ya hizo para seguir confiando
Versículo clave: “Jehová me entregó también a Ogue… y todos sus hijos y todo su pueblo.” (Deuteronomio 3:11)
Versículo relacionado: “¿Te acordarás de todo el camino que el Señor tu Dios os ha traído…?” (Deut 8:2)
Explicación: Moisés enumeró las victorias para que futuras generaciones recordaran cómo Dios obra con poder y fidelidad.
Aplicación práctica: Crea un “muro de memorias” personal: fotos, notas, testimonios guardados. Cuando sientas temor, vuelve a esas memorias para levantar tu fe. Esto ayuda a sostenerte en momentos de desánimo.
Conclusión
El relato de Deuteronomio 3:1-11 nos revela la fidelidad de Dios en la conquista, en la protección y en la provisión. Desde las grandes victorias sobre enemigos formidables hasta la bendición de conservar el ganado, vemos que el Señor se involucra tanto en lo trascendental como en lo cotidiano. Él nos da ánimo para enfrentar desafíos, sabiduría para administrar recursos, y evidencia que su poder no tiene límites. Este pasaje es un recordatorio de que podemos confiar en Dios en cada detalle de nuestra vida.
Hoy es el momento de levantar los ojos y reconocer que no estás solo ni en la batalla ni en los asuntos diarios. Así como Dios acompañó a su pueblo en la conquista de Basán, también te acompaña a ti. Decide caminar confiado, administrar con sabiduría lo que Él ha puesto en tus manos, y dejarle a Él el control, tanto de tus guerras espirituales como de tus necesidades materiales. ¡Conquista tus promesas con fe y obediencia!
Oración sugerida: “Señor Dios Todopoderoso, gracias por mostrarme que Tú estás en cada parte de mi vida. No solo en los grandes milagros, sino también en los detalles pequeños. Ayúdame a confiar más en Ti, a caminar con valentía y a cuidar lo que me has dado. Gracias porque eres fiel para librarme de mis enemigos y para suplir mis necesidades. En el nombre de Jesús, amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Cuál ha sido una “tierra de Basán” en tu vida que Dios te ha ayudado a conquistar?
- 2. ¿Estás confiando plenamente en Dios frente a los desafíos que parecen imposibles?
- 3. ¿De qué manera reconoces la provisión de Dios en las cosas cotidianas, como el ganado en Deuteronomio 3:7?
- 4. ¿Qué recursos te ha dado Dios que puedes cuidar y usar con sabiduría?
- 5. ¿Cómo puedes aplicar la obediencia y la confianza al llamado de Dios en tu vida actual?
