Serie: 8 Días para confiar en la provisión de Dios… Día 5: Pensiones que no alcanzan
Por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
En Latinoamérica, millones de jubilados y retirados enfrentan una realidad dura: pensiones mínimas que no alcanzan ni para lo básico. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL, más del 35% de los adultos mayores en la región viven en situación de pobreza. Después de años de trabajo, muchos sienten frustración, abandono y miedo a la vejez. Sin embargo, la Palabra de Dios nos recuerda que Él es fiel proveedor en todas las etapas de la vida, y que aun en la vejez Su cuidado no falla.
“Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes.” (Salmo 92:14)
Punto 1: Dios no abandona a Sus hijos en la vejez
La sociedad muchas veces olvida a los ancianos, pero Dios nunca. Isaías 46:4 promete: “Hasta vuestra vejez yo seré el mismo, y hasta las canas os sostendré.” Esto significa que, aunque el sistema de pensiones falle, el Señor sigue siendo nuestro sustento. Él no mide nuestro valor por la productividad económica, sino por ser Sus hijos amados. La vejez no es un tiempo de abandono, sino una etapa en la que Dios se glorifica mostrando Su fidelidad.
Punto 2: El fruto espiritual no depende de la edad ni del ingreso
El Salmo 92:14 nos recuerda que aun en la vejez podemos “fructificar”. Esto quiere decir que, aunque la pensión no alcance, podemos seguir dando fruto de fe, amor, oración y sabiduría. La vejez no limita la obra de Dios en nuestras vidas. Muchos abuelos sostienen a sus familias con oración diaria, con palabras de consejo y con un testimonio de fe firme. Ese fruto es más valioso que cualquier ingreso material y tiene un impacto eterno.
Punto 3: La provisión de Dios supera la de los gobiernos
Los gobiernos establecen montos de pensión que muchas veces no son suficientes para cubrir lo básico, pero la provisión de Dios no está limitada por decretos humanos. Él abre puertas donde no hay, provee de manera inesperada y multiplica lo poco. Recordemos a Elías cuando fue sustentado por cuervos en el desierto (1 Reyes 17:4-6). Si Dios pudo enviar alimento de una forma tan extraordinaria, también puede sorprendernos hoy con Su fidelidad.
Punto 4: La fe reemplaza la queja por esperanza
Es natural sentirse frustrado cuando lo que recibimos no cubre lo necesario. Pero permanecer en la queja solo agrava la carga emocional. La fe nos invita a ver más allá del cheque mensual y confiar en el Dios que multiplica. Filipenses 4:12-13 nos enseña a vivir en contentamiento y fortaleza en Cristo en cualquier situación. Cuando cambiamos la queja por gratitud, nuestra perspectiva se transforma y comenzamos a ver milagros pequeños y grandes en medio de la escasez.
Punto 5: El ejemplo de los mayores fortalece a las nuevas generaciones
Los jubilados que siguen confiando en Dios y viviendo con fe se convierten en faros de esperanza para hijos, nietos y vecinos. Su perseverancia enseña que Dios es fiel en todas las etapas de la vida. Tito 2:2-3 exhorta a los mayores a ser ejemplo en fe y conducta. Así, aun con pensiones bajas, pueden dejar una herencia espiritual que vale más que el oro, mostrando que la verdadera riqueza está en el Señor.
Conclusión
Las pensiones pueden ser mínimas y los recursos insuficientes, pero la fidelidad de Dios es abundante. En la vejez no estamos olvidados; seguimos siendo valiosos, útiles y amados por el Señor. Él promete que aun en este tiempo fructificaremos y daremos testimonio de Su cuidado.
Hoy, ora con confianza y entrega a Dios tu situación económica. Pídele que sea tu proveedor y multiplique lo que recibes. Haz también un acto de gratitud: escribe tres maneras en que has visto la fidelidad de Dios en esta etapa de tu vida.
Preguntas para reflexionar
- ¿Qué emociones me produce recibir una pensión que no alcanza?
- ¿He experimentado la fidelidad de Dios en medio de la escasez?
- ¿Cómo puedo fructificar espiritualmente aun en esta etapa de la vida?
- ¿Estoy dejando un ejemplo de fe a mi familia en medio de la dificultad?
- ¿Qué pasos pequeños puedo dar para reemplazar la queja por gratitud?
