Serie: 8 Pasos para vencer la Ansiedad… Día 7: Recordar que Dios cuida del mañana
Por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
La ansiedad tiene una dirección: el futuro. Nos roba la paz del presente haciéndonos imaginar problemas que aún no han llegado. La mente se llena de “¿y si…?”, de escenarios que quizá nunca ocurran. Jesús sabía que el corazón humano se carga con preocupaciones adelantadas, por eso nos enseñó a no afanarnos por el día de mañana. Él nos invita a confiar en que el Padre celestial ya está en el futuro y tiene cuidado de lo que vendrá. Aprender a vivir el presente no significa irresponsabilidad, sino reconocer que Dios sostiene cada día con Su gracia.
Punto 1: La ansiedad se alimenta de lo incierto
El miedo al futuro nace de la incertidumbre. Pero la Biblia nos recuerda que nuestro mañana está en manos seguras. Jeremías 29:11 dice: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Aunque no sepamos los detalles de lo que viene, sí conocemos al Dios que tiene un plan de bien para nuestra vida.
Punto 2: La gracia de Dios es suficiente para cada día
Jesús fue claro: cada día tiene su propio afán. Eso significa que Dios nos da la medida justa de gracia para enfrentar las cargas de hoy, no las de mañana. Lamentaciones 3:23 lo asegura: “Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” Cuando tratamos de cargar el futuro antes de tiempo, nos agotamos innecesariamente. Su gracia llega fresca, día tras día.
Punto 3: Preocuparse por el futuro no cambia nada
La ansiedad nos hace pensar que preocuparnos es una forma de controlar lo que viene, pero en realidad no resuelve nada. Jesús lo preguntó en Mateo 6:27: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” Preocuparse desgasta, pero confiar fortalece. Solo la fe en Dios transforma la espera en esperanza.
Punto 4: Dios ya está en el mañana
Nosotros vivimos el tiempo paso a paso, pero Dios habita en la eternidad. Él ya conoce lo que viene y promete acompañarnos. Isaías 46:10 declara que Él anuncia “lo por venir desde el principio.” Esto significa que nada lo sorprende. Mientras nosotros llegamos al futuro con incertidumbre, Él ya está allí con provisión y cuidado preparados.
Punto 5: Vivir el presente es un acto de confianza
Confiar en Dios no es una teoría, es una práctica diaria: vivir el presente con paz y dejar el mañana en Sus manos. Filipenses 4:6-7 nos exhorta a entregar nuestras peticiones con acción de gracias, y la promesa es clara: “La paz de Dios… guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Cuando elegimos descansar en Él hoy, el miedo al mañana pierde fuerza.
Conclusión
La ansiedad nos proyecta hacia un futuro cargado de temores, pero Jesús nos llama a regresar al presente. El Dios que estuvo con nosotros ayer y que nos sostiene hoy, será fiel también mañana. Confiar en Su cuidado nos libera del afán y nos permite vivir con paz cada día.
Hoy haz un ejercicio sencillo: cada vez que tu mente se llene de preocupaciones por el futuro, repite en oración: “Señor, confío en que Tú cuidas de mi mañana.” Entrégale cada inquietud y decide disfrutar el presente bajo Su gracia.
Preguntas para reflexionar
- ¿Cuáles son los pensamientos de futuro que más alimentan mi ansiedad?
- ¿De qué manera la promesa de que Dios tiene un plan de bien cambia mi perspectiva?
- ¿Cómo puedo aprender a confiar más en la gracia de cada día?
- ¿Qué diferencia noto entre preocuparme por el mañana y descansar en Dios hoy?
- ¿Cómo puedo entrenar mi mente para regresar al presente cuando la ansiedad me lleva al futuro?
