Éxodo 12:29-36 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Éxodo 12:29-36 describe el cumplimiento de la última plaga de Dios sobre Egipto, la muerte de los primogénitos, y la salida de los israelitas de Egipto. Este evento es el punto culminante de la serie de plagas que Dios envió como juicio sobre el faraón y los egipcios por su negativa a liberar al pueblo de Israel. Esta es la culminación de una serie de intervenciones divinas para liberar a Su pueblo, y se convierte en un acto decisivo que cambiará la historia de Israel. A través de este evento, Dios no solo libera a los israelitas, sino que también les da una nueva identidad como nación elegida. La salida de Egipto se convierte en un acto de fe y obediencia, y sirve como un poderoso recordatorio de la fidelidad de Dios y de Su deseo de redimir a Su pueblo.
Punto 1: La Plaga de la Muerte de los Primogénitos: El Juicio Divino sobre Egipto
Versículo clave: «Y a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón, que se sentaba en su trono, hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales.» (Éxodo 12:29)
Versículo relacionado: «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.» (Romanos 6:23)
Explicación: La muerte de los primogénitos es el juicio final que Dios envía sobre Egipto, y marca el punto culminante de la confrontación entre Moisés y el faraón. La plaga no hizo distinción entre los egipcios, desde el faraón hasta los cautivos, y afectó tanto a los seres humanos como a los animales. Este evento muestra la justicia de Dios, quien no puede tolerar el pecado sin traer juicio. La tragedia de la muerte de los primogénitos en Egipto refleja la gravedad del pecado y la necesidad de un sacrificio para salvar a los que creen en Él. Este juicio también sirve como advertencia para aquellos que rechazan a Dios.
Aplicación práctica: La muerte de los primogénitos nos recuerda que el pecado tiene consecuencias graves, y que todo ser humano necesita un salvador. En Cristo, hemos recibido la gracia que nos libra del juicio eterno. Reflexiona sobre las áreas de tu vida donde el pecado ha dejado huellas y la necesidad de arrepentimiento. El juicio de Dios es real, pero la salvación en Cristo es nuestra esperanza.
Punto 2: La Protección de los Israelitas: La Sangre del Cordero que Salva
Versículo clave: «Y a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto… Y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.» (Éxodo 12:30)
Versículo relacionado: «En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.» (Efesios 1:7)
Explicación: La sangre del cordero era la señal que protegía a los israelitas del juicio divino. Cuando el ángel de la muerte vio la sangre en las puertas, pasaba por alto esa casa y no la tocaba. Este acto de protección es un símbolo poderoso de la salvación que Cristo nos ofrece con Su propia sangre. Así como la sangre del cordero protegió a los israelitas, la sangre de Cristo nos protege del juicio eterno y nos ofrece perdón. Este es un acto de gracia, que no depende de lo que nosotros hagamos, sino de lo que Dios ha hecho por nosotros a través de Cristo.
Aplicación práctica: Así como los israelitas obedecieron las instrucciones de Dios y marcaron sus puertas con la sangre del cordero, nosotros debemos aplicar la sangre de Cristo en nuestras vidas a través de la fe y la obediencia. ¿Estamos viviendo bajo la protección de la sangre de Cristo? Reflexiona sobre cómo puedes permanecer en esa protección mediante la fe diaria en el sacrificio de Jesús.
Punto 3: La Obediencia de los Israelitas: Preparándose para la Liberación
Versículo clave: «Y él les dijo: Salid de en medio de mi pueblo, vosotros y los hijos de Israel, y id a servir a Jehová, como habéis dicho.» (Éxodo 12:32)
Versículo relacionado: «Si me amáis, guardad mis mandamientos.» (Juan 14:15)
Explicación: La obediencia a las instrucciones de Moisés por parte de los israelitas fue crucial para su liberación. No solo debían sacrificar el cordero, sino también comerlo con las vestimentas listas para el viaje, como símbolo de preparación para salir. La obediencia a Dios implica estar listos para actuar en el momento que Él nos indique, sin demora ni duda. La obediencia a Dios nos lleva a la liberación y al cumplimiento de Sus promesas.
Aplicación práctica: Dios nos llama a ser obedientes en todo momento, especialmente cuando nos llama a salir de situaciones que nos mantienen cautivos. Reflexiona sobre las áreas de tu vida donde Dios te está llamando a obedecer, y qué pasos puedes dar para preparar tu corazón y tu vida para lo que Él tiene preparado para ti.
Punto 4: La Riqueza de Egipto: La Bendición de la Obediencia
Versículo clave: «Y los hijos de Israel hicieron conforme a lo que les mandó Moisés.» (Éxodo 12:35-36)
Versículo relacionado: «Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando, darán en vuestro regazo.» (Lucas 6:38)
Explicación: Aunque los israelitas habían sido esclavos durante años, al salir de Egipto, Dios les permitió obtener riquezas de los egipcios. Esta provisión no solo fue una recompensa por su obediencia, sino también una señal de la generosidad divina. Dios bendice a aquellos que confían en Él y obedecen Sus mandamientos, y a menudo nos da más de lo que necesitamos para cumplir Su propósito. Esta provisión de Dios es un recordatorio de que Él es fiel para suplir nuestras necesidades y más allá de ellas.
Aplicación práctica: Cuando obedecemos a Dios, Él provee lo que necesitamos para nuestra misión y nos bendice. No debemos temer dar lo que Él nos pide, porque siempre nos bendice más allá de lo que podemos imaginar. Reflexiona sobre cómo puedes ser obediente a Dios en tu vida diaria, confiando en Su provisión y en Su llamado para tu vida.
Punto 5: La Salida de Egipto: El Inicio de una Nueva Vida
Versículo clave: «Y los egipcios instaron al pueblo a que se apresurase a salir de la tierra, porque decían: Todos seremos muertos.» (Éxodo 12:33)
Versículo relacionado: «Si, pues, el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.» (Juan 8:36)
Explicación: La salida de Egipto es el inicio de una nueva vida para los israelitas. Después de años de esclavitud, finalmente experimentan la libertad. Esta salida no solo marca la liberación física, sino también el comienzo de una nueva identidad como pueblo de Dios. En Cristo, experimentamos una liberación aún más profunda, que no solo nos libera del pecado, sino que nos da una nueva vida en Él. Nuestra libertad en Cristo nos lleva a vivir con un propósito renovado.
Aplicación práctica: La libertad que recibimos en Cristo nos llama a vivir de una manera diferente, como una nueva creación. ¿Estás viviendo en la libertad que Cristo te ha dado, o sigues atado a las cadenas del pasado? Reflexiona sobre cómo puedes vivir como una persona libre, que camina en el propósito de Dios para su vida.
Conclusión
El pasaje de Éxodo 12:29-36 nos recuerda el juicio justo de Dios, la protección de Su pueblo y la bendición que viene con la obediencia. La salida de Egipto fue solo el comienzo de una nueva vida para Israel, y en Cristo, cada creyente experimenta una liberación mucho mayor, que nos da acceso a la vida eterna y a la plenitud en Él. Dios sigue siendo fiel, y nos llama a caminar en obediencia para experimentar Su libertad y provisión.
Hoy es un buen día para recordar la fidelidad de Dios y lo que significa vivir bajo Su protección. Cada paso que damos en obediencia nos acerca más a Su propósito para nuestra vida. ¡Dios es fiel, y Su gracia es suficiente para guiarnos hacia la libertad y la vida abundante en Cristo!
Hoy, te invito a reflexionar sobre el sacrificio de Cristo, la protección que tenemos en Él y la libertad que nos ofrece. Si aún no has experimentado esta libertad, te animo a dar el paso de rendir tu vida a Él. Si ya lo has hecho, te desafío a vivir en la obediencia y gratitud, confiando en Su provisión y en Su llamado para tu vida.
Oración sugerida: “Señor, gracias por la salvación que nos ofreces a través del sacrificio de Cristo. Gracias por Tu fidelidad y por la protección que nos brindas. Te pido que nos des la fuerza para vivir en obediencia y que podamos experimentar la libertad que solo Tú puedes dar. Que nuestras vidas reflejen Tu gloria y que, al seguirte, experimentemos la bendición de ser liberados del pecado. En el nombre de Jesús, amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Estás viviendo en la libertad que Cristo te ofrece, o sigues atado a los pecados del pasado?
- 2. ¿Cómo puedes aplicar la obediencia a las instrucciones de Dios en tu vida diaria?
- 3. ¿De qué manera puedes recordar la protección de la sangre de Cristo y vivir bajo Su cobertura?
- 4. ¿Qué bendiciones has experimentado como resultado de tu obediencia a Dios?
- 5. ¿Has reflexionado sobre el sacrificio que Cristo hizo por nosotros?
