Éxodo 35:10-19

Éxodo 35:10-19 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

Éxodo 35:10-19 describe una convocatoria divina donde Dios llama a toda la congregación a participar en la construcción del Tabernáculo. Cada objeto tenía una función; cada persona, un rol. Lo más impactante es que esta labor no era exclusiva de los líderes o expertos, sino de “todo sabio de corazón”. El tabernáculo sería el lugar donde Dios habitaría entre ellos, y todos podían ser parte de su edificación. Este pasaje sigue siendo actual: hoy, Dios también nos llama a edificar su iglesia con lo que Él nos ha confiado.

Punto 1: Dios llama a todo el que tenga talento y disposición

Versículo clave: «Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Jehová ha mandado.» (Éxodo 35:10)

Versículo relacionado: «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.» (1 Pedro 4:10)

Explicación: No todos tenían el mismo tipo de sabiduría, pero cada uno podía contribuir con sus habilidades específicas. Dios no hace acepción de personas, pero sí distingue a quienes están dispuestos a usar sus dones.

Aplicación práctica: Dios te ha dado talentos que no fueron destinados al egoísmo ni a la comodidad, sino al servicio. En tu comunidad, en tu iglesia, en tu hogar, ¿estás usando lo que sabes hacer para bendecir a otros? No se requiere ser un experto, solo estar dispuesto.

Punto 2: Todos tienen algo que aportar a la obra de Dios

Versículo clave: «El tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas.» (Éxodo 35:11)

Versículo relacionado: «Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.» (Romanos 12:5)

Explicación: El detalle minucioso de cada parte del tabernáculo nos recuerda que no hay elemento irrelevante. Cada pieza, por más pequeña, era necesaria para sostener la estructura.

Aplicación práctica: Muchas veces pensamos que si no predicamos o cantamos, no servimos. Pero las tareas que parecen pequeñas también son parte del plan de Dios. Organizar, limpiar, enseñar niños, dar palabra de ánimo… todo cuenta. Tu rol importa en el cuerpo de Cristo.

Punto 3: La excelencia en el servicio refleja la santidad de Dios

Versículo clave: «El arca y sus varas, el propiciatorio, el velo del tabernáculo.» (Éxodo 35:12)

Versículo relacionado: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.» (Colosenses 3:23)

Explicación: Estos elementos no eran simples objetos; eran símbolo de la presencia, el perdón y la adoración. Por eso, debían hacerse con precisión y cuidado, como expresión de reverencia.

Aplicación práctica: Nuestro servicio a Dios debe ser con excelencia. No basta con “hacer por hacer”; lo hacemos para Aquel que es Santo. Ya sea que laves una silla o lideres un grupo, hazlo con el mismo esmero con el que lo harías para alguien que amas profundamente.

Punto 4: El servicio comunitario requiere coordinación y unidad

Versículo clave: «La mesa y sus varas, y todos sus utensilios, y el pan de la proposición.» (Éxodo 35:13)

Versículo relacionado: «Procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.» (Efesios 4:3)

Explicación: No bastaba con tener una mesa; se necesitaban varas, utensilios y pan. Todo debía trabajar en conjunto. Ninguna parte funcionaba sola.

Aplicación práctica: La iglesia es un cuerpo, no un conjunto de individuos desconectados. No es suficiente que uno lo haga todo, ni correcto que muchos no hagan nada. Trabajar unidos en amor y propósito multiplica el impacto y refleja el carácter de Cristo.

Punto 5: El servicio es una forma de adoración continua

Versículo clave: «El candelero del alumbrado, sus utensilios, sus lámparas, y el aceite del alumbrado.» (Éxodo 35:14)

Versículo relacionado: «Presentad vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.» (Romanos 12:1)

Explicación: El candelero servía para mantener luz continua en el tabernáculo, símbolo de la presencia y guía de Dios. Era un servicio constante y sagrado.

Aplicación práctica: Tu servicio no es un evento puntual, es una adoración constante. Cada acción hecha con amor y entrega, por pequeña que parezca, es como un candelero encendido que refleja la luz de Cristo. ¿Estás dejando que esa luz brille?

Conclusión

Éxodo 35:10-19 nos recuerda que el servicio a Dios es un privilegio y una responsabilidad para todos, no solo para unos pocos. Dios da talentos a cada uno y espera que se usen para la edificación de Su obra. La unidad, la excelencia y la disposición voluntaria son esenciales. Servir es adorar, es obedecer y es construir juntos un espacio donde Dios habita.

Querido lector, no te subestimes. Si Dios te creó, fue con un propósito. No necesitas tener todos los dones, solo el deseo de usarlos. A veces una palabra, una sonrisa o una ayuda sencilla pueden ser el empujón que alguien necesita para volver a creer. Eres importante. Tu servicio importa. ¡Levántate y empieza a construir el tabernáculo de hoy: una comunidad llena de amor, unidad y presencia de Dios! Él ya te ha capacitado… ahora solo necesitas dar el paso.

Hoy es el día perfecto para dejar de postergar tu llamado. No necesitas tener grandes habilidades para empezar a servir; solo un corazón disponible. Pregunta a Dios: ¿Dónde puedo ser útil? ¿A quién puedo ayudar? ¿Qué parte del cuerpo me corresponde? Él te ha equipado y espera que pongas manos a la obra. La iglesia necesita de ti, tu comunidad necesita de ti, y tú necesitas experimentar el gozo de servir.

Oración sugerida: “Padre bueno, gracias por confiar en mí y darme talentos que puedo usar para tu gloria. Perdóname si he ignorado tu llamado o menospreciado mis habilidades. Hoy quiero decirte: ¡aquí estoy! Úsame donde Tú quieras, como Tú quieras. Ayúdame a servir con amor, en unidad y con excelencia. Que mi vida sea una ofrenda viva para ti. En el nombre de Jesús, amén.”