Hebreos 7:1-28 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
El capítulo 7 de Hebreos nos presenta a Melquisedec como una figura que prefigura el sacerdocio de Cristo, enfatizando la superioridad de Su ministerio sobre el sacerdocio levítico. En este pasaje, el autor de Hebreos demuestra que el sacerdocio de Cristo es eterno, perfecto y suficiente para nuestra salvación. Al comprender estos principios, fortalecemos nuestra fe y confianza en Jesús como nuestro Sumo Sacerdote eterno.
Punto 1: Melquisedec, una figura de Cristo
Versículo clave: «Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo… permanece sacerdote para siempre» (Hebreos 7:1,3).
Versículo relacionado: «Juró Jehová y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec» (Salmo 110:4).
Explicación: Melquisedec es una figura misteriosa que aparece en Génesis 14:18-20, sin genealogía registrada, lo que lo hace un tipo de Cristo, cuyo sacerdocio es eterno. A diferencia de los sacerdotes levitas, que dependían de la descendencia de Aarón, Cristo es sacerdote por juramento divino y no por linaje humano.
Aplicación práctica: Como creyentes, no dependemos de rituales humanos para acercarnos a Dios. Cristo es nuestro intercesor perfecto y eterno. Esto nos llama a depender completamente de Él en nuestras oraciones y necesidades espirituales.
Punto 2: La insuficiencia del sacerdocio levítico
Versículo clave: «Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico… ¿qué necesidad habría de que se levantase otro sacerdote según el orden de Melquisedec?» (Hebreos 7:11).
Versículo relacionado: «Porque la ley nada perfeccionó; sino que se introdujo una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios» (Hebreos 7:19).
Explicación: El sacerdocio levítico no podía ofrecer una solución definitiva al problema del pecado. Los sacrificios eran repetitivos y temporales, señalando la necesidad de un sacrificio superior y definitivo. Cristo introduce un nuevo sacerdocio basado en una mejor esperanza.
Aplicación práctica: En la vida diaria, muchas veces buscamos soluciones temporales para nuestros problemas espirituales. Este pasaje nos recuerda que solo en Cristo encontramos verdadera reconciliación con Dios y paz duradera.
Punto 3: El sacerdocio de Cristo es eterno
Versículo clave: «Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec» (Hebreos 7:17).
Versículo relacionado: «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos» (Hebreos 13:8).
Explicación: A diferencia de los sacerdotes levitas, que morían y eran reemplazados, Cristo vive eternamente y su sacerdocio nunca cambiará. Esto garantiza nuestra salvación eterna.
Aplicación práctica: Podemos descansar en la certeza de que Cristo siempre está intercediendo por nosotros. No importa cuáles sean nuestras luchas, Él sigue siendo nuestro mediador fiel.
Punto 4: Un sacerdote perfecto e inmutable
Versículo clave: «Por lo cual también puede salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios» (Hebreos 7:25).
Versículo relacionado: «Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades» (Hebreos 4:15).
Explicación: Cristo es un sacerdote perfecto porque nunca pecó y, por lo tanto, no necesita ofrecer sacrificios por sí mismo. Su sacrificio es suficiente para siempre.
Aplicación práctica: En un mundo de cambios e incertidumbre, debemos recordar que nuestro Salvador es inmutable y su gracia es suficiente para nuestras vidas.
Punto 5: Cristo, el mediador del nuevo pacto
Versículo clave: «Porque la ley constituye sumos sacerdotes a hombres débiles; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre» (Hebreos 7:28).
Versículo relacionado: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» (1 Timoteo 2:5).
Explicación: La debilidad de los sacerdotes levitas contrastaba con la perfección de Cristo. Ahora tenemos un mediador perfecto que nos garantiza acceso a Dios.
Aplicación práctica: En vez de buscar intermediarios humanos, podemos ir directamente a Cristo con plena confianza.
Conclusión
Hebreos 7 nos muestra la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre el levítico. Su intercesión es eterna, su sacrificio es suficiente, y su ministerio es inmutable. Como creyentes, podemos descansar en la seguridad de que nuestra salvación está garantizada en Él.
Si alguna vez has sentido que necesitas algo más para acercarte a Dios, recuerda que Jesús ya ha hecho todo lo necesario. Su sacerdocio perfecto significa que no hay barreras entre tú y el Padre. Descansa en Él y deja que su gracia transforme tu vida.
No busques fuera de Cristo lo que solo en Él puedes encontrar. Acércate a Dios con confianza, sabiendo que Jesús es tu intercesor eterno.
Oración sugerida: “Señor, gracias por darnos a Jesús como nuestro Sumo Sacerdote eterno. Ayúdame a confiar en su sacrificio y a acercarme a Ti con plena seguridad. Amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Cómo cambia tu comprensión de Cristo saber que su sacerdocio es eterno?
- 2. ¿En qué formas has tratado de acercarte a Dios a través de esfuerzos humanos en lugar de confiar en Cristo?
- 3. ¿Cómo puedes vivir con mayor confianza en la intercesión de Jesús?
- 4. ¿De qué manera la suficiencia de Cristo te motiva a dejar de lado la culpa y el temor?
- 5. ¿Qué cambios harás en tu vida de oración sabiendo que Cristo intercede por ti?
