Hebreos 9:1-22

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Hebreos 9:1-22 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

El capítulo 9 de Hebreos contrasta el antiguo sistema de sacrificios del tabernáculo con la obra redentora de Cristo. Mientras que en el Antiguo Testamento el perdón de los pecados requería sacrificios repetitivos, Jesús, con su sangre, estableció un nuevo pacto superior y eterno. En este pasaje, se nos muestra cómo la obra de Cristo supera en todo a la antigua alianza y nos da acceso directo a Dios.

Punto 1: El tabernáculo terrenal y sus limitaciones

Versículo clave: «Ahora bien, aún el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.» (Hebreos 9:1)

Versículo relacionado: «Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.» (Hebreos 10:1)

Explicación: El tabernáculo terrenal fue una estructura establecida por Dios para que los israelitas pudieran adorarlo y ofrecer sacrificios. Sin embargo, este lugar de culto era solo una «sombra» de la realidad celestial. Sus rituales eran temporales y no podían transformar verdaderamente el corazón del adorador.

Aplicación práctica: Hoy en día, muchas personas siguen buscando formas externas de acercarse a Dios sin un cambio real en su interior. Algunas confían en tradiciones religiosas sin experimentar una relación viva con Cristo. Debemos recordar que el propósito de la adoración no es seguir rituales vacíos, sino encontrarnos con Dios de manera auténtica.

Punto 2: El acceso restringido al Lugar Santísimo

Versículo clave: «Pero en la segunda parte, solo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo.» (Hebreos 9:7)

Versículo relacionado: «Jesús clamó a gran voz y expiró. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.» (Marcos 15:37-38)

Explicación: En el tabernáculo, solo el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo una vez al año para hacer expiación por los pecados del pueblo. Esto simbolizaba la separación entre Dios y los hombres debido al pecado. Pero cuando Jesús murió en la cruz, el velo del templo se rasgó, indicando que el acceso a Dios estaba abierto para todos los creyentes.

Aplicación práctica: Antes, el acceso a Dios era limitado, pero hoy tenemos libertad para acercarnos a Él en cualquier momento a través de Jesús. No necesitamos intermediarios humanos ni rituales complicados, sino solo un corazón sincero. ¿Estamos aprovechando esta libertad para tener comunión diaria con Dios?

Punto 3: Cristo, el sumo sacerdote del nuevo pacto

Versículo clave: «Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos.» (Hebreos 9:11)

Versículo relacionado: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.» (1 Timoteo 2:5)

Explicación: Cristo es nuestro sumo sacerdote, pero su sacerdocio es superior al de Aarón porque no ministró en un tabernáculo terrenal, sino en el cielo mismo. Su sacrificio no fue de animales, sino de sí mismo, logrando la redención eterna.

Aplicación práctica: A veces intentamos acercarnos a Dios por nuestras propias obras, creyendo que nuestros esfuerzos nos harán más aceptables ante Él. Sin embargo, solo a través de Cristo podemos tener una relación con Dios. En lugar de cargar con culpa o tratar de «ganar» el favor de Dios, debemos confiar en la obra perfecta de Jesús.

Punto 4: La eficacia de la sangre de Cristo

Versículo clave: «Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo.» (Hebreos 9:14)

Versículo relacionado: «La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.» (1 Juan 1:7)

Explicación: Los sacrificios de animales solo cubrían temporalmente el pecado, pero la sangre de Cristo limpia completamente nuestras conciencias y nos libera del peso de la condenación. Su sacrificio es eficaz para siempre.

Aplicación práctica: Si hemos aceptado a Cristo, no tenemos que vivir bajo la culpa de nuestros pecados pasados. Él nos ha limpiado completamente. Debemos vivir en la libertad del perdón y servir a Dios con gratitud en lugar de arrastrar cadenas del pasado.

Punto 5: Sin derramamiento de sangre no hay perdón

Versículo clave: «Sin derramamiento de sangre no se hace remisión.» (Hebreos 9:22)

Versículo relacionado: «Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.» (Hebreos 9:22)

Explicación: El perdón de pecados siempre ha requerido el derramamiento de sangre. En el Antiguo Testamento, los sacrificios de animales apuntaban a la obra definitiva de Cristo. Su muerte en la cruz fue el precio que se pagó por nuestra redención.

Aplicación práctica: El pecado no es algo trivial. Su costo fue la sangre de Cristo. Si entendemos esto, deberíamos vivir en gratitud y buscar una vida santa. Cada día, debemos recordar que fuimos comprados a un gran precio y vivir en respuesta a ese amor.

Conclusión

El capítulo 9 de Hebreos nos muestra que el antiguo pacto con sus sacrificios fue solo una sombra de la obra perfecta de Cristo. Ahora tenemos un sumo sacerdote celestial que nos ha dado acceso directo a Dios por su sangre. En lugar de confiar en nuestras obras, debemos aferrarnos a la gracia de Jesús y vivir en la libertad de su perdón.

Dios no quiere que vivas en condenación ni que trates de ganarte su amor con esfuerzos humanos. Su deseo es que descanses en la obra completa de Jesús. No importa qué tan lejos hayas caído, su sangre es suficiente para limpiarte. ¡Acércate con confianza y disfruta de la comunión con Dios!

Hoy, toma un momento para agradecer a Cristo por su sacrificio. Si hay algo que te impide acercarte a Dios, entrégaselo en oración. Vive cada día con la seguridad de que eres amado y perdonado, y comparte este mensaje de gracia con otros.

Oración Sugerida: “Señor, gracias porque en Cristo tengo acceso directo a ti. Gracias porque su sangre me limpia completamente y me da la seguridad de la vida eterna. Ayúdame a vivir en gratitud, dejando atrás la culpa y el miedo. Quiero acercarme a ti con confianza y servirte con un corazón sincero. Amén.”


Preguntas para Reflexión :

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