Hebreos 9:23-28

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Hebreos 9:23-28 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

El pasaje de Hebreos 9:23-28 nos presenta una verdad central del evangelio: Cristo no solo murió por nuestros pecados, sino que también ascendió al cielo como nuestro intercesor y regresará para consumar la salvación de su pueblo. A diferencia de los sacrificios del Antiguo Testamento, que eran solo una sombra, el sacrificio de Cristo fue completo y eficaz. En este estudio, exploraremos la superioridad del sacrificio de Jesús y su impacto en nuestra vida diaria.

Punto 1: La purificación celestial y terrenal

Versículo clave: «Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.» (Hebreos 9:23)

Versículo relacionado: «Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo…» (Hebreos 10:19)

Explicación: En el Antiguo Testamento, el tabernáculo y el templo requerían purificación con la sangre de animales, pero estos eran solo figuras de la realidad celestial. El pecado corrompe no solo la Tierra, sino que ha afectado la relación entre Dios y la humanidad. Cristo, con su sacrificio, no solo limpió el pecado en la Tierra, sino que abrió el acceso al cielo para los creyentes.

Aplicación práctica: Muchas veces nos enfocamos en limpiar nuestra vida exterior sin abordar lo que hay en nuestro corazón. Cristo vino a purificar nuestro ser interior para que podamos tener comunión con Dios. En lugar de tratar de «hacer las cosas bien» por nuestra cuenta, debemos acudir a Jesús y permitir que su sangre nos limpie de todo pecado.

Punto 2: Cristo compareció en el cielo como nuestro mediador

Versículo clave: «Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.» (Hebreos 9:24)

Versículo relacionado: «Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.» (1 Juan 2:1)

Explicación: El sumo sacerdote terrenal entraba al Lugar Santísimo una vez al año para interceder por el pueblo, pero Cristo, después de su resurrección, ascendió al cielo y ahora intercede continuamente por nosotros. Su presencia en el cielo es la garantía de nuestra salvación.

Aplicación práctica: Cuando fallamos, el enemigo quiere llenarnos de culpa y hacernos sentir indignos de acercarnos a Dios. Sin embargo, Jesús es nuestro mediador y abogado. En lugar de alejarnos de Dios en momentos de debilidad, debemos recordar que Cristo ya ha pagado por nuestros pecados y está intercediendo por nosotros.

Punto 3: Un sacrificio único y suficiente

Versículo clave: «Y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.» (Hebreos 9:25)

Versículo relacionado: «Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.» (Hebreos 10:14)

Explicación: Los sacrificios del Antiguo Testamento eran repetitivos porque nunca podían eliminar el pecado de manera definitiva. En contraste, Cristo ofreció su vida una sola vez, y su sacrificio fue suficiente para siempre. No hay necesidad de sacrificios adicionales porque su sangre tiene poder eterno.

Aplicación práctica: A veces, actuamos como si necesitáramos «pagar» por nuestros pecados, imponiéndonos castigos o tratando de hacer más buenas obras para equilibrar nuestras fallas. Sin embargo, Cristo ya pagó todo en la cruz. Debemos vivir en la libertad del perdón, dejando atrás la culpa y aceptando su gracia.

Punto 4: Cristo murió una vez para llevar el pecado de muchos

Versículo clave: «De la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos.» (Hebreos 9:27-28a)

Versículo relacionado: «El cual llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero.» (1 Pedro 2:24)

Explicación: Cada persona enfrenta la realidad de la muerte y el juicio. Cristo tomó nuestro lugar y cargó con nuestro pecado para que no tengamos que enfrentar la condenación. Su sacrificio fue completo y nos garantiza salvación si confiamos en Él.

Aplicación práctica: La vida es frágil, y la muerte es una realidad ineludible. En lugar de vivir con temor al juicio, debemos asegurarnos de que nuestra confianza está en Cristo. Su obra en la cruz nos da la seguridad de la vida eterna, y eso debería motivarnos a vivir cada día con propósito y gratitud.

Punto 5: Cristo volverá para salvar a los que le esperan

Versículo clave: «Y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.» (Hebreos 9:28b)

Versículo relacionado: «Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo.» (1 Tesalonicenses 4:16)

Explicación: La primera venida de Cristo fue para el sacrificio, pero su segunda venida será para redimir completamente a su pueblo. No vendrá a tratar el pecado otra vez, sino a llevar a su iglesia consigo y establecer su reino eterno.

Aplicación práctica: ¿Vivimos cada día con la esperanza del regreso de Cristo? O nos distraemos con las preocupaciones del mundo. Si realmente esperamos su venida, nuestras prioridades y estilo de vida deberían reflejar esa expectativa.

Conclusión

Cristo no solo murió por nuestros pecados, sino que ascendió al cielo y regresará para culminar su obra de redención. Su sacrificio es suficiente, su intercesión es continua, y su regreso es seguro. Como creyentes, debemos vivir con la certeza de que nuestra salvación está en Él y esperar con gozo su segunda venida.

Dios no quiere que vivas con miedo o inseguridad. Su sacrificio en la cruz fue suficiente para cubrir todos tus pecados, y hoy intercede por ti. No importa cuántas veces hayas fallado, Cristo sigue siendo tu abogado y salvador. ¡Levanta tu mirada y espera con gozo su regreso!

Hoy, reafirma tu confianza en la obra de Cristo. Deja atrás la culpa y el temor, y vive en la libertad de su gracia. Si aún no has entregado tu vida a Él, no esperes más. Cristo volverá, y debemos estar preparados para su venida.

Oración Sugerida: “Señor Jesús, gracias por tu sacrificio perfecto. Gracias porque intercedes por mí y me das acceso directo al Padre. Ayúdame a vivir en la seguridad de tu gracia y a esperar con gozo tu regreso. Quita todo temor de mi corazón y enséñame a caminar cada día en tu presencia. Amén.”


Preguntas para Reflexión :

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