Hechos 11:1-18

Hechos 11:1-18  Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

El capítulo 11 de Hechos continúa con el tema revolucionario de la inclusión de los gentiles en el plan de salvación. Este pasaje registra cómo Pedro defendió ante la iglesia de Jerusalén lo sucedido en la casa de Cornelio. En esta narrativa, vemos la soberanía de Dios y Su deseo de que todos los pueblos conozcan el Evangelio. Este estudio nos lleva a reflexionar sobre nuestra disposición a aceptar la voluntad de Dios y extender Su mensaje sin prejuicios.

Punto 1: La Reacción Inicial de los Judíos Circuncisos

Versículo clave: «Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.» (Hechos 11:1)

Explicación: La noticia de que los gentiles habían recibido el Evangelio causó asombro y controversia entre los judíos circuncisos. Esto muestra cómo los prejuicios culturales y religiosos pueden dificultar la aceptación de la obra de Dios.

Versículo relacionado: «Porque no hay acepción de personas para con Dios.» (Romanos 2:11)

Aplicación práctica: Sé consciente de tus prejuicios y permite que Dios los elimine para que puedas aceptar Su obra en todos.

Punto 2: La Defensa de Pedro ante la Iglesia

Versículo clave: «Entonces Pedro comenzó a contarles por orden lo sucedido.» (Hechos 11:4)

Explicación: Pedro explicó detalladamente su visión y cómo Dios le había dirigido. Su testimonio enfatizó que la obra no era suya, sino una acción divina.

Versículo relacionado: «Preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.» (1 Pedro 3:15)

Aplicación práctica: Cuando enfrentes críticas, responde con paciencia, claridad y una actitud de humildad, confiando en que Dios obrará a través de tu testimonio.

Punto 3: La Confirmación del Espíritu Santo

Versículo clave: «Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.» (Hechos 11:15)

Explicación: Pedro resaltó que la manifestación del Espíritu Santo era una señal inequívoca de que Dios había aceptado a los gentiles. Esto subrayó que la salvación no depende de tradiciones humanas, sino de la obra del Espíritu.

Versículo relacionado: «En el postrer día, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne.» (Hechos 2:17)

Aplicación práctica: Reconoce la obra del Espíritu Santo en quienes te rodean, incluso en aquellos que pueden parecer distintos a ti.

Punto 4: La Soberanía de Dios en la Salvación

Versículo clave: «Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios?» (Hechos 11:17)

Explicación: Pedro reconoció que la salvación de los gentiles no era un acto humano, sino una decisión divina. Esto lo llevó a someterse a la voluntad de Dios y animó a otros a hacer lo mismo.

Versículo relacionado: «No es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.» (Romanos 9:16)

Aplicación práctica: Acepta que Dios tiene un plan perfecto y que Su voluntad es superior a nuestras opiniones o prejuicios.

Punto 5: La Reacción Final de la Iglesia

Versículo clave: «Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!» (Hechos 11:18)

Explicación: La iglesia finalmente aceptó la obra de Dios y celebró que Su gracia estaba alcanzando a los gentiles. Esto marcó un momento crucial en la expansión del Evangelio.

Versículo relacionado: «Anunciad entre las naciones su gloria, en todos los pueblos sus maravillas.» (Salmo 96:3)

Aplicación práctica: Celebra las obras de Dios, especialmente cuando Su gracia alcanza a personas o lugares inesperados.

Conclusión

Hechos 11:1-18 nos desafía a reconocer que el plan de Dios es inclusivo y soberano. Este pasaje nos enseña a confiar en Su dirección y aceptar Su obra, incluso cuando desafía nuestras tradiciones o prejuicios. Como creyentes, estamos llamados a ser parte activa de Su misión global.

Dios no hace acepción de personas, y Su amor es para todos. Tú también puedes ser un instrumento para extender Su gracia a aquellos que aún no lo conocen. Deja que Él te guíe y usa tus dones para ser luz en este mundo.

Reflexiona sobre las áreas en las que quizás estás limitando la obra de Dios por prejuicios o tradiciones. Abre tu corazón para aceptar Su voluntad y comprométete a compartir el Evangelio con todos, sin exclusiones.

Oración Sugerida: “Señor, gracias por mostrarme que Tu amor no tiene fronteras. Ayúdame a aceptar Tu voluntad y a ser un instrumento de Tu gracia. Quita de mí todo prejuicio y guíame a compartir Tu Evangelio con todos. En el nombre de Jesús, amén.”