Hechos 3:11-26 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
En Hechos 3:11-26, después de realizar el milagro de la sanación del cojo, Pedro aprovecha la oportunidad para predicar el evangelio a la multitud que se ha reunido en el Pórtico de Salomón, en el Templo de Jerusalén. En su discurso, Pedro expone la grandeza de Cristo, la necesidad de arrepentimiento y la esperanza de la restauración que viene a través del Mesías. Este pasaje no solo nos muestra el poder de Dios a través del milagro, sino también la urgencia de la proclamación del evangelio y la salvación.
Este artículo exegético desglosará el pasaje de Hechos 3:11-26 en cinco puntos clave, cada uno con versículos bíblicos, explicación detallada y una aplicación práctica para nuestra vida diaria. Aprenderemos cómo este sermón se conecta con nuestra misión actual como cristianos y cómo podemos aplicar estos principios para vivir de manera fiel y efectiva en el presente.
Punto 1: El Asombro y la Oportunidad para Proclamar
Versículo clave: «Y como el cojo que había sido sanado no se apartaba de Pedro y de Juan, todo el pueblo atónito acudió a ellos, al pórtico que se llama de Salomón. Y al ver esto, Pedro respondió al pueblo: ‘Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿Por qué fijáis los ojos en nosotros, como si por nuestra propia potestad o piedad hubiésemos hecho andar a éste?'» (Hechos 3:11-12)
Versículo relacionado: Juan 14:12 – «De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre.»
Explicación: Cuando la multitud se reúne asombrada por el milagro, Pedro aprovecha el momento para aclarar que no fue por su propio poder ni piedad que el cojo fue sanado, sino por la autoridad y el poder de Jesucristo. Esta es una oportunidad clave para Pedro de redirigir la atención hacia Cristo, el verdadero Sanador, y predicar sobre el poder que emana del nombre de Jesús.
Aplicación práctica: A veces, como cristianos, podemos ser tentados a tomar el crédito por las bendiciones que recibimos o las cosas que Dios hace a través de nosotros. Sin embargo, es fundamental recordar que todo lo que hacemos es por el poder de Dios y en el nombre de Jesucristo. Debemos ser humildes y dirigir toda la gloria hacia Él. ¿Cómo estás usando las oportunidades que Dios te da para señalar a Cristo en lugar de a ti mismo?
Punto 2: La Proclamación de la Grandeza de Cristo
Versículo clave: «El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando él había resuelto soltarle. Pero vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que os soltara a un homicida.» (Hechos 3:13-14)
Versículo relacionado: Filipenses 2:9-11 – «Por lo cual Dios también le exaltó hasta los sumos, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.»
Explicación: Pedro les recuerda a los judíos que Jesús, el Mesías prometido, fue glorificado por Dios, aunque ellos lo entregaron a la muerte. En este pasaje, se presenta a Jesús como el «Siervo Justo» de Dios, una referencia a las profecías del Antiguo Testamento, especialmente en Isaías 53. Pedro señala que, a pesar de su incredulidad y rechazo, la salvación viene solo a través de Jesús.
Aplicación práctica: Es fácil olvidar la magnitud de lo que Cristo hizo por nosotros, especialmente cuando las circunstancias son difíciles. Sin embargo, es vital recordar y proclamar la grandeza de Cristo, Su sacrificio y Su resurrección. Esto no solo fortalece nuestra fe, sino que también nos motiva a compartir la buena noticia de la salvación con los demás. ¿Estás proclamando la grandeza de Cristo en tu vida diaria?
Punto 3: El Llamado al Arrepentimiento
Versículo clave: «Arrepentíos, pues, y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.» (Hechos 3:19)
Versículo relacionado: 1 Juan 1:9 – «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.»
Explicación: Pedro llama a la multitud al arrepentimiento, que es la respuesta necesaria ante el reconocimiento de la obra de Cristo. El arrepentimiento implica un cambio de mente y de corazón, un giro de 180 grados en la dirección de nuestra vida, alejándonos del pecado y acercándonos a Dios. A través del arrepentimiento, los pecados son perdonados, y llega el tiempo de «refrigerio» —un tiempo de restauración y paz que solo Dios puede dar.
Aplicación práctica: El arrepentimiento no es solo un acto único al principio de nuestra vida cristiana, sino un proceso continuo. Cada vez que nos alejamos de la voluntad de Dios, debemos arrepentirnos y regresar a Él, confiando en Su perdón y restauración. El arrepentimiento abre la puerta a la paz y la gracia de Dios. ¿Estás dispuesto a arrepentirte y volverte a Dios con todo tu corazón?
Punto 4: El Cumplimiento de las Profecías del Antiguo Testamento
Versículo clave: «Y él os enviará a Jesucristo, que os fue antes predicado, al cual de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.» (Hechos 3:20-21)
Versículo relacionado: Lucas 24:44 – «Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.»
Explicación: Pedro explica que todo lo que ha sucedido con Jesús, incluyendo Su muerte y resurrección, fue un cumplimiento de las promesas y profecías del Antiguo Testamento. Jesús es el cumplimiento de la restauración que Dios había prometido, y Su regreso será el evento culminante de esa restauración. Este recordatorio subraya que nuestra fe está basada en la fidelidad de Dios a Sus promesas a lo largo de la historia.
Aplicación práctica: La fidelidad de Dios en el cumplimiento de Sus promesas es una fuente de esperanza para nosotros hoy. Podemos confiar en que, así como Cristo cumplió lo que estaba prometido, Él también cumplirá Su promesa de regresar y de restaurar todas las cosas. Esta esperanza debe alentarnos a vivir con paciencia y perseverancia en la fe. ¿Estás confiando en las promesas de Dios para tu vida y tu futuro?
Punto 5: El Testimonio de la Salvación a Todos
Versículo clave: «Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. A vosotros primero, Dios, habiendo levantado a su Siervo, lo envió para que os bendijese, a fin de apartar a cada uno de vosotros de sus maldades.» (Hechos 3:25-26)
Versículo relacionado: Gálatas 3:8 – «Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.»
Explicación: Pedro concluye su discurso recordando que Jesús es la bendición prometida a todas las naciones, comenzando con los judíos. La salvación a través de Cristo no está limitada a un grupo de personas, sino que está destinada a todas las naciones. Jesús fue enviado para apartar a los pecadores de sus maldades y ofrecerles la salvación.
Aplicación práctica: La salvación que se ofrece a través de Cristo es para todos. No importa tu pasado o tu cultura, Jesús vino para ofrecer la gracia de Dios a toda la humanidad. Como seguidores de Cristo, debemos ser fieles en compartir esta buena nueva con todos, sin importar su origen o situación. ¿Estás compartiendo el evangelio con aquellos que aún no conocen a Cristo?
Conclusión
En Hechos 3:11-26, Pedro nos muestra cómo una intervención milagrosa de Dios puede ser una plataforma para proclamar el evangelio y llamar al arrepentimiento. A través de este pasaje, entendemos que la salvación de Dios es para todos, que Cristo cumplió las profecías y que el arrepentimiento y la fe en Jesús son esenciales para recibir el perdón y la restauración de Dios.
Hoy, te animo a reflexionar sobre tu propio caminar con Cristo. Si has recibido el poder de Su salvación, ¿estás dispuesto a compartirlo con otros? Si aún no has experimentado esa salvación, es el momento de arrepentirte y recibir la gracia de Dios. Aprovecha cada oportunidad que Dios te da para proclamar Su nombre y vivir según Su voluntad.
Oración Sugerida: «Señor Jesús, gracias por Tu sacrificio y por la salvación que ofreces a todos. Ayúdame a vivir con gratitud, proclamando Tu grandeza y Tu perdón a todos los que me rodean. Señor, abre mi corazón para arrepentirme cuando sea necesario y confío en Tu misericordia. Que mi vida sea un testimonio vivo de Tu poder. En Tu nombre, amén.»
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Cómo puedo dar gloria a Dios cuando Él obra milagros en mi vida?
- 2. ¿Estoy proclamando a Cristo como el único Salvador en todas las oportunidades que se me presentan?
- 3. ¿De qué manera puedo practicar un arrepentimiento sincero y continuo?
- 4. ¿Cómo veo el cumplimiento de las promesas de Dios en mi vida diaria?
- 5. ¿Quién en mi círculo de influencia necesita escuchar el mensaje de salvación? ¿Qué pasos puedo dar para compartirlo?
