Levítico 6:1-7 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
En un mundo donde las faltas se minimizan y el engaño a menudo se justifica, Levítico 6:1-7 nos recuerda que Dios valora profundamente la integridad y la restitución. Este pasaje trata sobre pecados cometidos intencionalmente contra el prójimo, como el engaño, el robo o la negación de la verdad. No se trata solo de pedir perdón a Dios, sino también de reparar el daño hecho a otros. Dios muestra aquí que el perdón divino está unido al arrepentimiento genuino y a la restitución concreta. Este mensaje sigue siendo urgente y actual.
Punto 1: El pecado contra el prójimo también es pecado contra Dios
Versículo clave: «Cuando alguna persona pecare, e hiciere prevaricación contra Jehová, y negare a su prójimo lo encomendado…» (Levítico 6:2a)
Versículo relacionado: «El que no ama a su hermano, a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a quien no ha visto?» (1 Juan 4:20)
Explicación: Este versículo revela que defraudar a una persona (por ejemplo, tomar lo que no es tuyo o mentir sobre un préstamo) es también una ofensa directa a Dios. No podemos separar nuestra relación con Dios de la manera en que tratamos a los demás.
Aplicación práctica: Si engañas, robas o causas daño a otros —aun en secreto— estás afectando tu comunión con Dios. Esto incluye asuntos de trabajo, dinero, familia y relaciones. Dios ve y espera integridad tanto en lo público como en lo privado.
Punto 2: El corazón engañoso busca ocultar su culpa
Versículo clave: «…o robare, o calumniare a su prójimo, o habiendo hallado lo perdido, después lo negare, y jurare en falso…» (Levítico 6:2b-3)
Versículo relacionado: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17:9)
Explicación: El texto presenta distintas formas de pecado deliberado: engaño, fraude, mentira. Son acciones que provienen de un corazón que busca salirse con la suya. El autoengaño es una señal de dureza espiritual.
Aplicación práctica: Hoy se normalizan muchas formas de engaño: falsificar documentos, mentir en declaraciones, apropiarse de lo ajeno, guardar algo que se halló sin buscar al dueño. Todo eso, aunque común, es pecado. Dios nos llama a examinar nuestras acciones con honestidad.
Punto 3: El arrepentimiento genuino incluye restitución
Versículo clave: «…restituirá aquello que robó… y añadirá a ello la quinta parte más…» (Levítico 6:4-5a)
Versículo relacionado: «He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.» (Lucas 19:8)
Explicación: El arrepentimiento verdadero no solo confiesa el pecado, sino que también busca reparar el daño. En este caso, Dios ordena que se devuelva lo robado más un 20% adicional. Esto no es solo justicia, es transformación del corazón.
Aplicación práctica: Si has perjudicado a alguien —financieramente, emocionalmente o de otra manera—, pídele perdón, pero también busca enmendar. ¿Puedes devolver lo perdido? ¿Restaurar la confianza? La integridad se demuestra con actos.
Punto 4: La restitución debe ser hecha con prontitud y precisión
Versículo clave: «…lo dará a aquel a quien pertenece en el día de su expiación.» (Levítico 6:5b)
Versículo relacionado: «No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros.» (Romanos 13:8)
Explicación: El texto indica que la restitución no debía posponerse. El mismo día que el ofensor ofrecía expiación ante Dios, debía devolver lo robado a su prójimo. Dios no aprueba el arrepentimiento demorado ni incompleto.
Aplicación práctica: No dejes para mañana la reconciliación que puedes hacer hoy. Si has cometido una falta, haz lo necesario lo antes posible. No basta con pedirle perdón a Dios en privado si aún no has enfrentado a la persona afectada.
Punto 5: El perdón de Dios es completo cuando hay sinceridad
Versículo clave: «Y el sacerdote hará expiación por él delante de Jehová, y será perdonado de cualquier cosa en que haya pecado.» (Levítico 6:7)
Versículo relacionado: «El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.» (Proverbios 28:13)
Explicación: Cuando hay arrepentimiento sincero, restitución y fe, el sacerdote intercedía y el perdón era completo. Este es un poderoso mensaje de gracia: Dios no solo perdona, sino que restaura.
Aplicación práctica: Tal vez has vivido con culpa o vergüenza por errores del pasado. Hoy puedes experimentar libertad si confiesas y haces lo correcto. Dios no se queda con lo externo; Él mira tu corazón y responde con misericordia si te vuelves a Él con sinceridad.
Conclusión
Levítico 6:1-7 es un llamado firme a la responsabilidad, la integridad y la restauración. El pecado no es un simple error del pasado, sino una herida que necesita sanación. Dios no nos condena, pero sí espera que confesemos, reparemos y caminemos en verdad. El perdón está disponible, pero no a bajo costo: requiere sinceridad, humildad y acción.
Amado lector, quizás has fallado, has mentido, o dañado a alguien. Quizás lo ocultaste por vergüenza o por miedo. Hoy no estás leyendo esto por casualidad. Dios quiere restaurarte. No te está señalando para condenarte, sino para devolverte la paz. Si decides enfrentar con valentía tu error y tomar pasos sinceros de restitución, experimentarás la libertad más hermosa: la del alma limpia. No estás solo. Dios camina contigo hacia la verdad.
Este es el momento de examinarte con honestidad. ¿Has herido, engañado o robado en algún área de tu vida? ¿Has ignorado el llamado a restaurar relaciones o devolver lo que no te pertenece? No lo retrases más. Habla con Dios, confiesa tu pecado y luego actúa. Devuelve, restaura, pide perdón, y decide vivir con integridad. No hay arrepentimiento verdadero sin acción. Pero si das ese paso, Dios promete perdonarte y renovarte.
Oración sugerida: “Señor, reconozco que he fallado muchas veces. He sido deshonesto, he herido a otros o he ignorado lo que debía hacer. Hoy vengo a ti con sinceridad. Perdóname, límpiame y dame la valentía para restituir lo que rompí. Ayúdame a caminar con integridad y a vivir una vida que te honre. Gracias porque tu perdón está disponible cuando mi corazón es genuino. Amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Has cometido alguna falta que todavía no has confesado a Dios o a una persona afectada?
- 2. ¿Te cuesta admitir cuando has hecho daño o has sido deshonesto?
- 3. ¿Estás dispuesto a hacer restitución aunque implique esfuerzo o vergüenza?
- 4. ¿Cómo puedes desarrollar un estilo de vida basado en la integridad?
- 5. ¿Qué áreas de tu vida necesitan alinearse más con los valores del Reino de Dios?
