Lucas 18:9-14

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Lucas 18:9-14  Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

En Lucas 18:9-14, Jesús cuenta una parábola para abordar el orgullo espiritual y la humildad en nuestra relación con Dios. Esta enseñanza muestra el contraste entre dos personajes: un fariseo, quien se enorgullece de su propia justicia, y un publicano, quien, consciente de su pecado, se humilla ante Dios.

A través de esta parábola, Jesús nos recuerda que la verdadera justicia no viene de nuestras obras, sino de un corazón arrepentido que reconoce su necesidad de la gracia de Dios. Este pasaje es un llamado a examinar nuestras actitudes al acercarnos a Dios: ¿nos apoyamos en nuestras propias virtudes, o venimos a Él con un espíritu humilde y dependiente?

Punto 1: La Audiencia de la Parábola

Versículo relacionado: Lucas 18:9
«A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los demás, dijo también esta parábola.»

Explicación:
Jesús dirige esta enseñanza a quienes tienen una actitud de autosuficiencia espiritual y menosprecian a los demás. Esto revela que el orgullo y la comparación con otros son obstáculos para una relación genuina con Dios.

Aplicación práctica:
Examina tu corazón: ¿Te apoyas en tus logros espirituales o buscas compararte con otros para sentirte mejor? Dios no busca perfección externa, sino sinceridad interna.

Punto 2: El Fariseo y su Oración de Autojustificación

Versículo relacionado: Lucas 18:11-12
«El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.»

Explicación:
El fariseo demuestra orgullo y desprecio hacia los demás en su oración. Él basa su justicia en sus obras y desprecia al publicano. Sin embargo, Jesús nos muestra que esta actitud no agrada a Dios, porque no hay humildad ni arrepentimiento.

Aplicación práctica:
Reflexiona sobre tus oraciones: ¿Hablas con Dios para alabarlo y buscar Su guía, o para presumir tus logros? Recuerda que la gracia de Dios no se gana; es un regalo inmerecido.

Punto 3: El Publicano y su Oración Humilde

Versículo relacionado: Lucas 18:13
«Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.»

Explicación:
El publicano, consciente de su pecado, se acerca a Dios con humildad y arrepentimiento. Su postura y palabras revelan un corazón sincero que reconoce su dependencia de la misericordia divina. Esta actitud de quebrantamiento es lo que agrada a Dios.

Aplicación práctica:
El arrepentimiento genuino abre las puertas a la gracia de Dios. ¿Hay áreas en tu vida donde necesitas pedir Su perdón? Habla con Él desde un corazón honesto y humilde.

Punto 4: La Justificación del Publicano

Versículo relacionado: Lucas 18:14
«Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.»

Explicación:
Jesús declara que el publicano fue justificado ante Dios, mientras que el fariseo no. Esto subraya que la justificación no depende de las obras ni del estatus social, sino de la humildad y la fe en Dios.

Aplicación práctica:
Reconoce que nuestra relación con Dios no se basa en méritos, sino en Su gracia. La humildad es la puerta para recibir Su justicia y vivir bajo Su favor.

Punto 5: El Mensaje Central: Humildad y Gracia

Versículo relacionado: Lucas 18:14b
«Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.»

Explicación:
El mensaje de Jesús es claro: Dios exalta a los humildes y resiste a los orgullosos. La humildad nos permite depender completamente de Dios y reconocer que todo lo que tenemos proviene de Su gracia.

Aplicación práctica:
Cultiva una actitud de humildad en tu relación con Dios y con los demás. Pregúntate: ¿Estoy buscando la aprobación de Dios o la de los hombres?

Conclusión

La parábola del fariseo y el publicano nos invita a acercarnos a Dios con humildad y sinceridad. Jesús nos enseña que nuestra justicia no está en nuestras obras, sino en Su gracia. Al depender completamente de Él, somos transformados y justificados.

Esta semana, dedica tiempo a evaluar tus actitudes y motivos en la oración. Pídele a Dios que te ayude a orar con humildad y sinceridad. Además, busca maneras de mostrar gracia y compasión hacia los demás, especialmente a quienes necesitan sentir el amor de Dios.

Oración sugerida: «Señor, hoy vengo a Ti con un corazón humilde y arrepentido. Ayúdame a depender de Tu gracia y no de mis propios méritos. Enséñame a caminar en humildad y a reconocer siempre mi necesidad de Ti. Gracias por Tu amor y misericordia. Amén.»


Preguntas para Reflexión :

Libro de Lucas 2100 1050

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