Lucas 20:19-26

Lucas 20:19-26  Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

Los líderes religiosos intentaron atrapar a Jesús en una pregunta que lo comprometiera, pero su respuesta los dejó sin palabras. Jesús no solo esquivó la trampa, sino que presentó un principio eterno: dar a Dios lo que le pertenece. Este mensaje nos llama a vivir con integridad, sabiendo que nuestra lealtad final es hacia el Reino de Dios.

Punto 1: La intención de los líderes religiosos

Versículo clave: “Y acechándole enviaron espías que se fingieran justos, para sorprenderle en alguna palabra” (Lucas 20:20).

Exégesis: Los líderes religiosos, llenos de envidia, buscaron desacreditar a Jesús ante el pueblo o ponerlo en contra de las autoridades romanas. Su motivación era el temor de perder poder y control.

Aplicación práctica: Examina tus intenciones al interactuar con otros. ¿Son tus palabras y acciones transparentes y sinceras, o están motivadas por intereses ocultos?

Punto 2: La pregunta tramposa

Versículo clave: “¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?” (Lucas 20:22).

Exégesis: La pregunta planteaba un dilema: si Jesús decía que no era lícito pagar tributo, sería acusado de rebelión contra Roma; si decía que sí, perdería el favor del pueblo judío, que odiaba la opresión romana.

Aplicación práctica: Hay momentos en los que enfrentamos dilemas éticos o decisiones difíciles. Busca sabiduría en la Palabra y en oración para responder con integridad y discernimiento.

Punto 3: La respuesta sabia de Jesús

Versículo clave: “Mostradme un denario. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción?” (Lucas 20:24).

Exégesis: Jesús no evitó la pregunta, sino que la usó para enseñar un principio clave. La moneda tenía la imagen de César, lo que indicaba que pertenecía al sistema terrenal; sin embargo, los hombres llevan la imagen de Dios, lo que señala su verdadera pertenencia al Creador.

Aplicación práctica: Reflexiona sobre cómo estás administrando tus recursos. Cumple tus responsabilidades civiles, pero nunca olvides que tu mayor lealtad es hacia Dios.

Punto 4: La enseñanza sobre prioridades

Versículo clave: “Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Lucas 20:25).

Exégesis: Jesús no rechazó la autoridad terrenal, pero dejó claro que no debe ocupar el lugar de Dios. Su respuesta nos llama a establecer prioridades claras, colocando a Dios en el centro de nuestras vidas.

Aplicación práctica: Evalúa tus prioridades. ¿Estás dedicando tiempo, recursos y energía a lo que verdaderamente glorifica a Dios?

Punto 5: El asombro de los líderes religiosos

Versículo clave: “Y no pudieron sorprenderle en palabra alguna delante del pueblo; antes bien, maravillados de su respuesta, callaron” (Lucas 20:26).

Exégesis: La sabiduría y autoridad de Jesús dejó a sus adversarios sin argumentos. Este momento reafirma que Él es la fuente de toda verdad y que su Palabra es inquebrantable.

Aplicación práctica: Cuando enfrentes críticas o intentos de desacreditación, recuerda que Jesús es tu defensor. Busca actuar con sabiduría y humildad, confiando en que Él estará contigo.

Conclusión

Este pasaje nos enseña que debemos vivir como ciudadanos responsables del mundo terrenal, pero con la mirada puesta en el Reino de Dios. Somos llamados a administrar con sabiduría lo que se nos ha confiado y a dar a Dios la adoración y obediencia que merece.

Además, este pasaje nos invita a ser conscientes de nuestra dualidad como ciudadanos terrenales y celestiales. Cumplir con nuestras responsabilidades aquí en la tierra no debe desviarnos de nuestro propósito eterno en Dios. Cada decisión diaria puede ser una oportunidad para glorificarlo. Vive con la seguridad de que, como hijo de Dios, llevas Su imagen y estás llamado a reflejar Su amor y justicia en todo lo que haces.

Hoy, reflexiona sobre tus prioridades. Da a Dios lo que le pertenece: tu fe, tu tiempo, tu amor y obediencia. También, cumple con tus responsabilidades terrenales de manera íntegra, recordando que tu verdadera ciudadanía está en el cielo.

Oración sugerida: “Señor, gracias por tu sabiduría y enseñanza. Ayúdame a vivir con integridad, cumpliendo mis responsabilidades terrenales sin perder de vista mi lealtad hacia Ti. Enséñame a darte lo que te pertenece: mi corazón, mi tiempo y mi devoción. Amén.”


Preguntas para Reflexión :

Libro de Lucas 2100 1050

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