Lucas 8:40-56

Lucas 8:40-56  Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

En Lucas 8:40-56, Jesús realiza dos milagros significativos: la sanación de una mujer con flujo de sangre y la resurrección de la hija de Jairo. Estos eventos demuestran el poder de Jesús para sanar tanto el cuerpo como el alma, destacando la importancia de la fe.

Primer Punto: La súplica de Jairo (Lucas 8:40-42)

Jairo, un líder de la sinagoga, busca desesperadamente la ayuda de Jesús para salvar a su hija moribunda. A pesar de su posición, su fe lo lleva a postrarse ante Jesús.

Aplicación: No importa nuestra situación o estatus; cuando enfrentamos momentos de desesperación, debemos acudir a Jesús en humildad y fe.

Segundo Punto: La fe de la mujer con flujo de sangre (Lucas 8:43-44)

Una mujer que sufría una enfermedad por doce años se acerca a Jesús con la esperanza de que, al tocar su manto, sería sanada. Su fe simple pero profunda la lleva a recibir sanidad.

Aplicación: La fe sincera, aunque parezca pequeña, tiene el poder de traer sanidad y restauración en nuestras vidas.

Tercer Punto: El poder de Jesús y la fe (Lucas 8:45-48)

Cuando la mujer es sanada, Jesús la llama públicamente para que declare su sanidad. Él reconoce su fe y la bendice con palabras de paz.

Aplicación: Jesús no solo se preocupa por nuestra sanidad física, sino también por nuestra paz interior. Nuestra fe no debe ser algo oculto, sino algo que testimonie a los demás.

Cuarto Punto: La muerte de la hija de Jairo (Lucas 8:49-50)

Mientras Jesús estaba con la mujer, llegan noticias de que la hija de Jairo ha muerto. Jesús, en lugar de preocuparse, le dice a Jairo que tenga fe.

Aplicación: Aun cuando la situación parece imposible, Jesús nos llama a confiar en Él. Su poder trasciende nuestras limitaciones.

Quinto Punto: La resurrección de la hija de Jairo (Lucas 8:51-56)

Jesús va a la casa de Jairo, toma de la mano a su hija y le ordena levantarse. La niña resucita, dejando asombrados a todos los presentes.

Aplicación: Jesús tiene el poder sobre la vida y la muerte. En nuestros momentos de desesperanza, Él puede traer vida nueva y restauración.

Conclusión

Lucas 8:40-56 es un recordatorio poderoso del amor y el poder de Jesús. A través de la fe, tanto Jairo como la mujer con flujo de sangre experimentaron milagros que transformaron sus vidas.

Este pasaje nos invita a acercarnos a Jesús con fe, sin importar nuestras circunstancias. Él sigue obrando milagros hoy, y debemos confiar en Su poder para transformar nuestras vidas.