Marcos 10:17-31

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Marcos 10:17-31

Introducción

El pasaje de Marcos 10:17-31 presenta uno de los encuentros más memorables de Jesús con un joven rico. A través de este encuentro, Jesús aborda cuestiones fundamentales sobre la salvación, el apego a las riquezas, y el costo del discipulado. Este texto desafía las nociones preconcebidas de justicia y prosperidad, llamándonos a reconsiderar nuestras prioridades en la vida y a evaluar si estamos verdaderamente dispuestos a seguir a Cristo con todo nuestro ser. Este estudio exegético desglosará el pasaje en cinco puntos clave para comprender profundamente el mensaje de Jesús.

Punto 1: El Anhelo de Vida Eterna (Marcos 10:17)

Versículo: «Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»

El joven rico se acerca a Jesús con una pregunta crucial: ¿qué debe hacer para heredar la vida eterna? Su postura reverente y su rápida aproximación a Jesús muestran un profundo anhelo espiritual y una aparente sinceridad. Sin embargo, su pregunta revela una concepción errónea de la salvación, viéndola como algo que se puede ganar o alcanzar mediante obras.

Este versículo nos invita a reflexionar sobre nuestras propias motivaciones y entendimientos en cuanto a la salvación. Nos recuerda que la vida eterna no es algo que se pueda ganar con buenas obras o méritos personales, sino que es un regalo de Dios que requiere una entrega total y una confianza en Él.

Punto 2: La Respuesta de Jesús y el Enfoque en los Mandamientos (Marcos 10:18-20)

Versículo: «Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres, no mates, no hurtes, no digas falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre. Él entonces respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.»

Jesús comienza cuestionando la comprensión del joven sobre la bondad, redirigiendo su atención hacia Dios. Luego, le recuerda los mandamientos, lo que representa la base moral que el joven ya conoce y sigue. Sin embargo, Jesús está a punto de revelar que la obediencia externa a la ley no es suficiente para heredar la vida eterna.

Este pasaje nos desafía a ir más allá de la mera obediencia externa y a examinar la condición de nuestro corazón. Podemos seguir reglas y mandamientos, pero si nuestro corazón está atado a las riquezas o cualquier otro ídolo, estamos lejos del verdadero discipulado.

Punto 3: El Desafío de Venderlo Todo (Marcos 10:21-22)

Versículo: «Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.»

Jesús mira al joven con amor y le plantea un desafío que va al corazón de su problema: su apego a las riquezas. Jesús le invita a vender todo lo que posee, dárselo a los pobres, y seguirlo. Este llamado es radical y revela la verdadera condición del corazón del joven, quien se va triste porque no está dispuesto a renunciar a sus bienes materiales.

Este punto subraya la necesidad de estar dispuestos a dejarlo todo por Cristo. Nos invita a preguntarnos: ¿Qué ídolos o riquezas nos impiden seguir a Jesús completamente? ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestras posesiones y comodidades por el Reino de Dios?

Punto 4: La Imposibilidad Humana y la Posibilidad Divina (Marcos 10:23-27)

Versículo: «Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de Dios a los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.»

Jesús utiliza una metáfora poderosa para ilustrar lo difícil que es para los ricos entrar en el reino de Dios. La riqueza, cuando se convierte en un objeto de confianza, se convierte en un obstáculo casi insuperable para la salvación. Sin embargo, Jesús concluye con una afirmación de esperanza: lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.

Este pasaje nos recuerda que la salvación es un acto de gracia divina, no algo que podamos lograr por nosotros mismos. Nos desafía a confiar plenamente en Dios y no en nuestras posesiones, y a reconocer que solo con Su poder podemos superar los obstáculos que nos separan de Él.

Punto 5: La Recompensa del Discipulado (Marcos 10:28-31)

Versículo: «Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido. Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.»

Pedro, representando a los discípulos, le recuerda a Jesús que ellos lo han dejado todo para seguirle. Jesús responde asegurando que aquellos que han hecho sacrificios por Él y por el evangelio recibirán una recompensa abundante, tanto en esta vida como en la venidera. Sin embargo, Jesús también advierte que la recompensa viene con persecuciones y que los valores del reino de Dios subvierten las expectativas humanas: los últimos serán primeros y los primeros, últimos.

Este punto nos desafía a evaluar nuestras prioridades y a considerar el costo del discipulado. Jesús nos asegura que el sacrificio por el evangelio no es en vano, pero también nos prepara para las dificultades que acompañan el verdadero seguimiento de Cristo. Nos invita a confiar en que las recompensas eternas superan con creces cualquier sacrificio temporal.

Conclusión

El pasaje de Marcos 10:17-31 nos confronta con la realidad de que seguir a Jesús implica un costo significativo. Nos llama a examinar nuestras vidas, nuestras prioridades, y nuestras actitudes hacia las riquezas y el reino de Dios. La vida eterna no es algo que podamos obtener por nuestros propios méritos, sino un regalo de Dios que requiere nuestra completa entrega y confianza en Él. A través de este encuentro con el joven rico, Jesús nos recuerda que las verdaderas riquezas se encuentran en el reino de Dios, y que debemos estar dispuestos a dejar todo para seguirle.

Hoy, te invito a reflexionar sobre lo que podría estar impidiendo tu total entrega a Jesús. ¿Qué es lo que más valoras en tu vida? ¿Estás dispuesto a renunciar a ello por seguir a Cristo? El llamado de Jesús es claro: deja lo que te ata, toma tu cruz y síguelo. Las recompensas de seguir a Cristo son infinitamente mayores que cualquier sacrificio que puedas hacer en esta vida.

Preguntas para Reflexión :

Libro de Marcos 2100 1050

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