Marcos 3:20-35

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Introducción

En Marcos 3:20-35, encontramos un pasaje que aborda la identidad y misión de Jesús, así como la oposición y malentendidos que enfrenta, incluso por parte de su propia familia y los líderes religiosos. Este fragmento del Evangelio de Marcos no solo revela las tensiones en torno a la persona de Jesús, sino que también plantea preguntas profundas sobre lo que significa ser parte de la familia de Dios. A través de esta exégesis, exploraremos la importancia de reconocer y aceptar a Jesús por quien realmente es y las implicaciones de ser su seguidor.

Marcos 3:20-35

1. La incomprensión de la familia de Jesús (Marcos 3:20-21)

  • Versículo: «Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí.»
    Este versículo muestra cómo la familia de Jesús no comprendía plenamente su misión. Al ver la intensidad de su ministerio y la reacción de las multitudes, pensaron que Jesús había perdido la cordura. Esta reacción refleja un malentendido común sobre la naturaleza del llamado divino, que a menudo desafía las expectativas humanas y familiares.

2. La acusación de los escribas (Marcos 3:22)

  • Versículo: «Pero los escribas que habían venido de Jerusalén decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.»
    Los escribas, representantes de la élite religiosa, acusan a Jesús de estar poseído por Beelzebú, el príncipe de los demonios. Esta acusación refleja su rechazo absoluto a la obra de Jesús, interpretando su poder como algo maligno en lugar de divino. Esta actitud de los escribas pone de manifiesto la ceguera espiritual y la resistencia a aceptar la verdadera identidad de Jesús.

3. La respuesta de Jesús: una casa dividida (Marcos 3:23-26)

  • Versículo: «Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.»
    Jesús responde a las acusaciones con una lógica irrefutable: un reino dividido no puede mantenerse en pie. Si Jesús estuviera operando bajo el poder de Satanás, estaría socavando su propio reino al expulsar demonios. Con esta parábola, Jesús refuta la acusación de los escribas y subraya la irracionalidad de su argumento, revelando que su poder proviene de Dios y no del mal.

4. El pecado imperdonable (Marcos 3:28-30)

  • Versículo: «De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.
    Jesús advierte sobre el pecado imperdonable: la blasfemia contra el Espíritu Santo. Este pecado se refiere a la atribución maliciosa y deliberada de la obra de Dios al poder de Satanás. Los escribas, al decir que Jesús tenía un espíritu inmundo, estaban acercándose peligrosamente a este pecado. La severidad de esta advertencia subraya la importancia de reconocer y aceptar la obra del Espíritu Santo en la vida y ministerio de Jesús.

5. La verdadera familia de Jesús (Marcos 3:31-35)

  • Versículo: «Porque cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.»
    En la última parte del pasaje, Jesús redefine lo que significa ser parte de su familia. Cuando su madre y sus hermanos vienen a buscarlo, Jesús declara que su verdadera familia son aquellos que hacen la voluntad de Dios. Esta declaración amplía el concepto de familia espiritual, incluyendo a todos los que siguen y obedecen a Dios, independientemente de los lazos de sangre.

Conclusión

Marcos 3:20-35 nos ofrece una visión profunda de los desafíos que enfrentó Jesús, desde la incomprensión de su familia hasta la acusación de los líderes religiosos. Este pasaje resalta la importancia de reconocer a Jesús como el Hijo de Dios y la seriedad de rechazar su obra. Además, nos invita a reflexionar sobre lo que significa ser parte de la familia de Dios: no se trata solo de lazos biológicos, sino de un compromiso sincero con la voluntad divina.

Como seguidores de Jesús, estamos llamados a reconocer y aceptar su obra en nuestras vidas, evitando cualquier forma de rechazo o malentendido. Debemos esforzarnos por hacer la voluntad de Dios, lo que nos convierte en verdaderos miembros de la familia espiritual de Cristo. Reflexionemos sobre nuestras actitudes y asegurémonos de que estamos alineados con la verdad y la misión de Jesús.

Preguntas para Estudiantes:

Libro de Marcos 2100 1050

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