Introducción
Mateo 3:13-17 narra el bautismo de Jesús por Juan el Bautista en el río Jordán, un evento significativo en el inicio del ministerio público de Jesús. Este pasaje es crucial porque marca la revelación pública de Jesús como el Hijo de Dios y establece el modelo para el bautismo cristiano. A través de estos versículos, se destacan temas como la obediencia, la identidad divina de Jesús, y la manifestación de la Trinidad.
1. Mateo 3:13: «Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.»
Este versículo introduce el propósito deliberado de Jesús al buscar el bautismo de Juan, aunque Él no tenía pecado. Jesús, sin embargo, se identifica con la humanidad pecadora, yendo al Jordán para cumplir toda justicia. Este acto de humildad y obediencia es fundamental para su misión redentora, mostrando que Él se somete completamente a la voluntad del Padre.
2. Mateo 3:14: «Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?»
La respuesta de Juan refleja su reconocimiento de la superioridad de Jesús y su conciencia de la necesidad espiritual propia. Esta reacción subraya la santidad de Jesús y la paradoja de su bautismo. Juan reconoce que Jesús no tiene necesidad de arrepentimiento, pero Jesús insiste en cumplir este acto como parte de su obediencia al plan de Dios.
3. Mateo 3:15: «Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.»
Jesús explica que su bautismo es necesario para «cumplir toda justicia,» lo que implica que está siguiendo el plan divino para redimir a la humanidad. Su bautismo prefigura su muerte, sepultura y resurrección, y es un acto de identificación con aquellos a quienes vino a salvar. Este versículo también muestra la sumisión de Jesús a la voluntad de Dios, cumpliendo la Ley y los profetas.
4. Mateo 3:16: «Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.»
El descenso del Espíritu Santo en forma de paloma representa la unción y aprobación divina de Jesús para su ministerio. Los cielos abiertos simbolizan la comunicación directa entre Dios y la humanidad a través de Jesús. La paloma, símbolo de paz y pureza, indica la presencia del Espíritu Santo, que guiará y fortalecerá a Jesús en su misión terrenal.
5. Mateo 3:17: «Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.»
La voz del Padre confirma la identidad de Jesús como el Hijo de Dios y expresa su amor y deleite en Él. Este versículo es una declaración pública de la filiación divina de Jesús y su papel como el Mesías. La manifestación de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en este evento resalta la naturaleza divina de Jesús y el carácter trinitario de Dios.
Conclusión
Mateo 3:13-17 es un pasaje clave que revela la identidad y misión de Jesús como el Hijo de Dios. A través de su bautismo, Jesús se identifica con la humanidad, muestra su obediencia al Padre, y es ungido por el Espíritu Santo para su ministerio. Este evento establece un ejemplo para todos los creyentes en cuanto a la obediencia y la sumisión a la voluntad de Dios. También reafirma la naturaleza trinitaria de Dios y la importancia del bautismo en la vida cristiana.
Preguntas para Estudiantes:
- ¿Por qué fue importante que Jesús se sometiera al bautismo de Juan?
- ¿Qué significa "cumplir toda justicia" en el contexto del bautismo de Jesús?
- ¿Cuál es el significado del descenso del Espíritu Santo en forma de paloma?
- ¿Cómo confirma la voz del cielo la identidad de Jesús?
- ¿Qué lecciones podemos aprender del bautismo de Jesús para nuestra vida espiritual?
