Mateo 4:1-11 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Mateo 4:1-11 relata la tentación de Jesús en el desierto, inmediatamente después de su bautismo. Este pasaje es fundamental en el Evangelio porque muestra cómo Jesús, el Hijo de Dios, enfrenta y vence las tentaciones de Satanás, demostrando su obediencia y fidelidad al plan divino. A través de estas tentaciones, Jesús se identifica con la humanidad, pero a diferencia de Adán y Eva, Él no cede al pecado. Este evento también prepara a Jesús para su ministerio público, estableciendo su autoridad sobre el maligno.
Punto 1: Mateo 4:1: «Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.»
Este versículo subraya que la tentación de Jesús fue parte del plan divino, ya que el Espíritu lo guió al desierto. El desierto es un lugar de prueba y preparación, reflejando las experiencias de Israel durante los 40 años en el desierto. Jesús es tentado como representante de la humanidad, pero también como el nuevo Israel, destinado a cumplir lo que Israel no pudo. La tentación no es accidental, sino un enfrentamiento intencional entre Jesús y el mal.
Punto 2: Mateo 4:2: «Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.»
El ayuno de 40 días y noches conecta a Jesús con Moisés y Elías, quienes también ayunaron durante 40 días, y simboliza una preparación espiritual intensa. El hambre de Jesús después de este periodo subraya su humanidad y su vulnerabilidad física. Esta vulnerabilidad es el contexto en el que Satanás intenta aprovecharse, pero también es una demostración de la fortaleza espiritual que Jesús posee al resistir a pesar de su debilidad física.
Punto 3: Mateo 4:3-4: «Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»
La primera tentación es un desafío directo a la identidad de Jesús como Hijo de Dios, incitándolo a usar su poder divino para satisfacer una necesidad física. Jesús responde citando Deuteronomio 8:3, afirmando que la verdadera vida proviene de la obediencia a la palabra de Dios, no solo de la satisfacción de necesidades materiales. Jesús demuestra que confía en Dios para proveer y que su misión es espiritual, no de autopreservación.
Punto 4: Mateo 4:5-7: «Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.»
En la segunda tentación, Satanás cita las Escrituras (Salmo 91:11-12) fuera de contexto, incitando a Jesús a probar la protección de Dios de manera presuntuosa. Jesús responde con Deuteronomio 6:16, rechazando la manipulación de la Escritura y enseñando que no debemos poner a prueba a Dios. Esta tentación aborda la confianza en Dios, y Jesús demuestra que la fe genuina no necesita pruebas dramáticas ni actos temerarios.
Punto 5: Mateo 4:8-11: «Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.»
La tercera tentación es una oferta de poder y gloria terrenales a cambio de adorar a Satanás. Jesús rechaza categóricamente esta oferta, citando Deuteronomio 6:13, reafirmando que solo Dios es digno de adoración y servicio. Esta tentación va al corazón del propósito de Jesús: establecer un reino espiritual basado en la obediencia a Dios, no en el poder mundano. Al final, Satanás se retira, y los ángeles vienen a ministrar a Jesús, confirmando su victoria sobre el mal.
Conclusión
Mateo 4:1-11 muestra la victoria de Jesús sobre las tentaciones de Satanás, subrayando su fidelidad a Dios y su rechazo de las soluciones fáciles y del poder mundano. Este pasaje no solo reafirma la identidad divina de Jesús como el Hijo de Dios, sino que también nos ofrece un modelo de cómo resistir la tentación a través de la dependencia en la Palabra de Dios y la fidelidad al plan divino. La victoria de Jesús en el desierto es un anticipo de su victoria final sobre el pecado y la muerte.
Preguntas para Estudiantes:
- ¿Por qué es significativo que el Espíritu condujera a Jesús al desierto para ser tentado?
- ¿Qué enseña la respuesta de Jesús a la primera tentación sobre la prioridad de la Palabra de Dios?
- ¿Cómo usa Satanás las Escrituras en la segunda tentación y cómo responde Jesús?
- ¿Qué revela la tercera tentación sobre la naturaleza del reino de Dios comparado con los reinos del mundo?
- ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Jesús sobre cómo enfrentar y vencer las tentaciones en nuestras vidas?
