Números 21:31-35 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Luego de conquistar el territorio de Sehón, rey de los amorreos, Israel se encuentra con un nuevo enemigo: Og, rey de Basán, un enemigo aún más imponente. Este texto cierra el capítulo 21 mostrando que las batallas no cesan, pero tampoco lo hace el respaldo de Dios. Lo que este relato revela no es solo una victoria militar más, sino el principio espiritual de que cuando Dios pelea por nosotros, no hay enemigo que pueda resistir. La victoria sobre Og es un mensaje poderoso para aquellos que enfrentan grandes desafíos y se preguntan si podrán superarlos.
Punto 1: Dios nos establece en los lugares que hemos conquistado por fe
Versículo clave: “Así habitó Israel en la tierra del amorreo.” (Números 21:31)
Versículo relacionado: “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella.” (Salmos 37:29)
Explicación: Después de vencer a Sehón, Israel no solo pasa por el territorio, sino que se establece. Esta es una señal de que Dios no les da victorias pasajeras, sino permanencia. Habitar representa estabilidad, propósito y herencia.
Aplicación práctica: Muchas veces, Dios te permite conquistar áreas de tu vida (como salir de una relación tóxica, vencer una adicción o emprender un proyecto), pero luego el reto es mantenerte allí. Dios quiere que habites en la victoria, no que regreses al desierto. ¿Estás cuidando el terreno que Dios te dio? ¿Estás permaneciendo en los frutos de tu fe?
Punto 2: Las amenazas no cesan, pero Dios sigue al control
Versículo clave: “Y envió Moisés a reconocer a Jazer, y tomaron sus aldeas, y echaron al amorreo que estaba allí.” (Números 21:32)
Versículo relacionado: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.” (Juan 14:1)
Explicación: Después de una gran victoria, aún quedaban otros enemigos. Moisés no baja la guardia. Actúa con prudencia, reconoce el terreno y responde con determinación. Esta acción es preventiva y revela sabiduría espiritual y liderazgo.
Aplicación práctica: Cuando vences un obstáculo, no significa que no habrá otros. Muchas personas se relajan espiritualmente después de una victoria y caen en la siguiente batalla. Aprende de Moisés: mantente vigilante, ora, planea y actúa con sabiduría. No le temas a las nuevas amenazas; Dios sigue contigo.
Punto 3: Los desafíos más grandes revelan la fidelidad más gloriosa de Dios
Versículo clave: “Y se volvieron, y subieron camino de Basán; y salió contra ellos Og rey de Basán, él y todo su pueblo, para pelear en Edrei.” (Números 21:33)
Versículo relacionado: “Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” (Éxodo 14:14)
Explicación: Og era un enemigo formidable. Según Deuteronomio 3:11, era un gigante, el último de los refaítas, con una cama de más de 4 metros de largo. Pero Dios no retrocedió. El pueblo tampoco. Esta batalla sería una de las más impactantes, y también una de las más gloriosas.
Aplicación práctica: A veces, los desafíos aumentan en intensidad y parecen imposibles. Tal vez enfrentas una enfermedad grave, una crisis financiera o una pérdida familiar. Pero los mayores gigantes son las mejores oportunidades para ver la gloria de Dios. No huyas de la batalla por su tamaño. Dios se glorifica cuando nosotros dependemos completamente de Él.
Punto 4: Dios elimina el temor dándonos una palabra antes de la batalla
Versículo clave: “Entonces Jehová dijo a Moisés: No le tengas miedo…” (Números 21:34a)
Versículo relacionado: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios…” (Isaías 41:10)
Explicación: Antes de la batalla, Dios no entrega una espada, sino una palabra. La primera necesidad de Moisés no era una estrategia, sino paz interior. El temor podía paralizar, por eso Dios lo confronta antes de que crezca.
Aplicación práctica: Antes de enfrentar cualquier situación difícil, Dios quiere hablarte. A través de Su Palabra, de la oración o incluso de alguien usado por Él, Dios suele darte paz antes de darte dirección. Cuando sientas temor, no huyas: busca lo que Dios tiene que decir. Su palabra produce confianza que vence al miedo.
Punto 5: La victoria es completa cuando Dios es quien pelea
Versículo clave: “Y lo hirieron a él, y a sus hijos, y a todo su pueblo, sin que quedara uno; y se apoderaron de su tierra.” (Números 21:35)
Versículo relacionado: “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Corintios 15:57)
Explicación: La victoria no fue parcial ni forzada. Fue una victoria total. Og, sus hijos, su ejército y su territorio fueron completamente vencidos. Esta no fue la obra de un ejército fuerte, sino de un Dios fiel. Dios cumple lo que promete y entrega a su pueblo más de lo que ellos podrían lograr solos.
Aplicación práctica: Dios no quiere darte soluciones a medias. Su deseo es que experimentes libertad completa: no solo dejar el vicio, sino caminar en libertad; no solo pagar una deuda, sino aprender a administrar. Permite que Él pelee por ti hasta que no quede huella del enemigo que antes te dominaba.
Conclusión
El relato de la victoria sobre Og nos enseña que las batallas son parte del camino, pero también lo es el respaldo de Dios. No se trata de cuán grandes sean los enemigos, sino de cuán fiel es el Dios que camina con nosotros. A medida que avanzamos en fe, Dios nos entrega territorio, elimina el temor y se glorifica en nuestras conquistas. Cuando Él pelea por nosotros, la victoria está asegurada.
Querido lector, tal vez hoy enfrentas a tu propio “Og de Basán”. Ese enemigo parece gigantesco, más fuerte que tus fuerzas y más grande que tus recursos. Pero no olvides esta verdad: Dios ya ha prometido entregarlo en tus manos. No tienes que hacerlo solo, ni tienes que tener todas las respuestas. Solo tienes que confiar, avanzar y permitir que el Dios de las batallas pelee por ti. El miedo retrocede cuando avanza la fe. ¡Tu victoria está más cerca de lo que crees!
Es hora de dejar de temer al enemigo y empezar a caminar como un hijo o hija del Dios vencedor. Ya no tienes que retroceder. Hoy, toma una decisión firme: enfrenta esa situación con oración, con fe y con la Palabra que Dios te ha dado. El mismo que derrotó a Og te ayudará a derrotar cada obstáculo que impida tu avance. No pospongas más tu victoria. ¡El tiempo de conquistar ha llegado!
Oración sugerida: “Señor, gracias porque tú eres mi protector, mi guía y mi fuerza. Tú peleas mis batallas y me das victorias que yo no podría alcanzar por mis propias fuerzas. Hoy te entrego mis temores, mis gigantes, mis “Og” personales. Habla a mi corazón, Señor, y renueva mi confianza. Enséñame a depender de ti y a permanecer en las conquistas que tú me has dado. Declaro que en Cristo soy más que vencedor. En el nombre de Jesús, amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿En qué área de tu vida necesitas permanecer después de una victoria?
- 2. ¿Cómo puedes prepararte espiritualmente para los nuevos desafíos que se presenten?
- 3. ¿Cuál es el “Og de Basán” que estás enfrentando actualmente?
- 4. ¿Estás escuchando la voz de Dios antes de actuar, o estás actuando por impulso?
- 5. ¿Qué señales puedes ver en tu vida que muestran que Dios está peleando tus batallas?
