Romanos 1:1-7 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
El libro de Romanos comienza con una poderosa introducción que establece las bases del evangelio. En estos versículos, Pablo se presenta como siervo de Cristo, elegido para proclamar el mensaje de salvación a todas las naciones. Este pasaje no solo describe el llamado apostólico de Pablo, sino que también destaca la esencia del evangelio: Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestro Salvador.
A través de este estudio, exploraremos cómo la carta a los Romanos nos inspira a vivir en obediencia a la fe, reconociendo nuestra identidad en Cristo y abrazando nuestro llamado.
Punto 1: El llamado de Pablo como siervo y apóstol
Versículo clave: «Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios.» (Romanos 1:1)
Explicación: Pablo se identifica como un siervo de Cristo, mostrando su completa sumisión a Su voluntad. Además, destaca su llamado como apóstol, alguien enviado por Dios para proclamar el evangelio. Este llamado no es producto de su mérito, sino de la gracia divina.
Aplicación práctica: Como Pablo, debemos reconocer que hemos sido llamados por Dios para servirle. Nuestro primer título es «siervo de Cristo», y nuestra misión es llevar Su mensaje al mundo.
Versículo relacionado: «Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras.» (Efesios 2:10)
Punto 2: La promesa cumplida en Cristo
Versículo clave: «Que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras.» (Romanos 1:2)
Explicación: Pablo conecta el evangelio con las promesas del Antiguo Testamento, mostrando que Jesucristo es el cumplimiento de lo que los profetas anunciaron. Esto refuerza la continuidad del plan de Dios a lo largo de la historia.
Aplicación práctica: Estudia las Escrituras con el propósito de entender cómo todo apunta a Cristo. Él es el centro de la Biblia y el cumplimiento de todas las promesas divinas.
Versículo relacionado: «Todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén.» (2 Corintios 1:20)
Punto 3: La identidad de Cristo como Hijo de Dios y Salvador
Versículo clave: «Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos.» (Romanos 1:3-4)
Explicación: Pablo afirma tanto la humanidad como la divinidad de Cristo. Como descendiente de David, cumple las profecías mesiánicas; y como Hijo de Dios, Su poder es confirmado por Su resurrección.
Aplicación práctica: Reconoce a Jesús como Señor y Salvador. Su humanidad nos conecta con Su sacrificio, y Su divinidad nos asegura la victoria sobre el pecado y la muerte.
Versículo relacionado: «Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.» (Hebreos 13:8)
Punto 4: La gracia y el llamado a la obediencia de la fe
Versículo clave: «Por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre.» (Romanos 1:5)
Explicación: Pablo destaca que su ministerio se basa en la gracia de Dios. Este llamado no solo es para proclamar el evangelio, sino para llevar a las naciones a una obediencia basada en la fe.
Aplicación práctica: La obediencia a la fe debe ser el fruto de nuestra relación con Cristo. Vive cada día en gratitud por la gracia que has recibido y sé un reflejo de Su amor para otros.
Versículo relacionado: «Si me amáis, guardad mis mandamientos.» (Juan 14:15)
Punto 5: Nuestra identidad como amados y llamados por Dios
Versículo clave: «A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.» (Romanos 1:7)
Explicación: Pablo recuerda a los creyentes en Roma que son amados por Dios y llamados a ser santos. Esto resalta que nuestra identidad en Cristo no solo se basa en lo que hacemos, sino en quiénes somos en Él.
Aplicación práctica: Vive con la seguridad de que eres amado y llamado por Dios. Permite que esta identidad te impulse a vivir una vida santa y llena de propósito.
Versículo relacionado: «Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios.» (1 Pedro 2:9)
Conclusión
Romanos 1:1-7 nos recuerda que nuestra vida como creyentes está fundamentada en el llamado de Dios, Su gracia y nuestra identidad en Cristo. Como Pablo, somos siervos del Señor, llamados a proclamar Su evangelio y vivir en obediencia a la fe, sabiendo que somos amados y escogidos.
Tú has sido llamado por Dios. No importa dónde te encuentres o qué desafíos enfrentes, Su gracia es suficiente para capacitarte y sostenerte. Permite que esta verdad te inspire a vivir con propósito y pasión, sabiendo que cada paso que das es parte de Su plan perfecto.
Esta semana, medita en tu llamado como hijo(a) de Dios. Identifica una forma práctica de vivir en obediencia a la fe, ya sea compartiendo el evangelio, sirviendo a otros o simplemente fortaleciendo tu relación con Cristo.
Oración Sugerida: «Señor, gracias por tu gracia y por recordarme que soy amado y llamado por ti. Ayúdame a vivir en obediencia a la fe, reflejando tu amor y compartiendo tu verdad con los demás. Capacítame para cumplir con el propósito que tienes para mi vida. En el nombre de Jesús, amén.»
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Qué significa para ti ser un siervo de Cristo en tu día a día?
- 2. ¿Cómo puedes compartir el evangelio con aquellos que te rodean?
- 3. ¿De qué manera la resurrección de Cristo fortalece tu fe?
- 4. ¿Cómo puedes vivir en obediencia a la fe de manera práctica?
- 5. ¿Qué aspectos de tu vida reflejan tu identidad como amado y llamado por Dios?
