Romanos 3:9-20

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Romanos 3:9-20 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

En Romanos 3:9-20, Pablo concluye su argumento de que tanto judíos como gentiles están bajo el pecado y no pueden justificarse por sus propias obras. Él cita varios pasajes del Antiguo Testamento para enfatizar la corrupción humana y la incapacidad de la Ley para salvarnos. Este pasaje nos lleva a la conclusión de que la única esperanza para la humanidad es la gracia de Dios manifestada en Cristo Jesús.

Punto 1: Nadie es Justo ante Dios

Versículo clave: «¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.» (Romanos 3:9-10)

Versículo relacionado: «Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.» (Eclesiastés 7:20)

Explicación: Pablo deja en claro que nadie, ni judío ni gentil, puede considerarse justo delante de Dios. No hay excepción. El pecado ha corrompido a toda la humanidad, y ninguna obra personal puede hacernos dignos ante Dios.

Los judíos tenían la Ley y se enorgullecían de ella, pero incluso ellos estaban bajo el pecado. Los gentiles, sin la Ley, también eran culpables. Este versículo destruye cualquier esperanza de justicia propia y nos muestra la necesidad de un Salvador.

Aplicación práctica: Debemos reconocer que nuestra justicia no proviene de nuestras acciones, sino de Dios. En lugar de compararnos con otros y pensar que somos mejores, debemos humillarnos y acudir a Cristo en busca de verdadera justicia.

Punto 2: La Corrupción del Corazón Humano

Versículo clave: «No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.» (Romanos 3:11-12)

Versículo relacionado: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jeremías 17:9)

Explicación: Pablo describe la condición espiritual del ser humano: nadie busca a Dios por sí mismo. El pecado ha oscurecido nuestro entendimiento y ha desviado nuestras intenciones.

No significa que las personas no puedan hacer buenas acciones en un sentido moral, sino que nadie busca genuinamente a Dios por su propia cuenta. Sin la intervención divina, todos estaríamos perdidos.

Aplicación práctica: En lugar de confiar en nuestro propio juicio, debemos pedirle a Dios que nos guíe y transforme nuestro corazón. Necesitamos rendirnos a su dirección y reconocer que sin Él, nos desviamos fácilmente.

Punto 3: El Pecado Se Manifiesta en Nuestras Palabras

Versículo clave: «Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios. Su boca está llena de maldición y de amargura.» (Romanos 3:13-14)

Versículo relacionado: «De la abundancia del corazón habla la boca.» (Mateo 12:34)

Explicación: El pecado no solo afecta nuestro interior, sino que se manifiesta en nuestra forma de hablar. La mentira, la maldición y el engaño son síntomas de un corazón alejado de Dios.

Pablo usa imágenes fuertes como «sepulcro abierto» para ilustrar cómo las palabras pueden ser mortales y destructivas. El lenguaje humano, sin la redención de Dios, refleja corrupción y maldad.

Aplicación práctica: Debemos examinar nuestras palabras y asegurarnos de que reflejan el carácter de Cristo. Si notamos que nuestra boca está llena de quejas, críticas o engaño, debemos pedirle a Dios que transforme nuestro corazón.

Punto 4: La Violencia y la Ausencia del Temor de Dios

Versículo clave: «Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.» (Romanos 3:15-18)

Versículo relacionado: «El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.» (Proverbios 1:7)

Explicación: Pablo describe cómo el pecado lleva a la violencia y la destrucción. Sin Dios, las personas se dirigen hacia caminos de quebranto y sufrimiento. La razón de esto es la falta de temor de Dios.

El «temor de Dios» no significa miedo irracional, sino reverencia y respeto por Su santidad y autoridad. Sin esta conciencia de Dios, las personas viven en pecado sin remordimiento.

Aplicación práctica: Para evitar caminos de destrucción, debemos cultivar el temor de Dios en nuestra vida. Esto implica reconocer Su autoridad en nuestras decisiones y vivir con integridad.

Punto 5: La Ley Nos Muestra Nuestra Necesidad de Cristo

Versículo clave: «Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.» (Romanos 3:19-20)

Versículo relacionado: «De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.» (Gálatas 3:24)

Explicación: Pablo aclara que la Ley no fue dada para salvarnos, sino para mostrarnos nuestra condición de pecado. No podemos justificarnos por nuestras propias acciones.

La Ley actúa como un espejo, revelándonos nuestra necesidad de un Salvador. En lugar de intentar cumplir la Ley perfectamente para ganar el favor de Dios, debemos poner nuestra fe en Cristo.

Aplicación práctica: No debemos depender de nuestras propias obras para ganar la salvación. En su lugar, debemos descansar en la gracia de Cristo y vivir por fe.

Conclusión

Este pasaje de Romanos nos confronta con la realidad del pecado y nuestra total incapacidad de justificarnos por nosotros mismos. Sin embargo, también nos prepara para la maravillosa revelación de la gracia de Dios en Cristo.

Si alguna vez te has sentido indigno ante Dios, recuerda que Él ya sabía que no podrías salvarte por ti mismo. Es por eso que envió a Jesús. No importa qué tan lejos hayas caído, su gracia siempre está disponible para levantarte.

Hoy es el día para dejar de confiar en tu propia justicia y rendirte completamente a la gracia de Dios. Acércate a Él con humildad y confía en Su misericordia.

Oración Sugerida: «Señor, reconozco que soy pecador y que no puedo salvarme por mis propios esfuerzos. Gracias por tu gracia y por la salvación que me ofreces en Cristo. Ayúdame a vivir en tu verdad y a depender completamente de Ti. Amén.»


Preguntas para Reflexión :

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