Romanos 7:1-6 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Muchas personas viven su vida cristiana cargando con el peso de la ley, creyendo que deben cumplir un conjunto de reglas para agradar a Dios. Sin embargo, Pablo nos enseña en Romanos 7:1-6 que hemos sido liberados de la ley para vivir en la gracia de Cristo.
Usando la ilustración del matrimonio, Pablo nos muestra que cuando una persona muere, ya no está bajo la ley del matrimonio. De la misma manera, al morir con Cristo, ya no estamos sujetos a la ley, sino que pertenecemos a Él. Esto nos lleva a una nueva vida, no basada en el esfuerzo humano, sino en el poder del Espíritu Santo.
Punto 1: La ley solo tiene dominio sobre una persona mientras vive
Versículo clave: «¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?» (Romanos 7:1)
Versículo relacionado: «Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.» (Romanos 6:14)
Explicación: Pablo comienza recordando que la ley solo tiene autoridad sobre alguien mientras está vivo. Cuando una persona muere, queda libre de cualquier obligación legal.
Este principio se ve en la vida diaria. Un contrato, por ejemplo, solo es válido mientras ambas partes estén vivas. Si alguien fallece, el contrato ya no lo obliga.
Del mismo modo, cuando aceptamos a Cristo, morimos al antiguo sistema de la ley y ahora vivimos bajo la gracia.
Aplicación práctica: Si aún vives con la mentalidad de que debes «ganarte» el favor de Dios con reglas, recuerda que en Cristo eres libre para servirle con amor y no con miedo.
Punto 2: La ilustración del matrimonio: muerte y libertad
Versículo clave: «Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.» (Romanos 7:2)
Versículo relacionado: «Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.» (Juan 8:36)
Explicación: Pablo usa el ejemplo del matrimonio: una mujer casada está atada legalmente a su esposo mientras él vive. Pero si el esposo muere, ella es libre para casarse con otro.
Esta analogía muestra que, antes, estábamos «casados» con la ley. Sin embargo, al morir con Cristo, hemos sido liberados de esa unión para pertenecer a Él.
Esto significa que nuestro compromiso ya no es con la ley, sino con Cristo, quien nos da una relación basada en amor y gracia.
Aplicación práctica: Deja de vivir una fe basada en reglas y méritos. Vive en la libertad que Cristo te da y sírvele con gozo.
Punto 3: Hemos muerto a la ley para dar fruto a Dios
Versículo clave: «Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.» (Romanos 7:4)
Versículo relacionado: «Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto.» (Juan 15:5)
Explicación: Nuestra unión con Cristo nos permite dar fruto para Dios. La ley nos mantenía atados a un sistema de condenación, pero ahora estamos en una nueva relación con Cristo que produce frutos de justicia.
En términos actuales, es como dejar un trabajo opresivo con un jefe rígido y sin misericordia, y empezar un nuevo empleo con un líder comprensivo y motivador. Bajo la ley, el pecado nos mantenía en esclavitud, pero en Cristo tenemos nueva vida.
Aplicación práctica: Examina tu vida: ¿estás produciendo frutos que glorifican a Dios o sigues atrapado en la culpa del pasado?
Punto 4: Antes, el pecado nos dominaba a través de la ley
Versículo clave: «Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.» (Romanos 7:5)
Versículo relacionado: «Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.» (Romanos 8:6)
Explicación: Antes de conocer a Cristo, la ley activaba nuestras pasiones pecaminosas. La ley nos decía lo que era malo, pero no nos daba el poder para vencer el pecado.
Por ejemplo, cuando ves un cartel que dice «No pisar el césped», de inmediato sientes el deseo de hacerlo. Así funciona el pecado: cuando algo nos es prohibido, la carne lo desea más.
Por eso, la ley no podía cambiar nuestros corazones, solo exponía nuestra condición pecaminosa.
Aplicación práctica: En vez de enfocarte en lo que «no debes hacer», enfócate en vivir guiado por el Espíritu.
Punto 5: Ahora servimos a Dios en novedad de espíritu
Versículo clave: «Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.» (Romanos 7:6)
Versículo relacionado: «Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.» (2 Corintios 3:17)
Explicación: Ahora que hemos sido liberados de la ley, servimos a Dios de una manera nueva: en el Espíritu y no en la letra.
Antes, todo era un esfuerzo religioso, pero ahora nuestra obediencia nace del amor y la relación con Cristo. Es como la diferencia entre un empleado que trabaja por obligación y otro que lo hace por pasión.
Aplicación práctica: Pregúntate: ¿estás sirviendo a Dios con gozo o con obligación? Pídele que renueve tu pasión por Él.
Conclusión
Romanos 7:1-6 nos enseña que hemos sido liberados de la ley para vivir en una relación de gracia con Cristo. Antes, la ley nos mantenía atados al pecado, pero ahora, por medio de la muerte de Cristo, podemos vivir en el Espíritu y dar frutos para Dios.
Dios no quiere que vivas atrapado en la culpa o el miedo. Quiere que experimentes la libertad que Cristo ganó para ti. Vive una fe genuina, llena de gozo y fruto espiritual.
Deja atrás la mentalidad de «cumplir reglas» y empieza a vivir en la gracia de Dios. No se trata de esfuerzo humano, sino de caminar en el Espíritu.
Oración sugerida: “Señor, gracias porque en Cristo soy libre de la ley y del poder del pecado. Ayúdame a vivir en tu gracia, guiado por tu Espíritu, y a dar fruto para ti. En el nombre de Jesús, amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Cómo ha cambiado tu relación con Dios desde que conociste su gracia?
- 2. ¿Sigues viviendo con miedo de fallarle a Dios en vez de confiar en su amor?
- 3. ¿Qué frutos espirituales estás produciendo en tu vida?
- 4. ¿De qué manera el Espíritu Santo te está guiando hoy?
- 5. ¿Cómo puedes ayudar a otros a vivir en la libertad de Cristo?
