Éxodo 36:1

Haz click en las siguientes 2 opciones para abrir un menú desplegable y escoger el libro que desees leer o usa el buscador para ir a un libro y capítulo específico.

Utiliza las 3 barritas de abajo para buscar el libro que desees leer o el buscador para ir a un libro y capítulo específico.

Éxodo 36:1 Estudio por Pastor Daniel Praniuk

Introducción

La construcción del Tabernáculo fue una tarea sagrada, encomendada a personas específicas por Dios mismo. En Éxodo 36:1 encontramos una profunda enseñanza sobre el servicio fiel, la sabiduría dada por Dios y el poder de una voluntad dispuesta. Este breve versículo sintetiza principios poderosos que siguen siendo relevantes hoy para todo creyente que desea servir con excelencia, humildad y obediencia. Veamos cómo este texto nos inspira a trabajar para Dios, no por obligación, sino con amor y entrega genuina.

Punto 1: Dios capacita con sabiduría a quienes llama

Versículo clave: «Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia…» (Éxodo 36:1a)

Versículo relacionado: «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios… y le será dada.» (Santiago 1:5)

Explicación: El servicio en la obra de Dios no se basa en talentos naturales únicamente, sino en una sabiduría e inteligencia que vienen directamente del Señor. Bezaleel y Aholiab fueron escogidos por Dios y luego capacitados por Él para cumplir con excelencia su propósito.

Aplicación práctica: Dios no solo llama, también capacita. Si sientes que no tienes lo que se necesita para servir, recuerda que Dios te da lo que te falta. Solo necesitas un corazón dispuesto. Ya sea que sirvas en un ministerio, en tu trabajo o familia, la sabiduría divina está disponible para ti si la buscas con humildad.

Punto 2: El corazón dispuesto es clave para hacer la obra de Dios

Versículo clave: «…a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra…» (Éxodo 36:1b)

Versículo relacionado: «Porque si hay buena voluntad, se acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene.» (2 Corintios 8:12)

Explicación: Dios no solo dio habilidad, sino también discernimiento para saber cómo hacer la obra. El corazón sabio reconoce el momento, la forma y el enfoque correctos. Una actitud dispuesta permite que el talento rinda frutos para el Reino.

Aplicación práctica: Puedes tener conocimientos o experiencia, pero si no hay disposición, no habrá fruto. En el mundo actual, muchos tienen talento, pero pocos tienen entrega. Dios valora más un corazón dispuesto que una lista de habilidades. Examina tu disposición diaria para servir, incluso en las cosas más pequeñas.

Punto 3: Toda obra para Dios debe hacerse conforme a su voluntad

Versículo clave: «…para saber hacer toda la obra del servicio del santuario…» (Éxodo 36:1c)

Versículo relacionado: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.» (Colosenses 3:23)

Explicación: La obra del santuario no era inventada por los hombres, sino revelada por Dios. Los artesanos no podían improvisar: debían seguir las instrucciones divinas con fidelidad y exactitud.

Aplicación práctica: No se trata de hacer cosas para Dios a nuestra manera, sino según Su dirección. Muchas veces actuamos con buenas intenciones, pero fuera de Su voluntad. Antes de actuar, ora y busca Su guía. Sea en un negocio, un ministerio o una decisión personal, hazlo como para Dios y no como para impresionar a otros.

Punto 4: El trabajo espiritual también es trabajo manual

Versículo clave: «…harán todas las cosas que mandó Jehová.» (Éxodo 36:1d)

Versículo relacionado: «Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores…» (Santiago 1:22)

Explicación: El mandato divino implicaba acción práctica: cortar madera, tejer telas, fundir metales. La espiritualidad no excluye el esfuerzo físico o técnico; por el contrario, lo santifica cuando se hace para Dios.

Aplicación práctica: No subestimes el valor del trabajo manual o técnico. Servir en sonido, limpieza, carpintería o decoración también es espiritual si se hace con amor para Dios. Muchos esperan tareas «espirituales», pero la espiritualidad se mide en obediencia y disposición, no en visibilidad.

Punto 5: El servicio fiel es colaboración entre personas y con Dios

Versículo clave: «Así, pues, Bezaleel y Aholiab…» (Éxodo 36:1)

Versículo relacionado: «Uno siembra, otro riega; pero el crecimiento lo da Dios.» (1 Corintios 3:6)

Explicación: Dios no llamó a una sola persona, sino a un equipo. Bezaleel y Aholiab trabajaron juntos, complementándose. Esto muestra que la obra de Dios se construye en unidad, colaboración y reconocimiento mutuo de dones.

Aplicación práctica: No trabajes solo. Dios te colocará junto a personas que complementan lo que tú no sabes hacer. No compitas, coopera. En tu iglesia, familia o equipo de trabajo, busca la armonía, porque la bendición fluye donde hay unidad.

Conclusión

Éxodo 36:1 nos enseña que Dios llama, capacita y dirige a personas comunes para hacer obras extraordinarias, siempre que haya disposición, obediencia y unidad. No se trata de grandeza humana, sino de una entrega fiel al diseño divino. Al poner nuestras habilidades al servicio del Señor, incluso las más simples se convierten en herramientas para lo eterno.

Querido hermano o hermana, no te subestimes. Eres parte de un diseño eterno. Tus habilidades cuentan. Dios ve tu esfuerzo silencioso, tu disposición constante, tu deseo de hacer las cosas bien. No necesitas ser famoso ni reconocido para ser efectivo. Dios te ha puesto en el lugar justo, en el momento justo, con las herramientas justas. ¡Solo sigue avanzando con fe! Lo que haces para Dios nunca es en vano.

Hoy es un buen día para dejar de dudar de lo que Dios puede hacer contigo. No importa cuán insignificante creas que es tu habilidad, Dios puede usarla si se la entregas con sinceridad. Ponte en Sus manos, busca Su sabiduría y une fuerzas con otros para edificar Su Reino. Haz tu parte con amor, excelencia y gozo.

Oración sugerida: “Padre amado, gracias por llamarme a servirte. Reconozco que no siempre he valorado los dones que me has dado. Hoy te entrego mis manos, mi mente y mi corazón. Capacítame con Tu sabiduría para hacer la obra que me corresponde. Que todo lo que haga sea conforme a Tu voluntad y para Tu gloria. En el nombre de Jesús, amén.”

Preguntas para Reflexión :

LibroExodo2100x1050

Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *