Éxodo 36:2-7 Estudio por Pastor Daniel Praniuk
Introducción
Éxodo 36:2-7 describe uno de los momentos más extraordinarios de generosidad en la historia del pueblo de Dios. Bajo la dirección divina, el pueblo de Israel respondió con tal disposición de corazón y entrega que los encargados de la obra tuvieron que detener las ofrendas. En este pasaje encontramos lecciones valiosas sobre la colaboración, el servicio fiel, el valor de cada contribución, y la abundancia que surge cuando cada persona hace su parte con sinceridad. Este texto no solo nos desafía a dar, sino también a confiar y servir.
Punto 1: Dios llama a los capacitados y dispuestos
Versículo clave: “Y llamó Moisés a Bezaleel y a Aholiab, y a todo hombre sabio de corazón en cuyo corazón Jehová había puesto sabiduría...” (Éxodo 36:2a)
Versículo relacionado: “El que sirve, hágalo como por la fortaleza que Dios da.” (1 Pedro 4:11)
Explicación: Moisés no eligió por favoritismo ni por conveniencia, sino por llamado. Dios había puesto sabiduría en ciertos hombres, y también voluntad. No bastaba la habilidad técnica, hacía falta disposición interior.
Aplicación práctica: Dios sigue llamando hoy a personas sabias de corazón: hombres y mujeres que no solo saben hacer bien su trabajo, sino que desean hacerlo para Su gloria. Ya sea enseñando, construyendo, sirviendo o donando, lo importante es estar dispuesto, más allá del talento natural.
Punto 2: El deseo de servir viene del Señor
Versículo clave: “…todo aquel a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella.” (Éxodo 36:2b)
Versículo relacionado: “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” (Filipenses 2:13)
Explicación: La voluntad de servir no fue forzada, fue provocada por el Espíritu de Dios. Las personas vinieron por convicción interna, no por presión externa. Sirvieron movidos por un deseo genuino, no por obligación.
Aplicación práctica: En la actualidad, muchas personas esperan reconocimiento para actuar. Pero el verdadero servicio nace del corazón. Si Dios te mueve a actuar, hazlo, aunque nadie te vea. El Señor honra la disposición sincera más que los logros visibles.
Punto 3: El trabajo se hace en equipo
Versículo clave: “Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído…” (Éxodo 36:3a)
Versículo relacionado: “Uno siembra, otro riega; pero el crecimiento lo da Dios.” (1 Corintios 3:6)
Explicación: La obra del Tabernáculo no era el esfuerzo de un solo hombre, sino una red de personas que ofrecían, organizaban y trabajaban juntos. La armonía entre los que daban y los que ejecutaban era esencial para avanzar.
Aplicación práctica: Hoy, ningún ministerio o empresa puede crecer si no hay unidad. En la iglesia, el hogar o el trabajo, el éxito viene cuando cada uno hace su parte con responsabilidad. Tú puedes ser parte de ese equipo si estás dispuesto a colaborar.
Punto 4: Cuando el pueblo se une, la provisión abunda
Versículo clave: “…y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana.” (Éxodo 36:3b)
Versículo relacionado: “Cada uno dé como propuso en su corazón… porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7)
Explicación: La generosidad no fue puntual ni impulsiva, fue constante. Cada mañana llegaban nuevas ofrendas, sin necesidad de manipulación. Era un movimiento de gratitud, una expresión de fe.
Aplicación práctica: Dios prospera al dador generoso. No se trata solo de dinero, sino de tiempo, talentos y recursos. Cuando das de forma regular y con alegría, el Reino se expande y tú también eres bendecido.
Punto 5: La generosidad obediente puede sobreabundar
Versículo clave: “Y hablaban a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita… Así se impidió al pueblo ofrecer.” (Éxodo 36:5-6)
Versículo relacionado: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando…” (Lucas 6:38)
Explicación: La respuesta del pueblo fue tan extraordinaria que hubo más de lo necesario. Este es un ejemplo impactante de cómo la obediencia y la unidad generan abundancia, hasta el punto de necesitar detener las ofrendas.
Aplicación práctica: Cuando cada miembro del cuerpo de Cristo da su parte, la obra no sufre falta. ¿Qué pasaría si todos diéramos con ese nivel de compromiso? Seríamos testigos de milagros en nuestras iglesias, comunidades y familias. Tu parte importa.
Conclusión
Éxodo 36:2-7 revela un patrón de servicio y generosidad que todo cristiano debería imitar. Dios da sabiduría, pero espera disposición. El servicio nace del corazón, se ejecuta en equipo y se fortalece con una generosidad constante. Cuando el pueblo de Dios actúa con este espíritu, no hay necesidad que quede sin cubrir.
Querido lector, tu servicio y tu generosidad no pasan desapercibidos para Dios. Aunque otros no lo vean, el Señor sí. Él observa cada acción, cada esfuerzo, cada semilla sembrada. Y Él es fiel para recompensarte en el momento justo. No te canses de hacer el bien, sigue adelante con gozo. Cuando das desde el corazón, estás invirtiendo en lo eterno. ¡Tu fidelidad abrirá caminos de bendición para muchos!
Este es el momento de evaluar tu corazón. ¿Estás siendo movido por Dios para servir, dar o colaborar en Su obra? No esperes el momento perfecto, ni el reconocimiento de otros. Tu disposición puede marcar una diferencia eterna. Ora, actúa, entrega y confía. Dios hará lo demás.
Oración sugerida: “Señor, gracias por darme dones, recursos y oportunidades. Hoy rindo mi corazón delante de Ti. Quiero servir con sabiduría y disposición. Ayúdame a ser generoso, constante y obediente en Tu obra. Usa mi vida para ser parte de un equipo que edifica Tu Reino con excelencia. En el nombre de Jesús, amén.”
Preguntas para Reflexión :
- 1. ¿Estoy sirviendo a Dios con el corazón o solo por costumbre?
- 2. ¿En qué áreas puedo unirme a otros para hacer avanzar el Reino?
- 3. ¿Mi generosidad es constante o solo ocasional?
- 4. ¿Estoy dejando que Dios use mis recursos, talentos y tiempo como Él quiere?
- 5. ¿Estoy dispuesto a dar incluso cuando no veo resultados inmediatos?
